Mohamed Nayim tiene 40 años y es una de las últimas víctimas de la violencia de los pistoleros en Ceuta. Está casado, tiene varios hijos y su mujer está embarazada. Tras el tiroteo que sufrió el pasado jueves por la noche en la puerta de su carpintería, situada en la barriada Juan Carlos I, afirma que ha vuelto a nacer. Asegura que él no tiene nada que ver con el mundo de la delincuencia ni de las drogas y sólo pide una cosa: “Que me dejen en paz. Sólo quiero vivir tranquilo”. Ese es el resumen de la conversación de más de un hora que mantuvo con este medio. El herido se define como una persona “legal”, “honesta” y “trabajadora”, que ha tenido la mala suerte de estar en el sitio equivocado en el momento menos indicado. Afortunadamente se recupera con energía y vitalidad de las heridas que sufrió por el impacto de tres balas -dos en el brazo derecho y una en la pierna derecha- y se encuentra acompañado por sus familiares en estos duros momentos.
Mohamed Nayim recuerda perfectamente lo que ocurrió el pasado jueves. Cuenta que ese día se fue a pescar con su tío a mediodía y que estuvo hasta tarde. Cuando volvieron se dirigió hasta su carpintería, donde los trabajadores estaban terminando, para cerrar la jornada y su negocio. Fue entonces, cuando se encontraba en plena calle echado en el suelo cuando apareció una persona encapuchada y comenzó a disparar. “Estaba dando tiros a lo loco, muy nervioso”, asegura sobre su atacante. “El pistolero venía a que yo no declarara (ante el juez). Estaba claro que no quería dejarme cojo ni nada así, quería matarme”, cuenta. Para su suerte pudo interponer el brazo en un acto reflejo y así evitar que las balas impactaran en su tronco. A pesar de ello recibió dos balazos en el brazo y uno en la pierna cuando se ocultaba para intentar zafarse. Le ayudaron unos trabajadores de su carpintería, uno de los cuales también resultó herido en el ataque en un pie. “La persona que nos disparó iba encapuchada, era delgada, medía 1,80 metros aproximadamente, iba vestido de negro y tenía una especie de joroba”, explica con seriedad. Esa misma descripción es la que ha aportado a los agentes de la Policía que le han preguntado por lo sucedido.
Nayim afirma que había muchas personas en la calle en eso momento e incluso que le han ido contando detalles de lo sucedido como que el encapuchado iba en un coche Honda Civic Type R de color negro, que entró por la zona de los Rosales y que luego se fue por detrás de la parte del colegio de Juan Carlos I. “Yo sé quién me ha disparado, pero no lo puedo afirmar porque no lo he visto. Tengo una información exacta, pero no pienso decir nada hasta que no lo tenga todo confirmado y con pruebas”, dice.
Según cuenta el hombre, aunque no se esperaba que le pasara algo así considera que ya estaba avisado. “Desde hace dos años llevo recibiendo amenazas constantemente”, asegura. ¿El motivo? Cree que le están presionando para que declare e impute a una persona concreta en el caso de los segundos tiroteos al Vasco que tuvo lugar la noche del 10 de julio de 2009. Fue testigo porque estaba en el coche con la víctima. El problema es que Nayim sólo piensa contar la verdad ante el juez, lo que observó aquella noche, y no puede señalar a nadie porque sólo vio a un encapuchado. “Recibo amenazas continuamente, una de ellas fue un tal Hassan el que vino a mi propio negocio”, añade. Según sus palabras todo sucedió a finales de 2010 y esa persona iba en un vehículo Volskwagen Golf de color blanco.
El hombre no comprende la razón de esta persecución hacia su persona y cuenta que el pasado sábado unos desconocidos pegaron unos tiros en la fachada de su vivienda. “¿Es que no me pueden dejar en paz? Mis hijos tienen miedo, están mal, alguno no puede ni dormir. Si el problema lo tienen conmigo que me ataquen a mi, pero que dejen tranquila a mi familia”, reclama.
Mohamed Nayim afirma que mientras todavía estaba en el quirófano la noche del pasado jueves el ‘Vasco’ apareció por el hospital acompañado por algunos de sus familiares e hicieron algunos comentarios despectivos respecto del herido. “¿Cómo se ha enterado él tan rápido de lo que me había ocurrido? Lo sabía antes que mi propia familia”, cuenta el herido en la habitación.