Técnicos de la Secretaría de Estado de Seguridad y de la Comisaría General de Fronteras y Extranjería se encuentran en Ceuta para ejecutar los primeros pasos de lo que se ha denominado frontera inteligente. In situ están conociendo la frontera del Tarajal para empezar a aplicar las primeras medidas de este proyecto que pretende controlar
quién y qué entra y sale por un paso fronterizo demasiado permeable y con abundantes deficiencias arrastradas en el tiempo. En la mañana de este martes los técnicos estuvieron reunidos en la
Jefatura Superior de Policía con su máximo responsable, Alfonso Sánchez, para después acudir a la frontera junto a responsables del área policial de extranjería. Según ha podido saber este periódico, los primeros pasos que se quieren instaurar están orientados a posibilitar un reconocimiento facial de las personas que accedan a Ceuta desde Marruecos. Los técnicos desplazados desde Madrid comprueban la viabilidad de instalación y ubicación de cámaras y medios orientados a identificar a las personas mediante este tipo de reconocimiento, impidiendo por ejemplo los accesos de manera fraudulenta y la usurpación de identidades tan comunes en esta línea fronteriza así como en el puerto. Avanzar en este ámbito no es más que la materialización de los compromisos hechos público
en su visita a Ceuta por la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella. En los encuentros mantenidos con la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, se recogieron todas las quejas habidas en el seno de las fuerzas de seguridad por la situación específica de la frontera, estableciéndose una hoja de ruta para ir implementando mejoras. Entre ellas destaca estos pasos iniciales para la digitalización de la frontera que se suman a las obras de mejora en los carriles o retirada de elementos. Ya hay una partida de 500.000 euros para estos primeros pasos en ejecución. La situación de la frontera preocupa a las autoridades porque su capacidad de control no es la deseada. A su mejora pretende añadirse otra acción paralela que incide directamente en el porteo, ya que pasa por el control de todos los vehículos así como el cierre radical a cualquier tipo de introducción de mercancía por el paso fronterizo, ciñéndola toda al 'Tarajal II'.