Socialistas, sindicalistas, Mariló y Teddy

Circula por ahí un dicho popular que dice “calladito estás más guapo”, pero por lo que se ve el compañero Rubalcaba o no debe conocerlo o, por el contario, él sabe que es imposible, haga lo que haga, estar o parecer más guapo. Lo cierto es que Rubalcaba es un taimado tahur, no precisamente del Misisipi, sino del enredo, de la manipulación del personal y de la confusión. Miente más que parpadea. Es perito en marrullerías. Es un mentiroso compulsivo, justo heredero de los Pablo Iglesias, Indalecio Prieto o Largo Caballero. La mentira –decía Jonathan Swift– sería el ultimo reducto de los grupos derrotados. Así la mentira política –siguiendo a Swift– puede nacer a veces de la cabeza del político derrotado y luego ser entregada a la chusma para que la cuide y la mime. Ese es el retrato de Rubalcaba: un político derrotado que se ubica en la mentira y la entrega a sus secuaces para que la cuiden y la propaguen. Ese es el socialista Rubalcaba. Justo es así porque los hay quienes están dispuestos a dejarse engañar, él tiene sus crédulos y sabe manejarlos con la habilidad de un embaucador profesional. El marrullero Rubalcaba sabe que la propensión a mentir está en la naturaleza del hombre así como la propensión de la muchedumbre a creer. Y Rubalcaba sabe también, el muy ladino, que la “mentira vuela, mientras la verdad se arrastra tras ella”.   
Este demagogo, Rubalcaba, anda diciendo a sus correligionarios que Rajoy “trata de ajustar cuentas con la sociedad del bienestar”. Asimismo que la raíz de la crisis está en “los banqueros y en los especuladores” que camparon por su cuenta. Este demagogo olvida que hasta hace tres meses los socialistas gobernaban este país y poco hicieron para evitar que banqueros y especuladores camparan por su cuenta. Se hace el sordo y el ciego cuando se le recuerda que han sido los populares los que han reducido los sueldos de los banqueros. Lanza rayos y centellas contra la reforma laboral y olvida que en los siete largos años de gobierno socialista tres millones y medio de personas se fueron al paro. Hasta su correligionario Josep Borrell se ha lamentado de que el partido socialista no haya sido capaz de realizar las reformas que está llevando a cabo el PP. Estos socialistas han sido los culpables de que los españoles seamos más pobres que hace una década y de que se vaya a perder una generación por no haber tomado las decisiones que en su momento eran necesarias. Han mentido y siguen mintiendo. Llevan la mentira incrustada en su ADN. Rubalcaba es un tahur peligroso como en su tiempo lo fueron Pablo Iglesias o Largo Caballero.  
Compañeros de viaje de los socialistas son los sindicalistas de UGT y de CCOO, corresponsables con ellos de la ruina de España. Estos sindicatos han alardeado siempre de que se subvencionan con sus propias cuotas, pero no es así completamente. Veamos: cada uno de ellos, CCOO y UGT, dicen tener –habría que verlo– alrededor de 1.200.000 afiliados que pagan una media de 8 euros mensuales, si los pagan. Eso hace unos 230.000.000 de euros año, ambos sindicatos. Pero además reciben no menos del 9% de los Presupuestos Generales, lo que es una millonada: 6,37 millones para CCOO y 6,1, para UGT. Reciben 4,8 millones por participación en órganos consultivos y 172,6 millones para las dos organizaciones en concepto de Formación y Empleo. La suma por todos esos conceptos se eleva alrededor de 189 millones de euros/año. Amén de una cantidad que no se puede precisar procedente de municipios, CCAA y diversos órganos de la Administración. ¿Y que decir de sus manejos en los ERES de Andalucía? Contando que sus liberados son pagados por las empresas, resulta que UGT y CCOO reciben una millonada que el Tribunal de Cuentas debería  investigar si hacen buen uso de ese dinero. Añadir que sus fundaciones ingresan 500 millones/año, amén de administrar sociedades de seguros y pensiones. Y quizá hubiera que actualizar esas cantidades. Pero lo cierto es que los tejemanejes de estos sindicatos no están claros y por eso claman contra la reforma laboral. La rebaja del 20% en la subvención a los sindicatos es demasiado pequeña para la cantidad de dinero en que nadan. Ninguna subvención se les debería conceder.
Si socialistas y sindicalistas se han llevado la parte del león, qué decir de profesionales al servicio de entes más o menos gubernamentales, como la Televisión española o la SGAE. En la primera –TVE– trabaja una tal Mariló Montero que conduce “Las Mañanas de la 1”. Se ha sabido que este personaje por trabajar cuatro horas al día, de lunes a viernes, se embolsa 498.561,8 euros/año. 1.970 euros/programa, ahí es nada. Esta señora pretende, para justificar ese sueldazo, compararse con los médicos, arquitectos…, como si todos esos profesionales ganaran esa cantidad. Ahora, pobrecita, le han hecho una rebaja del 40% del sueldo. Otro que tal baila, a este respecto, es aquel Teddy Bautista que dirigía la SGAE, que va a recibir una pensión de ¡23.000 euros/mes! Y aún reclama 1,8 millones por haber renunciado al cargo en julio. ¡Vaya cara! El corolario de todo esto es que aquí, en este país, los hay quienes se lo han llevado calentito, mientras que la mayoría del personal o está en el paro, o con el agua al cuello, o en la jodida miseria.