Llevamos mucho tiempo diciendo que la situación del Tarajal se está poniendo muy fea. Y no solamente porque el caos que llega todos los días provoca situaciones dantescas que se padecen a este lado de la frontera, sino también porque ya van seis muertas en un año como consecuencia de esas avalanchas que suceden a escasos metros de nosotros. Sin embargo, para recrudecer aún más el espíritu contamos
las declaraciones del director general de Aduanas de Marruecos a la revista L,Economiste, donde habla largo y tendido sobre el contrabando y para ello, desde luego, no hace falta hacer referencia a las fronteras de Ceuta y Melilla. Para nosotros es un régimen normal de un territorio franco; para los marroquíes, un puro y duro contrabando Lo que para nosotros es un régimen normal de un territorio franco para los marroquíes es un puro y duro contrabando, consentido, pero contrabando al fin y a la postre. Anuncia que tendrán tolerancia cero con las grandes mafias que se aprovechan de los
porteadores para sus negocios, para los aduaneros corruptos (un total de 157 han sido amonestados a lo largo del pasado año) y deja claro el director general de Aduanas marroquí que cada vez las tuercas se van a apretar más. Y todo porque dice que están obligados a defender el tejido industrial marroquí, ya que cada año pierden miles de empleos tanto la industria de tejidos como la agroalimentaria. Por supuesto, que también se debería llamar la atención a las autoridades del otro lado, porque desde España se está dispuesta a dar un paso y crear una aduana comercial, pero sucede que el pragmatismo no cuela al otro lado del Tarajal y priman unas reivindicaciones que quedan obsoletas en pleno siglo XXI como el que nos encontramos.