Tarajal: la espiral de la violencia

A los sucesos de los últimos días se añaden dos heridos tras agresiones y un ataque a plena luz del día perpetrado por encapuchados con bates, pistolas y navajas.

Las escenas que se están repitiendo día tras día en el polígono del Tarajal son indignas. No pasa ni una sola jornada en la que no se produzcan atracos, robos violentos y agresiones. Las víctimas son porteadores, pero también empresarios y trabajadores de las naves. Detrás se presume la existencia de una banda organizada que no solo estaría detrás de estos episodios, sino también de extorsiones de mayor calado al igual que de otra parte de la delincuencia común enquistada en la zona. La Policía Nacional está investigando un asunto que preocupa y que ve mucho más allá de lo que se engloba en los denominados hechos aislados. Ni mucho menos lo que está ocurriendo día tras día es para ‘pasar página’. La escalada de violencia va a más y las voces que alertan de que pueda producirse algo grave son cada vez más constantes.
En las últimas 24 horas han tenido lugar más hechos violentos que vienen a sumarse a los que ayer narraba este medio, cuando informaba de la existencia de atracos, una reyerta y un ‘secuestro exprés’. A esta particular tarjeta de presentación se añade el grave episodio ocurrido cuando un grupo de ocho personas, armados con pistolas, bates y navajas atacaron a porteadores pero también a empleados de una de las naves ubicada en la zona. Pegaban y robaban, actuando, según testigos presenciales, de una forma muy violenta. Se cree que algunos de los componentes de esta banda pudiera ser, por su apariencia física, menor.
Buscaban dinero, rápido y fácil. Saben que en las naves se mueve, por eso el polígono se está convirtiendo en cobijo de delincuentes que atracan pero también extorsionan. “Golpean hasta por un euro”, advierte un comerciante asentado en el polígono. A los porteadores, además, les exigen el pago del ‘impuesto revolucionario’, es decir, una cantidad que roza los 10 euros por poder pasar al interior del polígono y “coger sitio”. Algunos se niegan a pagar, otros en cambio sí aceptan la extorsión. En ese ámbito de las presiones, de las negativas o de las aceptaciones se producen navajazos, amenazas y golpes. En la mañana de ayer dos marroquíes llamados A.B., de 55 años, y N.A., de 25, fueron trasladados al Hospital para ser atendidos de heridas en la frente y en la cabeza, respectivamente, tal y como confirmó Ingesa. Tras pasar por Urgencias fueron dados de alta. La situación es de auténtico descontrol y caos; la delincuencia común está protagonizada por grupos armados, que en ocasiones van encapuchados pero en otras no, que acuden con coches o en motocicletas con matrículas falsas, que hacen uso de tanta violencia que, se sospecha, pudieran perpetrar sus atracos bajo los efectos de sustancias estupefacientes o pastillas.
No se está solo ante una delincuencia común pura y dura, sino ante atracos organizados en los que se hace uso de armas de fuego de manera indiscriminada. Los autores de estos hechos buscan el atraco ‘al por menor’ pero también a gran escala, estudiando el perfil de marroquí que, se presupone, pueda entrar con gran cantidad de dinero para gastar en las naves en la compra de mercancía variada, alguna de nivel alto. No es la primera vez que se han encontrado, por ejemplo, teléfonos móviles de alta gama dentro de bultos pasados por camalos. A sus espaldas no llevan pañales o mantas, sino mercancía de mayor calidad, más cara y los atracadores lo saben por eso van detrás.
También saben que si atracan a un marroquí con bastante cantidad de dinero en su poder, será complicado que éste presente denuncia para evitar otro tipo de complicaciones como tener que responder ante las autoridades de su país de cómo pudo entrar en Ceuta con una suma importante sin declarar y sin conocimiento.
A la delincuencia común, la que puede ser protagonizada por jóvenes que también están relacionados con el trapicheo al por menor, se le añade la participación de exgomeros con imposible reinserción y de otro tipo de delincuencia que alimenta asuntos de mucho mayor calado para satisfacer la financiación necesaria.

El bulto de China, el objetivo

Hay obsesión por el bulto de China. Se paga caro para sacarlo a Marruecos, de ahí que sea objetivo principal en los asaltos, ante la sospecha de que sus porteadores dispongan de cantidades de dinero más elevadas o los compradores de esta mercancía estén en posesión de grandes sumas. Se cree que los atracos que se están cometiendo tienen como objetivo principal este tipo de mercadeo y que los mismos se han vuelto más violentos ante la sospecha de que se puedan estar moviendo grandes cantidades de dinero. Por eso no miran la respuesta delictiva que dan: sacar pistolas, efectuar disparos al aire, herir con navajas o haciendo uso de bates... incluso retener a personas para llevárselas del lugar y proceder a atracos con ‘más tranquilidad’.
A esta problemática se suma el hecho del incremento de porteadores después de la celebración de la Pascua del Sacrificio. Hay muchos más que antes y duermen todas las noches en el polígono, fuera en las calles o dentro de las naves. La pasada madrugada la Policía encontró a más de 50 dentro de una de las que funcionan a modo de consignas. Su presencia atrae a estos delincuentes que se presentan en la zona desde primera hora de la madrugada. Los vigilantes del Tarajal alertan al 112 de lo que está pasando, pero hasta  que no se producen los episodios violentos no se lleva a cabo la intervención policial.