El
nuevo mecanismo implementado por la Delegación de Gobierno para evitar los colapsos en la frontera del Tarajal ha mantenido la crispación de porteadores y vecinos durante toda la tarde de ayer. Las colas se mantuvieron en las avenidas doctor Abdelkrim y doctora Soraya, dando la vuelta al Hospital Universitario y generando molestias para los vecinos de Loma Colmenar por el ruido provocado por los colapsos.
Desde primera hora de la mañana y hasta bien entrada la tarde los pitidos de los coches junto a los edificios de viviendas y el hospital fueron constantes, alterando la paz de la zona. Los habitantes de Loma Colmenar se han quejado del ruido desde temprano y que ha continuado por la tarde, criticando que hayan traslado el problema de la frontera hasta esta zona residencial. Las largas colas
han mantenido el nerviosismo de los conductores que se dirigían con mercancía a cruzar la frontera y que tuvieron que esperar durante más de cinco horas para poder pasar hacia el lado marroquí. Las discusiones entre ellos no se hicieron esperar, sobre todo contra aquellos que querían aplicar la picaresca de saltarse el recorrido implementado y colarse entre los coches para ganar tiempo. La Policía local tuvo que intervenir en una de estas discusiones, ya que los conductores que esperaban en sus vehículos salieron de estos para frenar a una furgoneta que pretendía saltarse toda la fila a travesee de la rotonda que da acceso al Hospital Universitario. Entre gritos y quejas finalmente regresó y tomó la vía para hacer el mismo recorrido que el resto.
Los porteadores expresaron sus quejas, insistiendo en que desconocían que este mecanismo se pondría en marcha, sin contar con la previsión de que estarían durante horas atrapados en sus vehículos. Aseguran que ha sido el día que más han tardado en cruzar, alterando todos su planeación y temiendo que la mercancía, en algunos casos, se echase a perder. Han criticado las condiciones en las que estaban, embolsados en un espacio sin baños o sin posibilidad de acceder a comida o bebidas frías, sin considerar el calor que hizo durante toda la jornada de ayer y sin tener en cuenta a los menores que viajan en este tipo de vehículos. La zona de embolsamiento, instalada en la avenida doctor Abdelkrim, era la última fase para acceder a Martínez Catena y poder continuar hasta la frontera. Aunque los coches fueron pasando de 30 en 30 a lo largo del día, a las cinco de la tarde la fluidez se vio alterada por el cierre de la frontera a causa de una avalancha de 400 porteadores a pie. Hasta antes de este suceso ya habían cruzado, a través de este método, unos 500 vehículos. El cierre del Tarajal por la tarde no hizo más que aumentar la desesperación de los conductores, que veían las horas pasar y logrando recorrer sólo unos metros. El sentimiento tanto de estos como de los vecinos era el mismo: el problema continúa, pero trasladado a otro lugar. Una vez concluida la jornada se valoró la intervención de los diferentes organismos implicados en este dispositivo, como son los diferentes cuerpos de seguridad, así como parque móvil, con la finalidad de obtener sus puntos de vistas y las posibles mejoras que implementar para las próximas jornadas, ya que se prevé que este mecanismo se siga aplicando.