Solo una avalancha y las colas en la N-352 rompen la calma en el Tarajal

Pese a la normalidad en el paso de mercancías, la UIP contuvo otro conato en la fila de hombres. Hubo atascos hasta Miramar y, en el lado marroquí, las esperas en coche se prolongaron horas.

El puente del Biutz –paso de mercancías empaquetadas en bultos de Ceuta a Marruecos– reanudó en la mañana de ayer su actividad con “total tranquilidad”, como apuntó Arturo Santorum, coordinador de servicios de los polígonos del Tarajal, a preguntas de los periodistas, dentro del galimatías de las naves.
El ‘túnel’ operó ayer por primera vez en 2016 hasta su clausura –sobre las 12:00 del mediodía– después de una docena de días de cierre en los que el acceso a Ceuta estuvo restringido para los porteadores. Una medida pactada por España y Marruecos –en vigor desde el 31 de diciembre y que expiró ayer– que adoptaron después de las avalanchas que protagonizaron cientos de porteadores en plena frontera y que obligó al despliegue de un operativo para poner fin a estas carreras multitudinarias, unos acontecimientos narrados por este periódico.
La jornada transcurrió ayer con normalidad salvo por una avalancha de camalos, la primera del año, que, sobre las 7:00 de la mañana, se produjo en la fila de hombres sin que dejara heridos, según fuentes policiales. La otra excepción a esta calma que reinó ayer en el Tarajal fueron las retenciones en la N-352 a su salida a Marruecos, que llegaron a Miramar; y las esperas en Bab Sebta –lado alauí de la frontera–, que algunos conductores estimaron en tres y cuatro horas. El origen de estos atascos estuvo, según algunas personas consultadas, en los controles marroquíes y, para otras, en los camalos que en motos, carros o a pie con paquetes se encontraban en la frontera.  
Antes de la apertura del paso fronterizo, ya había en los polígonos unos 400 porteadores, según las mismas voces de solvencia, y desalojaron a otros 50 que estaban escondidos. La conclusión a la que llegaron es que esta bolsa de camalos pernoctó en la ciudad autónoma, nadie sabe desde cuándo.  No obstante, el precio del bulto ha caído estrepitosamente, de los 130 euros a los que cotizó en diciembre a los 30 que se pagan en la actualidad, según los porteadores. El motivo del descenso se debe a que “no hay mercancía”, según los mismos camalos.
Sobre las 11:00, en el mismo escenario, el ‘corralito’, la UIP de la Policía Nacional logró contener un conato de avalancha. El filtro ejercido por este Cuerpo en la frontera del Tarajal, en torno a las 10:00, permitió que los porteadores no colapsaran las naves y que los funcionarios controlasen a un menor número de personas que, ya de por sí, fue elevado.
Fuentes del Cuerpo Nacional de Policía estimaron que ayer cruzaron por el Biutz algo más de 2.000 personas cargando fardos de productos. Sin embargo, recurriendo a un símil, Marruecos no terminó de descorchar la ‘botella de champagne’ de la frontera que soporta la presión de cientos de camalos que solo buscan un punto de escape para entrar en Ceuta a borbotones. De hacerlo, hubiesen entrado a la ciudad más porteadores que la afluencia registrada ayer.
Los grupos de la UIP que se relevan en el servicio de los polígonos heredan la misma problemática: una cifra insuficiente de funcionarios para ordenar y mantener la seguridad en un recinto en el que cientos de personas usan todo tipo de triquiñuelas para rotar por el Biutz, cuanto más veces, mejor, ya que sus ganancias aumentan con cada pase de un fardo. Si el grupo de antidisturbios está formado por 50 agentes, a la ciudad pueden llegar por debajo de ese máximo por diversos motivos, una merma a la que hay que restar, además, el servicio que la UIP también ofrece en la frontera del Tarajal. Su consecuencia directa es que existe puntos, como el ‘corralito’, en el que ni una decena de agentes tiene que hacer frente a cientos de porteadores empecinados en alcanzar la calle del ‘río o el muro’, en los aledaños del Biutz.
Algo que no impidió ayer que ayudasen a minusválidos y a personas en apuros a superar obstáculos como la verja que cierra la entrada a esta calle ya que, a diferencia de lo que ocurría antes de estos 12 días de cierre, una parte de los camalos no cargó en las consignas irregulares, sino que transportaba los bultos desde el área de las naves legalmente establecidas en los polígonos.
Por su parte, Mohamed Ahmed, portavoz de la Comunidad de Propietarios de los Polígonos del Tarajal, manifestó el rechazo del colectivo al negocio del bulto porque “ni beneficia a los comerciantes ni a Ceuta, solo a los porteadores y a los verdaderos propietarios de la mercancía”, en referencia a los presuntos empresarios marroquíes que adquieren los contenedores a través de testaferros en la ciudad. En cuanto a si la solución puede estar en la apertura del ‘Tarajal II’ –construido para sustituir al Biutz–, y en el que las autoridades han depositado su confianza, Ahmed dijo desconocerlo.
Durante los días de restricción al porteador, “hemos estado más tranquilos: había libre circulación en coche y a pie. El 90 por ciento de los porteadores viene a cargar el bulto y no gasta ni un céntimo, no se toma ni un café. No queremos a los camalos, sino a verdaderos compradores”, explicó el portavoz de los propietarios.
Marzok Abdelkader, empresario, solicitó a las autoridades “que despejen los polígonos y lleven a los comerciantes a otro sitio”, como por ejemplo, la ITV o Benzú; “y normalizar la frontera para que no haya colapsos” tanto para evitar la espera a los “ceutíes como a los turistas marroquíes” ya que, de este modo, “se desarrollará la economía de Ceuta”.
Por su parte, Abdelhamed Mohamed Musa, apostó por que las mujeres, por razones humanitarias, “lleven los paquetes en la mano en vez del bulto en la espalda porque la mayoría padece lesiones y, por su situación económica, se ven obligadas a hacer este trabajo”.  
Los GRS de la Guardia Civil se encargaron de la seguridad en la rotonda del Tarajal y un helicóptero del Instituto Armado sobrevoló la zona por la mañana.