Solo ante el peligro es el nombre de un clásico western protagonizado por Gary Cooper y Grace Kelly. Juntos daban vida al matrimonio que decide enfrentarse a la llegada de un forajido. Más solos que esta pareja cinematográfica se encuentran los guardias civiles que realizan el servicio en el perímetro fronterizo. Es verdad que los inmigrantes no son forajidos, pero no es menos cierto que en la mayoría de las ocasiones un solo guardia civil tiene que hacer frente a más de un inmigrante con el riesgo que esto representa.
En AEGC acogemos con agrado las obras de reforma del perímetro fronterizo y la colocación de las mallas antitrepa en los puntos más sensibles de la frontera. Una iniciativa que dificultará, pero no impedirá, los saltos al perímetro fronterizo, porque estas mallas antitrepa no son infalibles como dan fe nuestros compañeros de AEGC de Melilla y, por esa razón, aplaudimos la medida pero entendemos que son necesarias otras iniciativas que impidan la vulnerabilidad del perímetro fronterizo y, por supuesto, que minimicen el riesgo de lesiones de los inmigrantes y guardias civiles.
Para AEGC hay medidas que deberían haberse implementado desde hace mucho tiempo, pero por razones que desconocemos no han sido tenidas en consideración. La necesidad de colocar sensores capaces de advertir la presencia de asaltantes al perímetro fronterizo con tiempo suficiente para que puedan reaccionar los guardias civiles es una de las reclamaciones más pedidas por los compañeros que prestan servicio en el perímetro, precisamente los que saben de esta materia.
Sencillamente los guardias civiles necesitan tiempo para poder acudir a los saltos y evitar las entradas y, sobre todo, tiempo de reacción para que puedan acudir otros compañeros para auxiliarlos.
Los medios técnicos, sensores, mallas antitrepa, cámaras terminas y drones para detectar el acercamiento de personas al perímetro son muy necesarios, pero no debemos minimizar que estos medios deben estar monitorizados por guardias civiles y las carencias de agentes para cubrir nuestros cometidos es alarmante, sobre todo, cuando hemos conocido que no ha salido una sola vacante para las unidades de protección y vigilancia del perímetro fronterizo.
Los estudios técnicos realizados por el Ministerio del Interior sobre las necesidades de la frontera han justificado la necesidad de implementar estas medidas, pero han hecho oídos sordos a la necesidad de aumentar la plantilla de guardias civiles, no solo para el perímetro fronterizo, porque no podemos olvidar que la vigilancia de las costas, montes y carreteras nacionales son competencia de la Guardia Civil.
En AEGC estamos decepcionados con la publicación de las vacantes a nivel nacional, porque no nos esperábamos que la provisión de vacantes se olvidará de las dos ciudades autónomas por la falta de guardias civiles.
Estamos decepcionados y preocupados, porque la merma de efectivos en seis meses será mayor por el pase a retiro, reserva y traslados de compañeros que decidan pedir destinos a otros puntos del país.
Sencillamente están muy bien todas estas iniciativas, pero estas medidas no serán efectivas sin guardias civiles y, lo más importante para AEGC, un solo compañero tendrá que enfrentarse a los inmigrantes que salten la valla con el riesgo que eso conlleva.
Estarán SOLOS ANTE EL PELIGRO.
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