La expulsión administrativa de un imán integrista de nacionalidad marroquí decidida por Francia ha generado fricciones entre los dos países, sobre fondo de discordancias por la política de concesión de visados, mientras el hombre se encuentra en paradero desconocido, probablemente en Bélgica.
La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, explicó este jueves que su titular de Interior, Gérald Darmanin, debía discutir el miércoles con el embajador marroquí de esa cuestión, después de que Rabat hubiera filtrado que había suspendido la autorización consular para la expulsión del imán Hassan Iquioussen a Marruecos.
Preguntada en una entrevista a la emisora France Inter sobre los supuestos reproches de Marruecos por falta de concertación, Borne confirmó que la expulsión de Iquioussen, al que se reprochan declaraciones antisemitas y un "discurso sistemático sobre la inferioridad de la mujer", había sido "una decisión unilateral francesa".
Según el portal de información marroquí Le360.ma, cercano al poder, la retirada de la autorización consular se explica en gran medida por la política francesa de reducir a la mitad la concesión de visados a Marruecos.
Una política que el Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, había puesto en marcha en 2021 en dirección de los países del Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez) para que aceptaran las expulsiones desde Francia de sus nacionales que son condenados o que se encuentran en situación irregular.
Iquioussen, que aunque tiene solo nacionalidad marroquí nació en Francia hace 58 años, perdió el martes el último recurso interno ante el Consejo de Estado para evitar la orden de expulsión administrativa.
Sin embargo, cuando las fuerzas del orden francesas lo fueron a detener, no lo encontraron ni en su domicilio ni en otra dirección donde se creía que podía estar, y sospechan de que ha huido a Bélgica.
La primera ministra aseguró este jueves de que el imán "no está hoy en el territorio francés" y "no podrá volver". En caso de que lo hiciera, añadió, "se ejecutará la decisión de expulsión validada por el Consejo de Estado".
También se defendió de las críticas de haberlo dejado escapar haciendo notar que mientras alguien no está condenado, no se le pueden aplicar medidas de privación de libertad.
Estas fricciones entre Francia y Marruecos llegan solo unos días después de la visita de Macron a Argelia, rival histórico de Marruecos, donde el presidente francés entre otras cosas anunció una inflexión en la concesión de visados para permitir la entrada de más argelinos.
Los medios franceses especulan con el hecho de que Rabat esté utilizando este asunto del imán integrista para poner presión a Francia.
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