El sistema de separación de tráfico funciona de forma muy similar a una autopista. l La puesta en funcionamiento del centro de ‘Tánger-Med’ introdujo algunos cambios de protocolo de Ayamonte, en Huelva, a Almuñecar, en Granada. Más de 500 kilómetros de costa que una veintena de marinos mercantes controlan durante las 24 horas los 365 días del año. Hablamos del centro del Centro de Coordinación del Centro Marítimo de Tarifa, conocido habitualmente como ‘Tarifa Tráfico’. Un seguro (casi) de vida no solo para los más de 320 barcos -más de 13 cada hora- que diariamente atraviesan el Estrecho, sino también para todos aquellos usuarios que realizan en él diferentes deportes náuticos e incluso para las oleadas de inmigrantes que llegan incesantemente a la costa ceutí, melillense y andaluza. Pero, ¿cómo organizar el tráfico en un espacio de tanto tránsito teniendo en cuenta que tan solo 14 kilómetros separan la costa europea de la africana en su parte más estrecha?
Todo funciona como una auténtica autopista con dos carriles bien diferenciados e incluso la conveniente mediana que recuerda que solo debe ser pisada en situaciones de emergencia o cuando se vaya a realizar alguna maniobra concreta imposible de hacer de otro modo. Fue la Organización Marítima Internacional quien, en 1970, la ‘asfaltó’ para encauzar los flujos de tráfico en las direcciones Este y Oeste, e incrementar así la seguridad de la navegación en la segunda zona con más tráfico marítimo del mundo. Desde entonces han sido varias las ocasiones en que se ha tenido que llamar a los obreros para realizar algunos cambios. El principal en estas décadas, sin duda, se realizó con motivo de la puesta en funcionamiento del nuevo puerto de Tánger-Med. Era necesario integrar el tráfico entrante y saliente, de ahí que se estableciera una zona de precaución que, a efectos prácticos y para ser comprendido por los ciudadanos de a pie, funciona a modo de rotonda. La apertura de este gran enclave portuario llevó aparejada la de un centro de coordinación que trabaja en estrecha colaboración con ‘Tarifa Tráfico’.
Como consecuencia de este incremento en la vigilancia varió también el protocolo. Así, desde el 1 de diciembre de 2010, los buques que se dirijan hacia el Oeste -procedentes del Mediterráneo- efectúan las notificaciones pertinentes a ‘Tarifa Tráfico’ en la costa española al cruzar el meridiano 005º58',00W. Por el contrario, los que se dirijan al Este, hacen lo mismo al cruzar el meridiano 05º58',00W a Tánger. Pero, se preguntarán muchos de ustedes, ¿qué pasa cuando, como les ocurre a los ferries a diario, se debe cruzar una vía de circulación? Las reglas, un código que funciona de manera similar a la normativa de tráfico rodado que todos conocemos, establecen que en esos momentos el rumbo trazado se relice, en la medida de lo posible, forma una perpendicular con la dirección general de la corriente de tráfico. Existen, como quien advierte a un conductor de automóvil sobre un ‘tramo de concentración de accidentes’, dos zonas de precaución. Una está situada entre Algeciras y Ceuta. La otra, frente al puerto de Tánger-Med.
Estos imperativos de circulación, semejantes a los que funcionan en las carreteras no son, sin embargo, los únicos que contribuyen a que el índice de concentración de accidentes en el Estrecho sea, si se considera el ingente tráfico de la zona, muy bajo. Además, desde 1997 todos los barcos que entren en el Estrecho están obligados a notificar su presencia a ‘Tarifa-Tráfico’ o a ‘Tánger-Med’ en función de su procedencia. Hasta entonces esa llamada era opcional. Ahora han de aportar su nombre, el indicativo de llamada, el tipo de barco, el puerto de origen y destino, si lleva mercancías peligrosas... Datos, todos ellos, que instantáneamente son introducidos mientras se produce la conversación. Tras ello comienza el seguimiento personalizado del paso de cada barco por el Estrecho y, si en algún momento, necesita asistencia está perfectamente localizado e identificado. Un complejo sistema que, según coinciden todos los expertos, convierten al Estrecho de Gibraltar en un enclave altamente seguro para la navegación a pesar de sus altos índices de tráfico y sus peculiaridades.