Suárez Illana: “El PP será refugio para los abandonados por las élites radicalizadas del PSOE”

Adolfo Suárez Illana (Madrid, 1964) ha vuelto a la primera línea política y no como aspirante a presidir una Comunidad Autónoma, como en 2003, sino para estar entre los puestos más relevantes de la lista del PP al Congreso que, por Madrid, liderará Pablo Casado. Antes de entrar en campaña oficialmente, esta semana ha visitado Ceuta, una de las regiones que despertaba “pasión” en su padre, artífice principal de la Transición, para ser jurado del XVII Premio Convivencia. Durante su paso por la ciudad atendió a ‘El Faro’ para analizar la situación generada por el florecimiento de los “extremismos” como principal novedad.

– ¿Cómo va el proyecto de la Fundación Concordia y Libertad?

–El presidente Casado y yo la presentamos en Ávila en septiembre. Pretendemos que sea un instrumento lógicamente del PP pero al servicio de la sociedad. Entendemos que la convivencia, la concordia, ha ido sufriendo durante estos últimos años embates que la hacen estar en una situación realmente de peligro. Nos preocupa la tensión que se ha generado en la vida, no solo en la vida política sino en la vida pública en general. Es necesario llamar a esa convivencia y a esa concordia que si bien en un principio todos entendemos entre distintos porque nos enriquece a mí me gustaría darle una vuelta más. Es el abecé disfrutar de lo mucho que hemos generado en esa convivencia entre diferentes a lo largo de los años. No me gustaría ser esa tercera generación de una familia rica cuyos abuelos y padres a través de un esfuerzo ingente y un trabajo maravilloso consiguen generar un importante patrimonio y riqueza para disfrutarlo y acabar con ello.

– ¿Teme que lo dilapidaremos?

– En este país nuestros mayores, de un lado y del otro, han hecho un esfuerzo para darnos la mejor España que ha existido. Nosotros que la hemos recibido debemos hacer también un esfuerzo ingente, todo el que esté en nuestras manos, para incluso superar todo eso que se nos ha dado y transmitirlo a nuestros hijos.

–¿El secesionismo catalán es, desde su punto de vista, la mayor amenaza que aprecia para la convivencia y concordia en nuestro país actualmente?

– No solo. El secesionismo catalán no es una cosa nueva y hemos aprendido a combatirlo a lo largo de los años. Una de las cosas que nos debe tener tranquilos y sin ningún complejo es que la ley funciona, que en un Estado de Derecho quien la hace la paga y que cuando funciona la ley no hay problema. Lo dice un Suárez que representa la memoria de alguien que lideró un proyecto como la Transición española que tanto aducen estos separatistas de vez en cuando para rememorar la audacia y se olvidan de que la audacia se utilizó para transitar de la ley a la ley, no se quebró ni una sola de las leyes de la dictadura y eso se hizo para llegar a una democracia plena. Me parece realmente asombroso que hoy alguien en una democracia plena nos diga que se tiene que saltar la ley para llegar a no se qué ensoñación que no solo no conocemos sino que además tampoco compartimos.

–Como político, pero también como abogado. ¿Está siguiendo el juicio del ‘procés’ en el Tribunal Supremo?

– Por supuesto

– ¿Y qué le está pareciendo?

–Un juicio extraordinariamente garantista. Se está prestando un cuidado exquisito al derecho de los procesados y las defensas. Estamos viendo cómo la Sala lo está llevando con una exquisitez que ya me gustaría a mí, sinceramente, que otros que reclaman a España en Cataluña la utilizaran también cada vez que usan desde los poderes públicos que les ha concedido el Estado español.

–Su primera experiencia en primera línea política data de 2003...

– No, yo llevo en política desde que me afilié a las juventudes UCD, que hace ya...

–Sí pero entre 2003, cuando usted aspira a la Presidencia de Castilla-La Mancha, y ahora, ¿ha notado muchas diferencias en la política española?

– Hay una diferencia notable: hoy tenemos dos partidos extremistas. Por un lado está Podemos, que es el comunismo llamado de otra forma porque ni siquiera tienen el valor para llamarse comunistas, y por otro está Vox en la derecha, que acaba desvirtuando muchísimas de las propuestas. Y ha surgido también un partido socialdemócrata que es Ciudadanos y que curiosamente algunos estrategas acaban colocándole como una alternativa razonable al PP cuando no tiene absolutamente nada que ver desde el punto de vista ideológico pero que sí tiene claro, y de eso nos podemos sentir orgullosos, que ambos defendemos la unidad de España y los principios fundamentales de nuestra Nación como principio general.

– Entiendo que para usted sí está claro que Vox es una opción política caramente de extrema derecha.

–Creo que sí. ¿Hay alguien que diga otra cosa? Pregunto.

–Hay quienes, en su partido, se niegan a situarles. Dicen que son ellos quienes deben ubicarse.

–Sí, ellos deben decirlo y lo dicen con cada propuesta. Se van escorando, escorando, escorando... Aparecen poco y cada vez que lo hacen entendemos por qué. Porque no saben contestar una pregunta o cuando hacen una propuesta porque es una salida de banco importante. El PP tiene 40 años de historia y hemos visto nacer y desaparecer muchos partidos que han iniciado su andadura con grandes ínfulas y se han desinflado con el tiempo. El PP lleva 40 años aportando a la historia de España, como el PSOE o como el Partido Comunista en su momento. Este país lo hemos construido entre todos, también el PP, y puede sentirse legítimamente orgulloso de ello. Hemos cometido errores en ocasiones pero es humano aprender de ello y seguir trabajando.

–¿La aparición de una opción de extrema como Vox es fruto de algún error estratégico del PP, que hasta ahora ha sido la casa común de la derecha española? ¿O a qué lo atribuye?

–Cada uno piensa como piensa y hace lo que hace. No puede atribuir usted que salga un partido de extrema derecha o de extrema izquierda a que yo me comporte de determinada manera. Yo me he podido equivocar en alguna ocasión pero no soy responsable de que alguien sea de extrema derecha o izquierda, en absoluto.

–Le preguntaba en esos términos porque ellos dicen que el PP se ha centrado demasiado, que están acomplejados...

– Me deja perplejo con eso. El PP ha sido un partido de centro siempre y lo que hace es ensanchar su base siempre. Para gobernar una nación como esta se necesitan 11 ó 12 millones de votos y es ilusorio creer que piensan exactamente igual todos. No es verdad pero se sienten representados en un proyecto común que salvaguarda gran parte de sus ideales, intereses, anhelos y sueños. Eso es un partido, compartir los sueños de mucha gente. Eso es la Constitución, un sueño compartido. Si discutimos usted y yo sus 169 artículos estoy seguro de que habrá algunos en los que no estemos de acuerdo. Yo no habría hecho así varios, no me gustan, pero hubo alguien a quien sí y necesitaba que fuesen así para que el conjunto le resultase agradable también. El PP desde el centro es capaz de ensanchar sus bases hacia derecha e izquierda. Por un lado hacia la socialdemocracia moderada que tanto ha contribuido a crear España y que se encuentra abandonada por una élite del PSOE que ha acabado radicalizándose... La casa común del centro-derecha español tiene que ser un buen vecino y debe servir de refugio para sus vecinos desde la discrepancia, que la hay, que pero aquí tienen refugio porque jamás violaremos los principios fundamentales en los que también creen, la Constitución Española.

–¿Usted está dispuesto a presentarse a las elecciones del próximo 28 de abril?

–Yo a lo que estoy dispuesto y ya lo he hecho es a abandonar mi carrera profesional al menos durante un tiempo para dedicarme a la política. Eso es lo que estoy haciendo desde la Fundación al servicio de los españoles a través del PP. Esa es mi tarea y compromiso. Yo salí hace tiempo de La Moncloa y no tengo ninguna ambición personal de volver pero sí de llevar a Pablo Casado y al PP para volver a desarrollar las políticas de centro que tanto bien han hecho a este país.

–Ayer se cumplieron cinco años desde el fallecimiento de su padre. ¿Cómo cree que vería la situación política actual?

–Respeto tanto a mi padre que no me voy a arrogar el derecho a decir lo que pensaría. El presidente Suárez lo es de todos los españoles. Que le estudien, lean y entiendan para saber lo que pensaría.

– En anteriores visitas a la ciudad ha destacado el cariño y preocupación de su padre por Ceuta, Melilla y Canarias...

–He destacado su pasión. Tenía una foto detrás de él de estas tres zonas ultraperiféricas. Hay una relación curiosa. Aquí se pueden sentir un poco abandonados y allí algo despegados pero esta tierra es tan española como Salamanca. Cada vez que uno viene aquí es un orgullo ver esta españolidad y este cariño. Cuando uno en la Península habla de Ceuta y Melilla nos sentimos tremendamente comprometidos con esta tierra tan española como cualquier otra. Esos vínculos hay que fomentarlos y promocionarlos. El presidente Suárez tenía pasión por esta tierra. Hizo el servicio militar en Melilla, donde encontró plaza libre, y se fue como oficial. Yo he jurado bandera en Melilla y mis hijos aquí. Las dos ciudades están íntimamente ligadas a la familia Suárez y para nosotros es un honor y un orgullo venir por aquí.

–Se trata de dos ciudades que además presumen de ser ejemplos de convivencia, uno de los principios de la Fundación que usted lidera

– Absolutamente. Eso me ha traído esta vez aquí, formar parte del jurado del Premio Convivencia que mi padre recibió en su primera edición. El presidente Vivas me ha impuesto un pin con la estatua del galardón y para mí es un orgullo que esta ciudad con cuatro culturas tan distintas y tan cercanas sea un ejemplo de convivencia para todo el mundo y pueda proyectarse como tal hacia fuera.