El mes de agosto marca en la ciudad el ecuador del verano, la mitad del tiempo de estudio para los malos estudiantes y esa oportunidad única para muchos de visitar la península. Pero el comienzo de este mes tiene una cita ineludible en nuestra ciudad. Las Fiesta Patronales son, sin duda alguna, el momento donde Ceuta luce sus galas y se muestra esplendorosa.
Nuestra Feria poco tiene que ver con el resto de la península, ni está heredada de una feria del ganado, ni esta encuadrada en un ciclo taurino (circunstancia que no estaría nada mal, donde pudiéramos disfrutar de tardes de toros, ensalzando a la fiesta nacional tan relacionada a la ciudad en el pasado y dotando de un coso multiuso a la ciudad). Ah, no seré yo el que nombre a los catalanes ni le dedique un minuto a la prohibición de las corridas de toros…
Nuestra fiesta es marinera…nació a la vera del mar y sabiendo todos que es una fiesta para todos los caballas por encima de sus cultura, raza o religión no debemos olvidar que va de la mano a los honores a nuestra Patrona la Virgen de África. Aquella Virgen morena que tan ligada va a la fundación de la ciudad, santo y seña de nuestra identidad, rompiendo los límites de Ceuta y alumbrando a tantos ceutíes que viven lejanos a ella.
Bajar a la Feria supone el reencuentro con muchos vecinos de la ciudad con los cuales no coincidimos durante el año, bien por vivir ya en otros barrios o por haber abandonado nuestra tierra en otros tiempos… y es en el Real de la Feria donde Ceuta se vuelve pueblo, cuando los olores de la infancia vuelven a estrenarse renovados, plenos de recuerdos, colmados de caballas… y es que sin bajar a la Marina a disfrutar una noche en las casetas no puede completarse un verano pleno.
Sé de las limitaciones de las vacaciones, sé de muchos que no les gusta el soniquete de la sonanta de unas sevillanas… sé del gasto que supone y de la situación que vivimos pero cómo no acudir a la cita de agosto bajo ese cielo de farolillos, ¿Cómo dejar la oportunidad de acudir a la ofrenda de flores de la Patrona?, ¿Cómo abandonarse a dejar en el olvido algo tan castizo para los nacidos en este pellizco de España?…
Ceuta de Feria en el puerto, en la Gran Vía (primera de mis recuerdos, más cercana a una Velá y más popular imposible, desde esas primeras casetas, que algunas aún existen, a esa caseta municipal que ocupaba la zona moderna del ayuntamiento), traslado a los terrenos ganados al mar de la Marina y sus distintas modificaciones…
Fiestas patronales por donde desfilaron tantos artistas, donde Paco Palacios “El Pali” le cantó a nuestra españolidad, donde tantos flamencos de cache arribaban a nuestra Perla para dar lo mejor de todos sus cantes…
Años de claveles vendidos por gitanas conocidas por venir todos los años (no chinas de con mil luces…), veladas de pulpo, de pollos asados, de patatas fritas y algodones de azúcar… acercarse a lo más íntimo de nuestras costumbres es afianzarse con orgullo a nuestras raíces…
No duden en visitar el recinto ferial y en la portada nos vemos…