Ya sucedió el pasado año y ahora la pesadilla ha vuelto a uno de los barrios tangerinos en donde más acentuada es la presencia de inmigrantes subsaharianos que esperan su partida a Europa.
Las denuncias de marroquíes en contra de estos asentamientos en bloques de viviendas ha forzado una violenta actuación policial que se ha traducido en el desalojo forzado de las casas, la rotura de las pertenencias de los inmigrantes y la huida de éstos en autobuses o la búsqueda de escapadas en embarcaciones. La muerte de un inmigrante en el desalojo, tal y como denunció ayer a través de las redes sociales la activista Helena Maleno, no ha hecho sino encender más los ánimos en una población sometida a un acoso constante.
El barrio de Boukhalef ha servido hasta la fecha de punto de concentración de subsaharianos cuyo único objetivo era cruzar las fronteras para alcanzar Europa. Tras las protestas de marroquíes, llegó la Policía y comenzó a arrojar por las ventanas de los bloques todas las pertenencias de los subsaharianos: colchones, maletas... forzando así a que las familias abandonaran el lugar. En esa operación, un subsahariano oriundo de Costa de Marfil falleció al caer de una ventana, según Ca-minando Fronteras, su cuerpo está en la morgue. A las huidas voluntarias de subsaharianos (ayer Salvamento Marítimo rescató a mujeres, hombres y bebés en una embarcación que fue trasladada a Tarifa) se han sumado las expulsiones en autobús con la idea de alejar a la población subsahariana de Tánger, sin saber a ciencia cierta el lugar en el que terminarán su periplo. Otros han quedado por las cercanías sin tener hogar en donde permanecer. En las redadas policiales para desalojar los bloques participaron también vecinos marroquíes que se quejan de la elevada presencia de los inmigrantes. Y es que este barrio estaba siendo el lugar de concentración de inmigrantes que son expulsados a su vez de los campamentos creados en los montes.