Los que peinamos canas hemos vivido la España en la que separaban a las niñas y niños en el colegio. Un colegio con dos edificios diferenciados para que tampoco pudiéramos coincidir en el recreo. Eran otros tiempos. Estábais muy atrasados, nos dicen las generaciones posteriores a esa España donde hasta las madres decían “LAS NIÑAS CON LAS NIÑAS, LOS NIÑOS CON LOS NIÑOS”. Había hasta una canción muy popular con este estribillo que marcaba a la España casposa. Solo una cosa era común a ambos sexos, que no era otra que en las formaciones antes de entrar en las clases se cantaban canciones que enaltecían al régimen de la época.
Era la España donde las niñas jugaban con las muñecas, se les regalaban cocinitas por los Reyes y a los niños pelotas, pistolas y guantes de boxeo. Era lo que nos vendían los medios de comunicación del régimen en los anuncios de televisión y prensa. Llegada la democracia los movimientos sociales y, en especial, los feministas, comenzaron a reivindicar y a educarnos para acabar con la educación sexista con la sana intención de erradicar perjuicios sociales de género que habíamos mamado junto con algunos cánticos.
Esta semana nos hemos desayunado que en el Boletín Oficial de la Guardia Civil se ha anunciado la I JORNADA DE DESARROLLO PERSONAL Y DE LIDERAZGO, que tiene como fin formar a las mujeres cabos y sargentos de la Guardia Civil. El objetivo más inmediato es “completar los conocimientos y aptitudes requeridas por el personal femenino en la gestión de emociones en lo referente a la autoestima”. Un curso sólo para guardias civiles de sexo femenino, volvemos a “LOS NIÑOS CON LOS NIÑOS, LAS NIÑAS CON LAS NIÑAS”.
Este llamamiento a un curso sexista, no ha dejado indiferente a ningún sexo en el Cuerpo. Por un lado, hay compañeras que lo tachan de discriminatorio, enmarcándolo dentro de un hecho diferenciador innecesario y paternalista, porque si va dirigido hacia ellas se puede entender que habrá una motivación o carencia especial que ha observado la Dirección General de la Guardia Civil. En el otro extremo, los compañeros que entienden que se puede estar dando una formación extraordinaria a las mujeres, pero discriminando a los hombres. Lo cierto que este curso ha causado una gran sorpresa sin distinción de sexo y tanto hombres como mujeres se ponen de acuerdo en denunciar una muestra de desigualdad innecesaria en el Cuerpo.
Sin embargo, existen otros aspectos profesionales que deben resaltarse, porque la realización de cursos de formación lleva consigo la posibilidad de conseguir méritos baremables para obtener destinos en el Cuerpo y, por tanto, estaríamos ante una clara discriminación a otros compañeros que no pueden realizar el curso por razón de género.
AEGC no tardó en mostrar su rechazo a cualquier discriminación en la Guardia Civil por razón de sexo y defendemos que dicho curso en aras del movimiento de igualdad debiera ser convocado para ambos sexos ya que ampliar conocimientos, saber canalizar emociones y por supuesto tener capacidad de liderazgo no es exclusivo de ningún género y menos en la Guardia civil donde no debe de haber ninguna distinción.
La denuncia de AEGC no ha tardado en dar sus frutos y la Dirección General de la Guardia Civil ha corregido y ahora el objetivo del mismo es “complementar los conocimientos y aptitudes para la promoción de la mujer en la Guardia Civil” pasando a denominarse "’GESTIÓN DE LAS EMOCIONES, AUTOESTIMA, PODER Y EMPODERAMIENTO’. La Dirección General entiende que estas jornadas son positivas para fomentar la igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, si fomentar la igualdad es crear cursos para un determinado sexo, AEGC entiende que no se va por el camino adecuado, porque diferenciar no es fomentar la igualdad por mucho que se empeñen desde la Dirección General del Cuerpo.
Apostar por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres es un objetivo prioritario para la Asociación Española de Guardias Civiles y esta igualdad debe ir dirigida a que sea efectiva para que las mujeres del Cuerpo puedan ocupar cualquier vacante sin necesidad de tener que demostrar su valía más allá de la que tienen los hombres y, por supuesto, tampoco que se vean sometidas a privilegios por razón de sexo, porque esa opción es otra forma de discriminarlas.
AEGC mira hacia adelante y sólo espera que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades, se midan por el mismo rasero, porque la supremacía de los sexos es algo del pasado. Un pasado que sólo sirvió para robar derechos y libertades a las mujeres.
¿Por qué volver atrás?
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