Fuentes comerciales estiman antirrentable importar pantalones a 20 céntimos y pagar 100 euros a un portador por pasar un bulto de este producto.
Las cifras hablan por sí solas: la importación a Ceuta de pantalones a 30 céntimos la unidad procedentes de la península contrasta con que un porteador o camalo llegue a cobrar hasta 100 euros por sacar estas mismas prendas, empaquetadas en forma de bulto, por el Puente del Biutz. ¿Cómo es posible que a un empresario le salga rentable un negocio con tales costes de transporte solo de la ciudad autónoma a Marruecos? La respuesta “se esconde detrás del bulto de ropa de China”.
Fuentes empresariales observan, desde hace meses, la transformación que ha experimentado este ‘comercio atípico’ y, tras analizar una serie de certezas en torno a esta actividad transfronteriza, sospecha que todo lo que rodea a este bulto de ropa de China tendría que ver con un posible “blanqueo de capitales” que, asegura, procedería de “actividades ilícitas”. Tesis que también habrían mantenido algunos estamentos oficiales y que dieron lugar a operaciones que resultaron “infructuosas”.
“Debido a que pagar una cantidad mayor supone repercutir a la mercancía un coste que hace imposible su venta al otro lado, puesto que los márgenes comerciales que se barajan no superan como mucho el 3 por ciento, pagar 100 euros por un bulto supondría una carga por unidad sólo en transporte de más de un 70 por ciento”, motivo por el cual las cifras “cantan”, reflexionaron estas fuentes fidedignas. De modo que a estos individuos no les importaría pagar cantidades desorbitadas como esos 100 euros por un fardo que, incluso, “se puede coger con una sola mano”. El objetivo es posicionar la mercancía en los zocos de Marruecos y, aseguraron, “convertirla en dinero cash –efectivo–, para lo cual hay creada toda una maquinaria para evitar los controles establecidos”.
La sistemática está “totalmente elaborada y organizada” para “saltarse todos y cada uno” de los filtros que, resaltaron estos empresarios, tanto están costando implantar para acabar con el crimen organizado. En primer lugar, enumeraron, dicha mercancía “no se abona por los conductos normales” que consistiría en una transferencia o ingreso en cuenta, “sino que vía correos humanos se les hace llegar el importe de las compras a dichos empresarios chinos y, de ese modo, el comprador final no consta para la Hacienda española (...) Y en el dudoso caso de que existiera una factura dicho empresario chino que realiza la venta, se permite el lujo de poner el valor que le venga en gana en la misma (pantalones a 30 céntimos, camisas a 20 céntimos, cazadoras a no más de un euro en el mejor de los casos…)”.
Dentro de este presunto entramado, resulta fundamental el encargado de transportar dicho bulto. Éste ofrecería, según la argumentación de las fuentes consultadas por este diario, el servicio de recogida en “conocidos” polígonos de Madrid como los de Fuenlabrada o Cobo Calleja, “donde no hace mucho se desmantelaron redes asiáticas de blanqueo de capitales”; y su entrega en un almacén “ilegal” en Ceuta por la “módica cantidad de ocho euros el bulto, transporte, despacho e IPSI incluido, cualquiera que sea el tamaño del bulto y su valor”. Un “todo incluido” que, lamenta, “se mofa del sistema y está al servicio de los malos”.
Otra forma de hacer llegar estos bultos hasta la ciudad, razonaron estos comerciantes asentados en los polígonos, es utilizar a testaferros con DNI o residencia en la península, que alquilan una nave en los polígonos y recepcionan estos bultos a su nombre a cambio de una remuneración económica. Son las llamadas “naves consigna”.
Otro canal que podrían utilizar, señalaron estos empresarios, es una “empresa fantasma que factura a su propio nombre la mercancía, que está creada específicamente al efecto y la mayoría de veces con algún tipo de ‘vinculación’ con agencias de transporte con falta de escrúpulos”.
Todo estos acontece mientras, impotentes, el resto de los importadores legalmente establecidos de los polígonos del Tarajal, entre los cuales hay empresarios ceutíes –caballas– y no, “que llevan media vida desarrollando su actividad y contribuyendo al crecimiento económico de nuestro pueblo, ven cómo sus mercancías de tráfico legal, por las cuales pagan sus correspondientes impuestos, antes incluso de haberlas podido vender, están más que almacenadas, hacinadas y cogiendo polvo día tras día sin que sus clientes puedan sacarlas y abocados al cierre de sus maltrechos negocios, por culpa de los desorbitados precios que pagan los ‘mafiosos’ por los miles de dichosos bultos de ropa china que pasan diariamente al país vecino”.
Una posible solución para detectar este fraude pasaría por, durante un periodo de tiempo, registrar todos los camiones que vienen con mercancías desde la península ya que, por regla general, según pudo conocer El Faro, traen declarado un valor por debajo del real. No obstante, con el personal disponible en Servicios Tributarios de la Ciudad, Aduanas y Guardia Civil es impensable que puedan inspeccionar todos los camiones sin que se produzcan unas colas que pondrían en pie de guerra a los transportistas.
“Pasa por delante de nosotros sin saber con destino a quién”
Comerciantes recuerdan el reciente decomiso de 175.000 euros en un coche en el Puerto de Algeciras
Presunto blanqueo de capitales; economía sumergida; supuesta competencia desleal al resto de agencias de transporte e importadores legalmente establecidos; fraude a Hacienda y a las arcas municipales... “En fin, pecata minuta”, ironizan los comerciantes que tratan de destapar el presunto uso de los bultos en el blanqueo de capitales.
Para estos empresarios, lo más preocupante de esta historia es que están llegando a Ceuta “cientos de camiones de bultos de ropa china al año, por valor de decenas de millones de euros propiedad de ciudadanos marroquíes del otro lado de la frontera que están utilizando nuestra ciudad y nuestros polígonos como plataforma de salida hacia Marruecos sin control alguno”, protestó. “Flujos de capital que sabe dios cuál es su procedencia pasan por delante de nuestras narices con destino a no se sabe quién o quiénes, al otro lado de la frontera”, valoró.
Estos empresarios reconocen que los mecanismos que se han activado están evitando que haya movimientos de capitales no controlados. No obstante, también alabaron las incautaciones que los cuerpos de seguridad realizan, como los 175.000 euros que se decomisaron en un vehículo en el Puerto de Algeciras.
“¿Qué mejor manera de burlar estos controles que haciendo que el dinero proveniente de actividades ilícitas, campe a sus anchas y retorne dirección Marruecos, que en forma de bulto de ropa china?”, dejaron en el aire estos comerciantes de los polígonos del Tarajal afectados por la competencia desleal.