Tarajal y sus desgracias

El Tarajal es otro mundo, otro espacio de permisividades al que no podemos acostumbrarnos. El efecto llamada desde la apertura del nuevo paso es un hecho. Las estadísticas policiales reflejan que desde el lunes hasta ayer casi se ha triplicado el volumen de entradas. Y eso que Marruecos cortó el paso a muchos de los que querían acceder a Ceuta a portear. Sobre el terreno las escenas constituían una suma de desgracias. Las colas interminables, como las avalanchas que se producen cada vez con mayor asiduidad. Y en medio de todo esto algo que nadie entiende. ¿Quién pone control y orden en las naves, la Policía Local? No sé si a Juan Vivas le gusta que le metan goles, porque este ha sido de los de premio. ¿Qué hace un Cuerpo municipal desarrollando competencias que no le son propias? La pura coincidencia hace que el desembarco obligado de la Policía Local coincida con la publicación de una respuesta del Gobierno de la Nación al diputado Trevín, en la que se le dice que este Cuerpo no tiene competencia alguna en ‘Tarajal II’. ¿Qué hace entonces allí?, ¿cómo se utiliza una fuerza de seguridad municipal para asuntos de seguridad ciudadana, para contener avalanchas, para hacer frente a una situación que se desmadra? La nueva organización en materia de seguridad en la zona es un caos, como también lo es la situación en que tienen que trabajar vigilantes de seguridad. ¿Qué diferencia hay entre lo que ellos tenían que hacer ayer y lo que hacía la Policía? Ninguna, salvo que los primeros no son una fuerza de seguridad y se les está obligando a tener que contener amagos de avalancha, sin disponer de los recursos que debían estar ya operativos.

‘Tarajal II’ ha abierto sin que las zonas de apoyo estén listas, sin que se dispongan de zonas de embolsamiento, sin que se haya concretado un dispositivo acorde... se ha abierto de forma tan chirigotera como lo fue el simulacro previo a la inauguración. Pero todos callan, nadie habla, parece como si estuviéramos abordando un submundo ajeno a la realidad de Ceuta. Estamos abordando asuntos graves, tan graves que se pone en juego las vidas de miles de personas. Alguien debe explicarnos qué está pasando, antes de que nos encontremos con un problema mayor de dimensiones incontrolables.