Da comienzo hoy el Congreso Nacional del Partido Popular con el objetivo de establecer las líneas políticas de la formación para los próximos años y repartir responsabilidades dentro del organigrama organizativo de la formación. Se trata de una cita de gran importancia en el calendario de los populares a la que están convocados los principales cargos del PP, entre los que, como es lógico, estará el presidente regional Juan Vivas.
Sin entrar a valorar los planteamientos políticos de los populares ni los objetivos ni la estrategia de esta formación, lo cierto es que resulta de vital importancia para el futuro de nuestro país contar con partidos políticos en los que la solidez y la coherencia sean dos cualidades incuestionables. Cualquier país que aspire a desarrollarse bajo una democracia fuerte necesita que sus ciudadanos puedan optar entre diferentes alternativas políticas resistentes en las que impere el sentido común y los planteamientos razonables. Son necesarias tanto para ejercer la acción de gobierno como para ocuparse de las labores de control y supervisión del Ejecutivo que corresponden a los partidos que están en la oposición. En este sentido, es importante que el Partido Popular sea una formación sólida y coherente. Pero en la misma medida es trascendental que el Partido Socialista supere su actual crisis y alcance la suficiente fortaleza como para presentarse ante la ciudadanía como una opción real de Gobierno, con suficiente vigor como para hacer valer sus posiciones si se ve en la necesidad de recurrir a pactos para dirigir el país.