Un
joven subsahariano falleció en la tarde de este sábado al intentar cruzar a nado a Ceuta desde la
zona del Tarajal. Llevaba un aro de neumático a modo de flotador para mantenerse a flote. Murió en pleno pase, siendo su cuerpo recuperado en la playa de
Castillejos, a la altura del hotel Ibis. La tragedia asoma en una frontera sur en la que son los marroquíes los que suelen buscar el cruce a nado. Los oriundos del África subsahariana no tienen conocimiento de natación de ahí que sea raro que intenten pases de este tipo por sus propios medios, salvo que en este caso hubiera contado con alguna embarcación de apoyo que finalmente no intervino.
Su cuerpo, sin vida, fue recogido en torno a las 16:00 horas (española) para proceder a su traslado a la morgue para su identificación. Precisamente en el día de ayer se produjeron acercamientos aislados a la valla, como casi a diario, siempre protagonizados por grupos reducidos que intentan sortear los obstáculos levantados para separar las fronteras de España y Marruecos.
Son intentos a la desesperada que en ocasiones dejan muertes atrás, casos de los que nadie habla pero que se producen en las distintas rutas seguidas por estas personas para escapar del otro lado. Marruecos levanta cada vez más vallas reutilizando las concertinas retiradas por Europa. Lo que sucede al otro lado escasamente trasciende, no se tiene conocimiento de las muertes y desapariciones salvo que sean constatadas por oenegés, algo que en demasiadas ni siquiera se produce. En el entorno de Ceuta es tal la presión ejercida por los agentes marroquíes que, salvo grupos reducidos, no se han producido acercamientos de gran cantidad de personas a las vallas. La zona perimetral se ha blindado con otros elementos alternativos a las concertinas además de emplearse ya drones para su control.