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“Tenemos la necesidad de ganarnos la confianza del ciudadano”

Tiene contado al detalle el tiempo que lleva al frente de la Jefatura Superior. “Cinco meses. El 1 de abril por la tarde tomé posesión de mi puesto de trabajo y el 1 de octubre por la tarde cumpliré los seis meses”, recalca.

Un periodo en el que no ha habido momento para el descanso y en el que ya se ha topado con críticas sindicales en bloque. Mañana, Alfonso Sánchez Núñez, jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía y el tercero ya bajo el mandato político del delegado del Gobierno Francisco Antonio González,  celebrará su primer Patrón en Ceuta. En esta entrevista con El Faro, defiende la gestión que está llevando e intenta dejar claro el concepto de seguridad que debe tenerse.
–Casi medio año ya de jefe en la ciudad, ¿con qué perfil delincuencial se ha encontrado?
–Me he encontrado con varios planos delincuenciales desde que estoy aquí. He encontrado una ciudad relativamente tranquila, no voy a decir que no suceda nada porque en cualquier sociedad siempre ocurren cosas, pero separaría muy mucho los sucesos de Ceuta de otros fenómenos delincuenciales que afectan a esta tierra, como son las disputas en el Estrecho con unas bandas muy definidas que producen determinados sucesos que alertan a la población, pero que realmente no están sucediendo aquí. O la inmigración, con unos flujos que también dan lugar a unos hechos a los que hay que atender, siendo algo singular aquí respecto de otras tierras. Aunque se trata de situaciones que influyen en el ambiente del sentimiento de la seguridad en Ceuta, realmente no le están sucediendo al ceutí que es a quien el órgano territorial, en este caso la Jefatura Superior de Policía, le da servicio.
–Entiendo que se refiere a que son hechos que generan un impacto en la sociedad porque se habla de ello pero que uno los ve como sucesos que no le van a afectar directamente...
–Yo no quiero entrar en los manidos tópicos de la inseguridad subjetiva y de la objetiva pero...
–... Es que eso no se lo cree nadie... Es complicado hacerle entender a la población ese concepto...
–No es que no se le crean, quiero decirle que la seguridad no solamente está en los hechos concretos que se producen sino también en el sentimiento que el ciudadano tenga. Hemos avanzado mucho desde que se hablaba de orden público... Lo estricto de la seguridad era que se produjeran hechos y responder al cumplimiento de unas normas. Sin embargo hoy día, el concepto de seguridad es mucho más amplio. Hay que organizarse de manera que el ciudadano no solo no vaya a ser víctima de los hechos delictivos, sino que también sienta y perciba esa tranquilidad para que realice sus actividades sin miedo.
Hemos pasado de un plano donde la Policía no solamente tiene que garantizar que no se producen los hechos delictivos, sino hacer llegar al ciudadano ese servicio de calidad que tiene que ir acompañado de ese sentimiento de tranquilidad. Aunque no ocurra nada, si el ciudadano tiene el sentimiento, el miedo, está alterado... no hemos conseguido nuestro objetivo. La ambición de las fuerzas y cuerpos de seguridad tiene que ir más allá de erradicar los hechos delictivos que, vaya por delante, nunca conseguiremos que deseparezcan. Esto es como el médico, cuya situación ideal sería que no hubiera enfermos, pero por desgracia la enfermedad existe.
–¿Y cómo se transmite esa sensación de tranquilidad a los ceutíes cuando de enero a agosto hemos tenido cuatro muertos y hemos tenido años con un saldo de más de 300 coches quemados?
–Eso se consigue con transparencia en la función que se cumple y con acercamiento al ciudadano. La Policía y la seguridad no se pueden ver como algo distante. La seguridad moderna tiene que ir acompañada de una  participación de los ciudadanos en su propia seguridad. Esto de que venga el Estado y me resuelva los problemas de seguridad no puede ni debe ser así. ¿Por qué digo lo de la transparencia y lo del acercamiento? Porque la gente tiene que sentir la Policía como suya y ser un elemento de tranquilidad y de sosiego con los ciudadanos que tienen que tener conocimiento de lo que está sucediendo. Por eso no es solo la Policía la que tiene que participar en la seguridad. Vosotros, los medios de comunicación, tenéis que ser muy veraces transmisores de lo que realmente sucede.
–Por ejemplo...
–Un problema que existe en toda la comunidad europea como es el robo en domicilios... ¿cuántos domicilios realmente se roban en Ceuta? Una cosa que sucede bastante son los robos con intimidación, ¿cuántos se producen realmente en la ciudad?, ¿cuántos robos en establecimientos se han producido en lo que va de año, cuántos hurtos?
No podemos quedarnos solo en algo. Yo no puedo hablar (lo lamento pero me gustaría poder contar algo)  sobre los muertos que hemos tenido en la ciudad. Pero ¿realmente corresponden a la vida cotidiana de Ceuta? Acabamos de ver cómo en Ciudad Lineal ha sido detenido un pederasta, ¿tenemos delincuentes que a la población, de alguna manera, le estén atacando de esa manera? ¿Las muertes que se vienen produciendo pertenecen a fenómenos aislados por unas circunstancias concretas? No sé si consigo explicarme...
–... Vale... no tenemos esos casos como el pederasta o los asesinatos en serie de bandas que pueden darse con más asiduidad en otras ciudades... pero aquí en Ceuta hemos tenido nuestros casos especiales como las quemas de coches que, además, siguen produciéndose...
–Las quemas de coches, desde que yo he llegado –y llevo un seguimiento diario de lo que sucede–, en un porcentaje elevadísimo corresponden a vehículos deteriorados que, de esa manera, se deshacen de ellos. Esto está pasando aquí, no se produce la quema de coches por otra razón. Sí es cierto que en un determinado ámbito y por unas determinadas circunstancias queman coches con el ánimo de coaccionar, igual que se realiza algún disparo o se produce alguna muerte. Pero es dentro de ese mundo sórdido y por unas circunstancias determinadas a las que la Policía tiene que dar respuesta ¡ojo!, que no me estoy excusando de que no dé respuesta o no se tomen las actuaciones que se deban tomar, pero no podemos trasladarle eso al ciudadano que lleva a su hijo al colegio, que pasea por el Revellín o que baja a la Gran Vía ... porque esa inseguridad no existe en Ceuta.
Estamos en una ciudad muy tranquila, con un número de infracciones por debajo en porcentaje y cantidad de lo que pueda existir en otra ciudad del territorio nacional, pero tiene unos hechos puntuales que son los que contaminan ese ambiente de tranquilidad y sosiego que debía tener el ciudadano.
–Antes aludía a las bandas que se disputan el mercado del narcotráfico. Sorprende que luego, cuando se juzgan estos hechos, como ya ha pasado, ningún policía pueda disponer de la base suficiente como para justificar el porqué una persona ‘x’ es jefe de esa supuesta banda más allá de los comentarios de calle. Esto se ha visto en demasiados procesos judiciales, ¿algo estará fallando cuando ni ustedes mismos pueden defender sus valoraciones ante un tribunal?
–Vamos a ver... yo sería un temerario si entrara a comentar cosas que no he vivido. Desconozco si en las investigaciones anteriores ha pasado esto, porque no lo he vivido. Desde el tiempo que llevo al frente de la Jefatura sé lo que hay y lo que hago. Lo que hubo anteriormente lo desconozco en cuanto a la minuciosidad de las investigaciones. Sí conozco otros asuntos que guardan relación con algunas investigaciones anteriores pero que por mi obligación, primero, de respeto a las víctimas y, segundo, de estrategia de investigación no debo aludir a ellas. No puedo decir si esto ha pasado así o no...
–... Sí ha pasado, en anteriores juicios... ‘caso Kimbi’, por ejemplo, desfiló ante el juez media Jefatura y nadie pudo verificar con un informe quiénes eran los jefes de bandas más allá de señalar que ‘toda Ceuta lo sabe’ y eso no lo puede decir un policía...
–Ya, pero yo le podría acusar a usted de que hace unos años la prensa estuviera sometida a un control estricto por parte del Estado y usted me diría... pero yo soy periodista de los últimos tiempos...
–... Bueno pero me habla de un escenario ocurrido bastantes años atrás, yo le estoy diciendo de hechos mucho más recientes...
–No, no, pero no es así. Yo le podré responder de mi gestión y ¿cuál es? En principio la estrategia, primero acercarme a la población que más me necesite porque sienta inseguridad. Y digo sienta, no que la esté sufriendo. En segundo lugar, erradicar los hechos delictivos que se produzcan. Estoy haciendo un concepto más rico de la seguridad que no simplemente la mera capacidad técnica para evitar la comisión de hechos delictivos.
Desde que en nuestra Constitución apareció el termino de seguridad ciudadana, desde la declaración de los Derechos del Hombre... hemos ido pasando por unas etapas, que si República, que si Dictadura, que  si Monarquía... hemos ido pasando y avanzando en ese concepto.
Insisto, creo que hay un sentimiento de inseguridad por encima de los hechos delictivos que se producen en la ciudad. Ante ese sentimiento la Policía no puede mirar hacia otro sitio. Yo como gestor de la seguridad de esta Jefatura no me puedo conformar con decir... como las estadísticas bajan... Porque, le voy a decir, este año vamos a bajar nuevamente en la tasa de criminalidad porque se han producido menos hechos. Estamos consiguiéndolo. ¿Con eso me puedo dar por satisfecho? Pues le digo que no, mi función sería muy limitada si no fuera capaz de llegar a ésos que se sienten inseguros y hacerles ver realmente cuál es la situación de la ciudad y ofrecerles mi mano por si tienen cualquier necesidad, que se sientan tranquilos y pueden ejercer sus derechos individuales en las condiciones que un estado democrático, social y de derecho tiene que tener.
–¿Pero se producen menos hechos o se denuncia menos?
–Se producen menos hechos, con total garantía. Muchas veces hay hasta un exceso de denuncias de cosas que realmente no sabemos ni si son delictivas. Hace un momento hablábamos de los coches... Si alguien tiene un coche muy viejo, no sabe qué hacer con él, lo quema y termina. Luego esa persona viene y denuncia para, de alguna manera, hacer ver que ese coche ha desaparecido de la circulación. Nos lo cargamos, pero en realidad ese delito no se produce.
Está claro que al señor que le entran en su casa y le roban, viene y pone la denuncia aunque solo sea por el interés que tenemos todos de cobrar un seguro. Al señor que le han robado el coche, lo mismo, aunque solo sea para que quede constancia de que si se hace algo con ese vehículo, él ya no es poseedor. Cuando hay una agresión sexual, lo mismo.
Los hechos en general se denuncian. Incluso muchas veces las propias denuncias no responden a hechos delictivos. Estamos criminalizando lo que es el accidente o lo que es el deterioro de un vehículo por estar en la calle. Sin embargo también lo atendemos. No es quese deje de denunciar, creo que el ceutí está bien educado y cuando le pasa algo viene y presenta la denuncia.
–No quiero ser pesada con el tema de las bandas, pero está claro que si usted las ha señalado como implicadas en ajustes relacionados con el narcotráfico, al menos en los casos producidos durante su gestión al frente de la Policía, ¿sí que sabran, con pruebas, quiénes son esos líderes no?
–Le puedo garantizar que a pies juntillas lo sé.
–Estupendo, así en posteriores juicios cuando acudan a declarar los responsables policiales ya podrán manifestar, con informes que lo verifiquen, el porqué alguien es acusado de líder.
–No es cuestión de que haya un informe. Mire, el Estrecho es muy goloso porque es la entrada en la península, lo que supone la entrada en la comunidad europea. Desde el continente africano tradicionalmente se ha traficado con hachís y eso ha dado una infraestructura, una jerarquía, estar mantenidos en el tiempo.
Hoy se intenta utilizar todo esto para el tráfico de la cocaína. Eso supone un salto cualitativo y cuantitativo importantísimo, aunque solo sea por la cantidad de dinero que se va a mover. En ese tráfico ya no solamente están implicados españoles, también hay franceses, marroquíes... aparecen de distintas nacionalidades. El Estado tiene como una de sus fuerzas al Cuerpo Nacional de Policía. El de Ceuta no es el abanderado de poder resolver todo lo que ocurre de África hacia la península. Hay otros servicios centrales a través de sus comisarías generales que están implicadas en este trabajo. De hecho estas investigaciones se desarrollan aquí, en la península y en otros lugares. Nosotros no podemos llegar a informaciones que se manejan en otros países y llegamos cuando hay interés en que nos las trasladen y podamos trabajar. Y perdóneme pero no quiero introducirme ni extenderme más en el tema por estrategia de investigación.
Pero sí le quiero dar una idea de que no estamos ante la problemática de Ceuta exclusivamente sino que hablamos de algo más amplio, que debe ser tratado con mayor amplitud y eso tiene que dar lugar a un trabajo que nos lleve a más alto nivel.
–¿Teme la Policía o lo considera un problema clave la acumulación de delincuentes en el norte de Marruecos?, ¿de personas que han sido condenadas por delitos graves y cuyas penas se suspenden por expulsión y terminan quedándose aquí al lado, con posibilidad de entrar en Ceuta a delinquir?, ¿choca ese control con las protestas del comercio?
–Me alegra lo que me está diciendo... ‘teme la Policía los delincuentes que quedan en el norte de Marruecos’... Por supuesto. Pero no es que solo lo tema, sino que es un elemento muy importante a tener en cuenta para garantizar la seguidad. El norte de Marruecos es un caramelito para los que se les suelta en ese lugar y cuyo objetivo es llegar a Ceuta. Esto nos obliga a un trabajo de mucho más control en la frontera.
Ha hilado otro fenómeno como es el del comercio en Ceuta. También los comerciantes tienen su propia actividad y tienen que mirar por ella. Es legítimo y nosotros también se la tenemos que garantizar. Tenemos que estar en ese doble equilibrio de garantizar que esos delincuentes no entren en Ceuta para no dañar a los ceutíes y tener la fluidez suficiente para que aquel marroquí, que es la mayoría, que quiere acceder a nuestro territorio, pueda hacerlo y los comerciantes puedan ejercitar su actividad.
Ese equilibrio no es fácil, habrá que reconocer al CNP una cierta habilidad, porque sí, a veces se nos hacen críticas, pero en general conseguimos cumplir la doble función.
–¿Creen que lo están consiguiendo?
–No es fácil, pero sí le digo una cosa, cualquier organización, no ya el CNP, usted como periodista, puede llegar a un nivel de eficacia pero a la perfección es imposible. Somos humanos y al final no lo hacemos todo bien, seguramente seremos de los que mejor lo hagamos pero la perfección total no se produce. Si yo dijera que somos tan buenos que todo lo resolvemos y no se nos escapa nada, sería un estúpido. Dentro de esto, la preparación de nuestra gente nos permite alcanzar unas cuotas de eficacia en ese control que creo hay que reconocer.

–¿Sospecha, al igual que el delegado del Gobierno, que estas entradas por goteo de inmigrantes que estamos teniendo a diario se produce por la frontera?
–El delegado, como tiene por costumbre, está acertado en su comentario. Quien accede irregularmente a nuestro territorio lo primero que hace es presentarse en la Jefatura porque le interesa que se inicie el trámite. Con lo cual podemos constatar fehacientemente que tenemos ese goteo. Posiblemente algunos entren por la frontera.
Ésta no es una frontera normal y corriente donde se acceda a un territorio con el control estricto sino que hay acuerdos, por ejemplo, con los trabajadores. Ese flujo de personas que accede es enorme y se hace en unas condiciones de ligereza porque si no nos eternizaríamos. Alguno se nos pasa, pero que entre 3.000 ó 4.000 se puedan colar dos o tres tampoco es que ese goteo sea mayor.
–Ya pero como es diario, quizá provoque mayor presión que una patera que circunstancialemente deje a 40 inmigrantes un día...
–Como se nos presentan en la Jefatura, los vamos controlando. ¿Sería mejor que fuéramos muy estrictos en la frontera y chequeáramos concienzudamente a todo el que va a pasar?, ¿cuánto tiempo necesitaríamos?...
–... Le podría pasar lo del 16 de julio, que termine con apedreamiento.
–... (sonríe)... Claro. Ahora además tenemos un operativo porque hay trabajadores que no abandonan la ciudad, se quedan aquí... Se puede entender que la Policía, que ahora está adoptando medidas para controlarlos, es muy estricta en sus planteamientos. Lo que estamos haciendo es tratar de salvar vidas, es lo que intenta ese operativo.
Si llegan las siete de la mañana, empieza la actividad comercial en el Tarajal y tenemos metidas miles de personas de forma incontrolada... al final tendremos avalanchas, habrá alguna porteadora muerta. El control de esta gente es indispensable, por eso hay que entender el difícil trabajo que tenemos encomendado. Es tan difícil estar siempre acertado... lo intentamos y creo que lo conseguimos pero somos objeto de críticas que creo no son justas.
–Hablando de críticas. Usted ha conseguido que tres sindicatos como SUP, UFP y CEP se unieran para denunciar su gestión por falta de personal y medios. ¿Ha pensado que no era justa esa crítica?
–Soy miembro de este Cuerpo desde el año 77 y siempre he sido representante sindical, hasta cuando estaba en Madrid antes de venir a Ceuta era el coordinador de la Escala Superior de un sindicato. Lo que hagan los sindicatos en defensa de las condiciones de trabajo de los funcionarios, me guste o no, me parece magnífico. La labor sindical es denunciar aquello que creen que es irregular. Agradezco su trabajo, los desvelos por poner de manifiesto lo que consideren que son irregularidades para que, entre todos, trabajemos por conseguir una mejor calidad en el servicio y mejores condiciones.
Pero dicho esto. Hay que entender que el jefe superior no es el principio y el final del Cuerpo Nacional de Policía. Usted me dice que si considero traer más personal... es que eso no está en la mano del jefe superior. Yo no me puedo ir a la oficina del Inem y contratar trabajadores para que vengan a la Policía. Hay una política de personal y un cargo, que es el jefe de la División de Personal, que con arreglo a unas estrategias y directrices se reparte los recursos humanos dentro de todo el territorio nacional. Yo puedo reclamar, como he hecho, funcionarios para determinados servicios. Ahora que se va a abrir el nuevo Biutz he solicitado agentes para reforzar ese lugar, pero también le tengo que decir que creo que la Dirección General de la Policía es extremedamente generosa con Ceuta.
–¿Por qué?
–Lo primero, el catálogo de puestos de trabajo está por encima del 90% en Ceuta con arreglo a las directrices. En segundo lugar, hay un importante número de gente en comisión de servicio. Cuando ha sido necesario, como con la Operación Paso del Estrecho, se les ha prorrogado a solicitud de esta Jefatura su presencia hasta octubre. Pero es más, cuando necesitamos para hechos puntuales contamos con el apoyo de los servicios centrales. Le pongo por ejemplo las UIP que vienen a depender de este jefe superior y se les da las órdenes para cumplir los servicios en el Biutz o en el Tarajal. Eso cuesta mucho dinero, porque son dietas y de alguna manera la Dirección se compromete con Ceuta.
¿Estamos mal de personal? Yo le digo si somos diez, sería mejor cien; si en vez de cien fuéramos mil ni le cuento, pero tampoco tenemos que hacer de esto un estado policial. Lo que tenemos que hacer es un buen análisis de la situación de la ciudad, qué medidas adoptamos y qué recursos empleamos. El policía no es un medio gratuito, hay que dar un servicio, pero es un dinero del impuesto de los ciudadanos. Hay que ser muy rigurosos con cómo gastamos ese dinero. Si es necesario, no uno sino mil. Pero si no es necesario y podemos dar la respuesta, no gastemos innecesariamente el dinero de los ciudadanos.
–Entonces, sindicatos que están formados por policías de esta Casa, que, como usted, saben lo que hay, ¿cómo es que hacen esas denuncias de falta de personal o de que por las noches hay pocos zetas de servicio operativos...? Son los propios policías los que denuncian que ni la Judicial ni la Científica tienen medios y que los delincuentes van por delante...
–Se puede decir lo que se quiera, no el que hace más ruido tiene razón. Le he contestado a la falta de personal, yo no voy a hacer crítica alguna a ningún sindicato, recibiré con agrado las críticas que se hagan aunque considere que no son justas, las veremos y trataremos de arreglar. Así lo he hecho, nos hemos reunido y hemos intentando avanzar. Pero vuelvo a repetirle, no todo el que hace mucho ruido es el que tiene la razón. A veces subyacen razones que no responden a lo que se está diciendo.
–Pero que un ciudadano lea que un sindicato policial diga que en Ceuta tenemos una vigilancia escasa por la noche o que la Policía no resuelve los crímenes porque no tiene medios... Eso sí que genera inquietud, ¿estamos así o no?
–No estamos así. Me alude ya varias a veces a que no tenemos Policía de noche. Mire, una de las cosas que hice nada más llegar fue sectorizar la ciudad. Antes no había ninguna sectorización y los coches patrulla iban donde querían y se movían como mejor les parecía. Cualquier planteamiento inteligente de la seguridad tiene que tener un núcleo básico, ése tiene que partir, para dar una respuesta más rápida y de mayor calidad, de asignar sectores a coches determinados.
Por la extensión de Ceuta, vi que con cuatro indicativos eran suficientes como mínimo en cada uno de los sectores y con un coche de mando que los coordinara por si eran necesarios en otros puntos de la ciudad. Así se hizo y así se está haciendo. Los tiempos de respuesta son magníficos. Estando asignados los vehículos a cadaterritorio, además de disminuir el tiempo de respuesta conseguimos una calidad en el conocimiento del terreno y de los vecinos. Ése es el núcleo básico.
Piense que un coche patrulla cuesta mucho dinero y, no todo quiero cifrarlo en dinero que parezca que vengo aquí como el Padre Perrillas, pero es así. Cada vehículo son, mínimo, del orden de 15 policías. Tenemos suficiente como núcleo básico. Luego hay que analizar cuando se producen problemas puntuales en determinadas barriadas a determinadas horas. Para eso tenemos otras unidades, como la UPR que, cuando es necesario, actúa con unos objetivos claros y concretos. Si con eso no fuera suficiente tenemos la Delegación de Participación Ciudadana que está actuando en determinados sitios para acercarse y trasladar más seguridad al ciudadano. Tenemos agentes que, al margen de dar charlas a gremios determinados, patrullan para estar en contacto con la gente de la calle. Esto se está haciendo en Ceuta y usted lo sabe igual que yo.
–Sí, pero ahora...
–Bueno, pero es que yo he llegado ahora. Por eso le digo que la estrategia no solo debe estar acompañada de erradicar los hechos –eso es lo primero– sino también de trasladar a la ciudadanía ese sentimiento real de seguridad.
La Policía interviene cuando han fracasado ya todos los mecanismos sociales. Se dice... ‘es que aquí hay un problema de seguridad’, pero ¿por qué se ha producido en ese punto ese problema? Falla la educación, la integración, las políticas de otro tipo... no lo sé, pero el policía no tiene una varita para resolver las cosas de la noche a la mañana. Hace falta un tiempo y seguramente no podremos resolverlo todo, pero sí podremos adoptar medidas de erradicación de los hechos y de trasladar al ciudadano la confianza suficiente como para que nos traslade sus problemas y tenga un sentimiento auténtico de tranquilidad.
–Ya, pero eso es hoy por hoy tan complicado... porque es mucho lo que se ha perdido. Cómo explicarle a alguien que traslade a la Policía que su vecino está vendiendo cocaína, cuando luego el delincuente se entera de quién dio la información... ¿Cómo, cuando la colaboración ciudadana aquí se equipara a ser ‘chivato’ de la Policía?
–Vuelvo a repetirle, tenemos una necesidad de ganarnos la confianza del ciudadano, de acercarnos a él, que es el objeto de nuestro trabajo. Si no somos capaces de eso, no habremos ganado la batalla de la seguridad. Cuando nosotros le digamos a un ciudadano que sus informaciones son nuestras, serán nuestras y nada más. Yo de lo que haya sucedido anteriormente no puedo ser responsable. Y lo digo por volver otra vez al tema sindical, porque a mí una de las cosas de las que se me acusaba era de que la Jefatura era muy vieja, que el Parque automovilístico no es suficiente...Y le podría decir más cosas, pero le pregunto, ¿es qué he hecho vieja yo la Jefatura?, ¿he quitado coches de la calle?
Le digo una cosa, la ratio de vehículos y funcionarios está al nivel de todo el territorio nacional. Lo que tenemos que hacer es cuidarlos y tratarlos bien, porque los coches es algo que ponen los ciudadanos en nuestras manos para dar un servicio, no para destruirlos o desgastarlos alegremente.
Recuerdo que en su periódico salía una denuncia de la ‘brigada del mocho’ porque había mandado que los coches fueran limpios... Dígame una cosa, ¿crea seguridad un vehículo policial que va sucio, roto, machacado? No, crea inseguridad. Porque seguridad no es solo salir a la calle y detener delincuentes, que hay que hacerlo, pero eso debe ir acompañado de otras cosas: la imagen en un policía es importantísima. Cómo viste, crea seguridad o no... un policía que llega desaliñado, oliendo mal y en unas condiciones deplorables crea inseguridad entre quienes tiene que darle un servicio.
Ahora llega un policía, que a lo mejor es menos competente que el otro, pero va bien arreglado, con buenos modales... y crea seguridad. Estas cosas que parecen baladí están trasladando un estado de ánimo que el ciudadano capta y de alguna manera confía en el que le tiene que prestar servicio o no. La seguridad es algo más amplio que la comisión de un delito. En esto estamos implicados todos, también los periodistas, trasladando todo lo que sucede pero con veracidad, sin ser alarmistas. Es un ejemplo para que lo entiendan yo no soy comunicador, soy policía, espero que lo entiendan.
–Yo, que no soy policía, le voy a preguntar lo que mucha gente se cuestiona, ¿cómo hay decenas de policías para un operativo y luego matan a una persona de dos tiros en la nuca y no aparece ninguno?
–No había ningún policía seguro...
–En el caso de la muerte de ‘Gufito’, le dispararon y escaparon. No habría ningún policía por ahí... digo yo...
–Pero qué queremos, tener un policía en cada esquina...
–En una barriada como el Príncipe, aunque ustedes no puedan evitar que un criminal vaya a cumplir sus planes, más presencia por la noche debería haber... digo yo. No es muy normal lo que está pasando...
–Se acaba de contestar usted sola, no vamos a tener las 24 horas del día un policía. Toda muerte, y se lo digo yo que soy especialista en Homicidios, tiene un móvil, un porqué. Si realmente querían matar a ‘Gufito’ lo iban a matar teniendo un policía en cada esquina y sin tenerlo. Lo único que le hubiera salvado es que hubiéramos tenido noticias y le hubiéramos dado una protección. ¿Pero podemos estar así con todos los ciudadanos por si acaso?
–No, pero tampoco pueden esperar que sea el ciudadano el que les haga el trabajo dándoles información...
–Al policía no le hacen el trabajo.
–En este último caso han detenido a dos personas que luego el juzgado ha dejado en libertad...
–Me veo con la limitación de poder entrar en pormenores. No puedo hacerlo, entiéndame. Tengo que tener un respeto a las cosas que conozco por razón de mi trabajo y a los jueces que tienen que hacer el suyo. Nosotros hemos encontrado elementos y se los hemos puesto a disposición del juez y él determinará, instruirá, hay un fiscal que también entiende de ello. Aquí no hay trampa ni cartón, hay un respeto a la intimidad de las personas, a ese hombre que han matado, a esa familia que tiene y a las normas del procedimiento.
–Vamos entonces a los casos juzgados, a la cantidad de detenidos puestos a disposición judicial que han quedado absueltos. ¿Cree que la gente puede colaborar así, qué falla, la Policía no hace bien su trabajo?
–No he sido capaz de trasladarle la imagen de lo que es una seguridad moderna. No pida que la Policía sea sola y exclusivamente la implicada en la seguridad. La Policía es la implicada en el sentido de que tiene una misión constitucional y tiene que cumplirla y para eso somos profesionales. Pero sin el concurso de la ciudadanía, no se engañe, no se van a resolver muchas de las cosas que suceden. No se van a resolver. El ciudadano tiene que participar de su propia seguridad, ocurre en todas las partes del mundo desarrollado y civilizado.
Usted me ha puesto un ejemplo, yo le pongo otro, el del marroquí asesinado. ¿Se ha resuelto, verdad? La colaboración ciudadana ha sido indispensable. Le voy a decir más. Ya no es que no se participe. Si cuando la Policía llega a un sitio en el que ha ocurrido un suceso y ha habido partes interesadas hasta del propio fallecido que hacen desaparecer los elementos para poder realizar una inspección técnico policial en ese lugar... la Policía no puede hacer más.
Trabajamos con elementos científicos que puedan acreditar cuando se va a detener a alguien. Si le contara la cantidad de cosas que se oyen y se escuchan y cómo llegan informaciones de cómo han sucedido los sucesos... pero eso no nos vale, por fortuna vivimos en un estado de derecho y hay que acreditar las cosas. La presunción de inocencia es para todos y destruirla es el trabajo difícil de la Policía que debe ir acompañado de los ciudadanos.
–En cuanto al tráfico de armas, ¿se topa con la misma dificultad? Ha habido operaciones bajo su gestión que se han saldado sin hallazgos. ¿Topan con la misma traba de falta de cooperación?
–¿Se puede saber el número?, ¿hay una estadística de entrada y salida...? No, porque son clandestinas. Desde que llegué ha habido dos operaciones. Una, de los servicios centrales, en la que se acudió a los domicilios y ya habían desaparecido las armas de allí. Y otras que hicimos nosotros y sí se cogieron armas. Haberlas haylas porque a veces aparecen impactos por ahí, como el caso de la recortada hallada el otro día. ¿Quién sabe dónde están esas armas?, ¿cuántas?
Se está trabajando sobre ello, pero ya decía usted antes que el vecino que sabe no quiere hablar... Volvemos a lo mismo, no tenemos una bola mágica ni podemos trabajar con el silencio de todos. La gente tiene que cooperar en su propia seguridad y si no lo hace, haremos lo que podamos pero no se alcanzarán las cotas de seguridad deseables.
–¿Cree que hay tantas armas como se dice?
–No lo creo, pero las armas ¿son clandestinas, son armas de algún sitio oficial, se cambian constantemente de sitio a sitio...? No cabe duda de que si hay bandas de delincuentes igual que trafican con drogas, lo hacen con armas. ¿Por dónde entran en Ceuta?, ¿cree que por la frontera?... cuando tenemos barcos clandestinos que van y que vienen, una moto de agua... Es muy difícil hablar incluso de un censo de armas irregulares.
–Usted ha puesto en marcha un operativo de seguridad específico en Príncipe Alfonso y Felipe, ¿cómo es que en la relación de incidencias que hacen públicas no se refleja ninguna intervención de arma de fuego en esos controles?, ¿le parece sorprendente?
–No, lo que me parece es que esto no es el Oeste. Es que la gente no va con la pistola encima constantemente.
–¿Pero esos controles no estaban orientados precisamente a localizar esas armas?
–Por eso digo, si hubiera tantísimas armas... Estamos haciendo constantemente controles, eso está anotado y registrado y no aparecen tantas armas. Será que somos muy torpes... pero desde luego no encontramos tantas, si las hubiera a lo mejor aparecían...
–O puede ser que los delincuentes tengan una buena red de informadores para saber dónde está situado ese control... y por eso no las encuentran.
–Pues puede ser, pero el delincuente tiene que saber más que yo, porque ni yo sé dónde se van a hacer. Se dan unos horarios y unas zonas y se hacen de manera aleatoria, con agilidad, se ponen, se quitan... En fin, que no quiero darle más pistas sobre los controles porque si encima los delincuentes leen su periódico, apaga y vámonos.
–Entiendo que hay asuntos en los que no puede entrar a contar más, pero ¿puede hacerlo sobre la denuncia del SIPE de que había coacciones a delegados del sindicato en la Brigada de Seguridad Ciudadana?
–Pregúntele a la representante del SIPE con la que yo he mantenido una charla sobre este particular. Creo que con Ana Moya nos hemos entendido perfectamente y eso está ya descartado.
–¿También se entiende perfectamente con las demás fuerzas de seguridad?
–Por supuesto. La Guardia Civil, la Policía Local y la Policía Portuaria hacen un trabajo magnífico, lo que tenemos es que tener la inteligencia suficiente para coordinarnos y cooperar. El objetivo de nuestro trabajo tiene que ser el delincuente, nunca un Cuerpo contra otro, nosotros nos tenemos que apoyar, defender, trasladar información... No se trata de que aparezca el CNP como el más listo y tratar de competir, no, con el que hay que competir es con el delincuente, acabando con él. Esa es la medida oportuna. Las tres fuerzas de seguridad que le he citado tienen el apoyo del Cuerpo Nacional de Policía, serán bien recibidos siempre, en lo que podamos ayudar ayudaremos y reconocerles sus trabajos también. No tengo malas relaciones con ninguno de ellos sino todo lo contrario.

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