La
magistrada italiana Sveva Sicoli ha participado este curso judicial en un
intercambio europeo que la trajo durante dos semanas a la ciudad autónoma, que se ha llevado “en el corazón”. Apasionada del Derecho Penal, en Ceuta conoció de cerca de la mano del juez Miguel Ángel Cano el funcionamiento del
sistema procesal español. “He conocido un lugar maravilloso y aconsejo a mis compañeros italianos y europeos en general realizar una experiencia parecida en Ceuta, donde se respira una atmósfera de fusión entre culturas distintas en medio de un paisaje estupendo ”, recomienda en conversación con El Faro una vez obtenido el permiso del Consejo General del país transalpino para mantener esta charla.
–¿Cuáles son sus funciones como jueza en Italia? –Soy jueza penal y trabajo en la región de Novara, una ciudad de la región del Piamonte, cerca de Milán, donde vivo. Como juez penal monocrática juzgo delitos cuya pena máxima no supera los diez años. En Italia también voy a componer un colegio de tres jueces con competencia para delitos de penas superiores, así como una corte con seis ciudadanos y dos magistrados profesionales para juzgar asesinatos.
–¿Es jueza por vocación o cómo llegó a la magistratura? – Me gradué en 2013 en la Universidad Federico II de Nápoles en Jurisprudencia y tengo la habilitación para la profesión de abogado. En 2017 gané un concurso para Letrado del Estado, a lo que me dediqué un mes en Roma, pero como había ganado también el proceso selectivo para jueza elegí esta última profesión porque, como expliqué en el examen oral, mi corazón siempre me ha inclinado a la Justicia por mi pasión por el Derecho Penal.
–¿A qué se debió su paso por Ceuta? – El motivo de mi visita a Ceuta fue un intercambio de dos semanas entre jueces europeos. Trabajamos en países distintos, pero todos formamos parte un sistema muy grande que es el Área Europea de Justicia que es importante armonizar, así como entender las diferencias entre los distintos sistemas procesales y judiciales partiendo de que también existe un núcleo común de principios.
"Aconsejo a mis compañeros italianos y europeos en general que hagan esta experiencia en Ceuta"
–¿Por qué eligió la ciudad autónoma para participar en este intercambio europeo? –En el último programa no se podía elegir la ciudad en la que hacer el intercambio, sino solamente el país. Yo elegí España porque con 22 años estuve de Erasmus en Madrid y estoy enamorada de España. La verdad es que cuando me adjudicaron Ceuta yo no me acordaba muy bien de su ubicación. Al final recordé y he conocido un lugar maravilloso con un Juzgado de lo Penal muy bonito sobre el mar. Sigo aconsejando a mis compañeros italianos y europeos en general que hagan esta experiencia en Ceuta.
–¿Entonces está contenta, la suerte le fue propicia? –En la ciudad fui confiada a la preciosa guía del juez Miguel Ángel Cano Romero, que es una persona increíblemente disponible que me ayudó muchísimo a analizar y comprender las reglas técnicas que gobiernan los juicios españoles. Pude entender las diferencias fundamentales con el sistema procesal italiano, así como participar en vistas, leer actos, documentos y sentencias... Tengo que darle las gracias a todos mis compañeros de Ceuta porque fueron increíblemente acogedores conmigo y me ayudaron mucho. Por todo ello esa ciudad es ideal para hacer un intercambio y así la recomiendo.
"Todos mis compañeros de la ciudad autónoma fuero increíblemente acogedores conmigo"
–¿Son muy distintos los sistemas español e italiano? –He apreciado muchas diferencias en el funcionamiento de los sistemas judiciales español e italiano. En primer lugar los asesinatos en mi país son juzgados por dos profesionales y seis jurados que deciden juntos, mientras que en España únicamente deciden y los jueces deben hacerles algunas preguntas. Además en Italia la sentencia se puede recurrir y en España si hay una declaración de culpabilidad solamente en algunos casos, con condiciones. Además, en el juicio italiano se examinan antes los testigos del fiscal, luego el acusado y al final los de la defensa. En España al primero que hay que examinar es al acusado. En cualquier caso hay un núcleo común de principios sobre derechos y obligaciones de testigos y acusados... Esto confirma que formamos parte de un sistema único. Todos los jueces deben sentir esa pertenencia a él.
–¿Qué recuerdos se lleva de Ceuta como ciudad y como sociedad más allá de su experiencia estrictamente profesional aquí? –Ceuta me ha dejado una impresión muy positiva. Se respira una atmósfera de fusión entre culturas distintas, tiene un paisaje estupendo y además hace sol en invierno, algo que no está nada mal... [Risas].