“Alrededor de 15.000 estudiantes, unos 11.000 de Infantil y Primaria”, y “1.235 docentes, los mismos que el periodo lectivo anterior”, iniciaron ayer oficialmente en los colegios e institutos de la ciudad autónoma las clases del año académico 2014-2015, un curso que comienza con luces y sombras.
Más allá de la sabida masificación de las aulas, el problema habitual de cada inicio de curso con los libros de texto y el material escolar parece en vías de solución gracias al “magnífico trabajo” del personal del Convenio MECyD-Ciudad, encargado entre otras tareas de la gestión del banco de libros que adquirió por primera vez hace un año la Administración local y al que destinará este ejercicio cerca de otro millón de euros.
Los profesionales directamente vinculados a su gestión mostraron ayer en declaraciones a este periódico su “satisfacción” por los resultados del primer año de experiencia. A falta de un recuento definitivo, el número de libros recibido en mal estado se cifra en “alrededor de un 3%”, un porcentaje sensiblemente inferior al que manejan a escala nacional instituciones como el Defensor del Pueblo.
Algunos centros como el CEIP Andrés Manjón o el CEIP Reina Sofía ya arrancaron ayer la clases con los libros y “todos” han recibido ya las transferencias para proceder a la sustitución o adquisición de los que determine cada Consejo Escolar. En cualquier caso se da por seguro que el alumnado tendrá sin excepciones su material de trabajo “antes de final de mes”.
La diligencia de la Administración local contrasta con los tiempos del Ministerio de Educación. Los colegios que cuentan con servicio de comedor escolar siguen sin recibir ni un euro desde principios de año y la Dirección Provincial tampoco pudo darles ayer a sus directores indicios concretos de cuándo cobrarán lo adeudado.
Tampoco sobre qué pasará cuando, a partir del 30 de septiembre, termine el programa de apertura estival de comedores auspiciado por la Ciudad Autónoma con fondos del Estado contra la pobreza infantil. Hasta ahora el servicio empezaba a funcionar el 1 de octubre pero a fecha de hoy no solo no se sabe cuándo estará resuelta la convocatoria de nuevo sistema de gestión de ayudas auspiciada por los Servicios Centrales para 615 beneficiarios.
Ayer quedó meridianamente claro que solamente podrán pedir beca de comedor los alumnos escolarizados en centros con ese servicio (las bases de la convocatoria no establecen distinciones al respecto) pero se descarta trasladar temporal o definitivamente de un colegio a otro a estudiantes por ese motivo.
La Dirección Provincial se ha comprometido a pedir a los Servicios Centrales que aclaren qué hacer si un centro acoge más becarios de los que es capaz de atender por capacidad o qué sucederá con el personal fijo-discontinuo de comedores si los becados no se conocen hasta dentro de semanas o meses.
“Todos los materiales se reutilizarán”
La nueva Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación (LOMCE), que se comienza a implantar este curso, exige sobre el papel el cambio de los libros de texto con los que se estudió el año pasado primero, tercero y quinto de Primaria, cuyos currículos cambian para, entre otras cosas, desglosar Conocimiento del Medio en Ciencias Sociales y Ciencias Naturales.
La FAMPA ha venido llamando a no caer en el “afán de negocio de las grandes empresas” y “algunos centros”, según fuentes de la comunidad educativa local, ya han apostado por seguir utilizando los materiales disponibles. Optar por una u otra alternativa depende de los Consejos Escolares y, en último término, de los docentes, a los que las editoriales regalan los de sus hijos si los piden de su sello.
En cualquier opción, los responsables del programa de reposición de libros activado por la Ciudad Autónoma dan por “seguro” que ningún libro tendrá menos de dos vidas.
Los que se puedan volver a usar en Ceuta están siendo reetiquetados a través del programa informático específico diseñado por el personal del Convenio MECyD-Ciudad para ser adscrito a un nuevo alumno. Aquellos ejemplares que no sea posible reutilizar en las aulas locales serán cedidos a oenegés especializadas para ser usados en ámbitos de educación no formal o en cooperación al desarrollo.
Las clases de Religión se impartirán en grupos de como mínimo 15 estudiantes
La Administración ha decidido aplicar las Instrucciones de la Dirección General de Evaluación y Cooperación Territorial en lo que a las clases de Religión en Primaria se refiere, aunque ha adquirido un compromiso político de no recortar efectivos docentes “este curso”.
El documento establece que “los centros deberán organizar los grupos que impartan estas enseñanzas de modo que se procure una correcta utilización de los recursos disponibles” y que “para ello, si el número de alumnos que optan por estas enseñanzas en cada grupo fuera menor de 15 alumnos, se agruparán con los alumnos de otros grupos del mismo curso o niveles anteriores o posteriores al mismo, para la Educación Infantil y Primaria”. FECCOO ya alertó en verano de que esta medida podría poner en peligro a “un 30% de la plantilla de docentes de religión católica, entre seis y ocho trabajadores en términos absolutos”. El sindicato “exigirá” que el Ministerio cumpla su palabra de no prescindir de esos profesionales.