Las
playas de Ceuta acumulan una cantidad de
basura “muy alta” y sus características no coinciden con la que se encuentra en el resto de la costa española estudiadas en otras investigaciones. Cuatro expertos de los departamentos de Ciencias de la Tierra y Biología de la
Universidad de Cádiz y del Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio (IMEM) de la de Alicante acaban de publicar un estudio sobre doce playas de la ciudad autónoma en las que realizaron encuestas entre febrero y abril de 2019 para evaluar la cantidad de residuos, sus, categorías y su distribución temporal.
“Los plásticos adquieren valores bajos y, a la inversa, otros materiales que no son muy frecuentes en otros lugares son más frecuentes en Ceuta, por ejemplo el metal, el vidrio o la madera”, advierte el trabajo, que alerta de que “el contenido global de residuos en la ciudad tiende a ser más numeroso que en otras provincias españolas”.
Francisco Asensio, Giorgio Anfuso, María Teresa Aguilar y Milagrosa Oliva creen que ese “alto nivel de contaminación” puede deberse a hasta cinco factores que actúan “simultáneamente”. Se trata de “la falta de educación de las personas que contaminan”; “los tipos de acciones de limpieza, cuya frecuencia no es la más adecuada”; “las situaciones desfavorables de muchas personas que las llevan a vivir en la costa”; “las construcciones ilegales y vertederos”; y la “mala gestión general de residuos”.
La abundancia promedio de basuras para cada playa y para los tres períodos de muestreo mostró a la de Calamocarro como el sitio costero más limpio. Un total de siete de las playas estudiadas están ubicadas en áreas urbanas. En esta categoría, las densidades de basura variaron mucho: Juan XXIII apareció como el sitio menos contaminado y San Amaro, como el que más.
Cinco factores condicionan el nivel de suciedad de la costa de la ciudad
El Sarchal y Benzú mostraron niveles de contaminación “superiores a los observados tanto en las zonas urbanas como en las remotas”, en buena medida porque se utilizan “a menudo” como vertederos y porque “presentan desechos relacionados con su uso, a menudo vinculado a fiestas con consumo de drogas y alcohol”.
En el primer caso, en el arenal de Recinto se localizaron además “elementos peligrosos como alambres, ganchos, fragmentos de metal y vidrio, madera...”.
Según los investigadores, estos datos “resaltan la ausencia de una relación clara entre la tipología de cada playa y la abundancia de basura”. Es decir, “en muchos casos, el uso tiene más influencia que la propia tipología”.
Además, “el número total de elementos apreciados en cada playa estaba claramente relacionado con las operaciones de limpieza de la playa: los niveles más altos de contaminación por basura se observaron en las playas no limpiadas, es decir, Fuente Caballos, El Sarchal, El Desnarigado y San Amaro”.
El Sarchal y Benzú han mostrado niveles de contaminación superiores al resto
En términos generales “la mayor parte de la basura consistía en material plástico: tapas de botellas, colillas de cigarrillos y envoltorios”. Los resultados mostraron una “baja eficiencia” del manejo de la playa durante el período de estudio, lo que refleja “un procedimiento inadecuado de recolección de basura que probablemente esté relacionado con la baja frecuencia de limpieza (semanal)”, aunque la Ciudad ha hecho esfuerzos durante los últimos tiempos en mejorar las tareas de limpieza del litoral.
Desde el punto de vista de los autores del trabajo, “se requieren acciones urgentes en las playas de Ceuta porque la cantidad de basura es muy alta y puede ser peligrosa para los visitantes de la playa y la vida silvestre”. Las metodologías aplicadas en este estudio consideraron que la mayor parte de las doce estudiadas se encuentran en condiciones de “pobres” por su nivel de suciedad y residuos.