Sólo en Ceuta los niños no llegan a cursar 3 años en Educación Infantil

 El éxito académico en Educación Primaria se siembra en Educación Infantil. Daniel Santín y Gabriela Sicilia, de la Universidad Complutense de Madrid, acaban de publicar ‘El impacto de la educación infantil en los resultados de primaria: evidencia para España a partir de un experimento natural’, un informe que constata que los niños escolarizados desde los dos años en Educación Infantil obtienen mejores resultados en Matemáticas y Lectura, un 6% y un 4,4%, respectivamente, en las pruebas de diagnóstico de 4º de Primaria. En el conjunto de España, uno de cada tres niños con entre 0 y 2 años está escolarizado (30%) y el porcentaje que acude a las aulas cuando cumple dos roza el 50% (49,8%).

La diferencia de las ratios nacionales con las de Ceuta es abisal: solamente un 3,8% de los niños caballas con esas edades está escolarizado, una escena que solamente tiene parangón en Extremadura (3,3%). A los tres años, la tasa neta de escolaridad local, aún habiendo mejorado sensiblemente en una década del 81,8% al 90,7%, sigue siendo de las peores del país y está cinco puntos por debajo de la media estatal. Así, el número medio de años de escolaridad en Educación Infantil en Ceuta se quedan en 2,9 y la ciudad es la única región por debajo de tres (3,2 en Melilla, 3,8 la media nacional, 4 en Cataluña, 4,5 en Euskadi...). Para los autores del estudio queda empíricamente demostrado que “los años recibidos de Educación Infantil afectan significativamente y de forma positiva al rendimiento académico de los alumnos, lo cual podría sugerir que tiene efectivamente un carácter formativo y no meramente asistencial”. El principal resultado de este trabajo muestra que “un año de asistencia a educación preescolar de diferencia” entre los dos grupos produciría una mejora en los resultados medios en Matemáticas y Lectura de aproximadamente 31 y 23 puntos, es decir una ganancia de un 6% y un 4,4% respectivamente en una clase con un resultado medio de 500 puntos. Asimismo, los resultados muestran que hay un efecto negativo en el grupo donde más alumnos comienzan la educación infantil después de los tres años. A partir de estos resultados los autores consideran que cabe plantearse que para mejorar el sistema educativo español a través de la Educación Infantil “resultaría positivo abrir un debate que tenga en cuenta dos líneas de trabajo”. En primer lugar, “dado que la Educación Infantil importa, debería plantearse una ampliación de la gratuidad a los dos años”. En caso de que los recursos presupuestarios disponibles no fueran suficientes “cabría entonces al menos aumentar las becas para escolarizar de forma temprana a aquellos alumnos socioeconómicamente más desfavorecidos, que son quienes tienden a no asistir en esta etapa de escolarización. En segundo lugar, puesto que la Educación Infantil “tiene un carácter formativo y no meramente asistencial” debería también plantearse “la necesidad de analizar mediante métodos experimentales las distintas actividades pedagógicas y lúdicas que se realizan en el aula para promover una mejor calidad y mayor homogeneidad entre los centros que permita incrementar el retorno de esta etapa educativa”.

Unas 400 plazas públicas y un puñado concertadas

En la actualidad la demanda de Educación Infantil en la ciudad autónoma se cubre desde la Administración local con un total de 534 plazas con el siguiente reparto: en la Guardería ‘Nuestra Señora de África’ hay 106; en la Escuela Infantil ‘Juan Carlos I’, 142; y en la Escuela Infantil ‘La Pecera’, 160. Además, la Consejería de Educación que dirige Mabel Deu acuerda el mantenimiento de plazas concertadas con Escuelas Privadas (126). En 2014 y este año el Ministerio ha aportado para el mantenimiento y sostenimiento de las Escuelas Infantiles/Guarderías una partida anual ligeramente superior a 560.000 euros. Cientos de familias se han quedado este verano en lista de espera tras la convocatoria de 306 plazas en guarderías y Escuelas Infantiles y varias decenas han sido excluidas, la mayoría por presentar sus solicitudes fuera de plazo. La selección se realiza aplicando los siguientes criterios: existencia de hermanos matriculados en el centro, padres o tutores legales que trabajen en el mismo; rentas anuales de la unidad convivencial; concurrencia de discapacidad en el alumno o en alguno de sus padres o hermanos; conciliación de la vida laboral y familiar; y otros criterios sociales (familia numerosa, situaciones de violencia de género,  drogodependencias...).