Teresa Gómez Rovira, una ceutí de 35 años, lo único que pide es “al menos un techo, agua, luz y comida”. Junto con su pareja marroquí, Ayoub El Ouazani, lleva 15 días viviendo en las calles de Ceuta, después de que “los echaran de su vivienda anterior”.
“Estoy en una situación precaria, no tengo luz ni agua, tengo tres niños con otra pareja, estoy cobrando una ayuda por violencia de género. No tengo dónde vivir, estoy viviendo aquí con una persona extranjera y nadie viene a ayudarnos”, dice con lágrimas en los ojos y voz entrecortada.
Teresa y Ayoub ahora pasan las noches entre basura y rastrojos, sin poder comer o bañarse, pues no tienen acceso a lo más básico. Duermen en una “vivienda” improvisada con cartones y el espacio lo comparten con otra persona que, con la pareja de Teresa, se turna para hacer guardias, pues tienen miedo a que algo pueda pasarles.
“Llevo 15 días aquí y antes estábamos en una casa en la cual no nos hacían contrato, ni nada, y después nos echaron de allí y hemos tenido que llegar a esta situación. Yo quiero estar con mis hijos, quiero que nos ayuden”, es la petición de Teresa a todo al que le llegue el mensaje.
Ayoub duerme hasta las tres de la madrugada. A partir de esa hora es su turno de vigilar el espacio en el que tienen que “malvivir” ahora. Las circunstancias que los llevaron a esta situación han sido varias y los resultados han generado tal efecto en ellos que a ambos les han recetado medicamentos para la ansiedad y los trastornos de sueño.
“Nadie quiere hacerse cargo de darnos un alquiler, buscamos ropa, vamos a la basura, no tenemos a nadie aquí, necesitamos ayuda, si alguien puede ayudarnos”, recalca la mujer visiblemente afectada.
La pareja decidió ubicarse en un punto de un gran terreno que se encuentra entre un gimnasio, un estacionamiento y un taller mecánico en el Sardinero. Teresa ruega que por favor los ayuden, pues insiste en que están desesperados por salir de la situación en la que se encuentran.
Ayoub y Teresa no consiguen empleo y ella asegura que a su pareja, quien entró en una patera a España hace dos años, “no la han querido empadronar en la ciudad y que no puede trabajar”. Explica que han intentado hacer trámites en Extranjería y también han intentado registrarse como pareja de hecho, pero ha sido en vano.
Teresa cuenta que han solicitado ayuda a Servicios Sociales, donde supuestamente les pidieron esperar hasta el 30 de este mes, “pero nosotros pasamos frío, pasamos hambre”. También comenta que el Banco de Alimentos les ha entregado comida “pero no podemos cocinar porque no tenemos ni luz ni agua”.
Ella se pone como un ejemplo de otras personas que están viviendo una situación similar y por eso ruega por “un poco de humanidad” y pide que para ellos “todo salga bien”.
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