Tarajal: el camino de la muerte a través de la frontera de Ceuta

¿Hasta cuándo las fronteras marítimas de la ciudad española de Ceuta seguirán cobrándose la vida de la juventud de El Jadida y de la juventud marroquí en general?

Sólo en la ciudad de El Jadida, el número de víctimas llegó a cinco en menos de ocho meses, en medio del temor de las familias de perder a sus hijos en esta ola migratoria sin precedentes.

¿Qué está pasando realmente? ¿Son estas muertes naturales debido a ahogamiento o hay algo y un secreto escondido detrás de las oscuras aguas que hay debajo?

Lo único que se sabe es que desde el pasado mes de abril, los dos jóvenes Mohammed El Khaoua, de 20 años, y Abdessamad Al-Habachi, de 25, desaparecieron tras intentar cruzar a Ceuta desde la playa de Fnideq el lunes 04/11/2023, alrededor de la una de la noche, y no fueron vistos más, por lo que las dos familias cayeron en las garras de dolor, tristeza, confusión y miedo, ya que se desconocía su suerte y la búsqueda de ellos continuó.

Ya sea en Castillejos o en Ceuta, después de que las familias contactaran con la prensa local de Ceuta, las autoridades de inmigración, la Policía Nacional española y la Guardia Civil, que prestaron la máxima asistencia y expresaron su apoyo a las familias, aproximadamente un mes después, el cuerpo del joven fue encontrado.

Mohammed El Khaoua apareció finalmente en la playa de la región de Al Hoceima, después de que unos pescadores lo encontraran flotando. Después de eso, el destino del joven Abdessamad Al-Habachi sigue siendo un misterio, ya que aún no ha aparecido.

No nos olvidamos de Abdessamad, cuya familia celebró un funeral en su honor pero sin enterrar su cuerpo, la madre sigue de luto por la pérdida de su hijo, del que no queda rastro desde el pasado mes de abril, a pesar del problema. ¿Quién lo ahogó?

Luego, el pasado mes de agosto, el joven Ahmed corrió la misma suerte, ya que desapareció durante varios días, antes de que unos ciudadanos de Ceuta encontraran su cuerpo.

La Guardia Civil recuperó su cuerpo flotante para que pudieran identificarlo a través de una foto suya encontrada en su teléfono por lo que su imagen se difundió ampliamente, pues su familia rápidamente lo reconoció y se coordinó con la Asociación Al-Qadr en Ceuta para facilitar el proceso de transporte.

Enterrarlo en su ciudad natal de El Jadida, donde su pérdida dejó en sus conocidos, familiares y amigos la misma conmoción que la partida de Mohammad y Abdessamad. Porque son jóvenes entusiastas y de buena moral, y después de sucesivos desengaños y cosecha de almas puras e inocentes.

A principios de esta semana, recibimos la noticia de la pérdida de dos jóvenes, Ismail Ait Ouballa, de 25 años y Elias elantabi, de 24 años, en los mismos pasos y en las mismas aguas malditas, cuando partieron el lunes.

El 6 de noviembre de 2023, a las seis de la tarde, acompañados de su amigo Mahdi el Idrissi, el único superviviente que estaba destinado a sobrevivir al infierno del mar embravecido, que poco antes los arrastró de su destino.

Llegaron a la costa occidental de Ceuta. Mehdi pasó tres días en el mar, luchando por la muerte y tratando de sobrevivir. Las noticias nos dijeron que desconocía la suerte corrida por sus dos compañeros y que fue separado de ellos alrededor de la primera hora de la noche del mar, fue remolcado hacia Gibraltar, hasta que un barco chino lo encontró y emitió una llamada de socorro, para que un helicóptero de rescate pudiera llegar hasta él, trasladarlo y permitirle volver a vivir después de pasar más de dos días y medio enfrentó todo tipo de peligros, tras los cuales experimentó un trauma psicológico que lo ha afectado hasta ahora.

No nos olvidamos tampoco de los jóvenes marroquíes de diversas ciudades que se perdieron en las fronteras marítimas de Ceuta. y Melilla, España, en un intento de emigrar para mejorar sus condiciones sociales y asegurarse un futuro seguro, pero el resultado siempre es triste y devastador para la familia y la sociedad.

¿Dónde está el problema?

El principal problema es la frágil situación social en Marruecos, especialmente en la ciudad de El Jadida, donde no hay oportunidades laborales para los jóvenes residentes en la ciudad lo que les lleva a la desesperación y a elegir el camino de la muerte para cambiar de vida.

Llegan después de ver la muerte, y algunos mueren en el intento, y este viaje migratorio también existe en la costa de El Jadida a través de barcos de la muerte, a pesar de los intentos de los servicios de seguridad, la gendarmería y la Royal Navy para frustrar estos intentos y detener a muchos de ellos, lo que contribuye a salvar vidas, se enfrentan a mafias de trata de personas con cada vez más influencia en las costas de nuestro país, que aprovechan la debilidad de estos jóvenes para arrojarlos a los barcos de la muerte.

La ciudad de El Jadida sufre gravemente por la falta de oportunidades laborales, ya que la delincuencia, el abandono escolar, la falta de vivienda y las drogas han aumentado y los jóvenes no tienen más remedio que dirigirse hacia Fnideq, donde son arrojados al mar cada día.

Esto es lo que nos hace pensar, como sociedad y autoridades locales y centrales, en encontrar una solución a este fenómeno devastador y educar a los jóvenes sobre los peligros de nadar de noche en aguas abiertas o intentar una inmigración ilegal, y al mismo tiempo enfrentarnos a todos que intenta abandonarnos.

Nuestra juventud ayudándoles o instigándolos, o aprovechándose de su debilidad para obligarles a suicidarse indirectamente, hasta que...

Escribiendo estas líneas, muchos jóvenes planean realizar el mismo viaje, y esto es un llamamiento a las autoridades competentes de la ciudad de Fnideq, endurecer los procedimientos, realizar dobles controles en los pasos costeros, vigilar a los procedentes de estas zonas ante la administración pública, registrar sus equipajes y confiscar los medios que puedan utilizar como bañadores, boyas, etc.

Reforzar la valla en la frontera con Ceuta, impedir por todos los medios a su alcance cualquier intento de migración y redoblar esfuerzos en este sentido para salvar la vida de estos jóvenes, es también responsabilidad de las autoridades ceutíes, que también deben proteger sus fronteras con toda determinación.

Impedir el cruce o retorno de migrantes y no acogerlos, lo que constituye un incentivo para que otros jóvenes corran la misma suerte. Esperamos que aumente el nivel de conciencia en la nueva sociedad, especialmente sobre este fenómeno que apareció hace dos años y sobre la inmigración ilegal en todos nuestros países en general, para proteger las vidas y la juventud que son el futuro de este país.

Esperamos que las cosas cambien y no sepamos de la pérdida de una persona más de nuestra querida ciudad, tenemos misericordia de todos los que perdimos y decimos que nunca los olvidaremos.