Paloma Mansfield: la sobrina de González Tablas que quiere mucho a Ceuta

El año 2015 recibí una comunicación desde la ciudad norteamericana de Fullerton (California), que me dirigía una señora muy amable y educada, doña Paloma Mansfield, nacida en Madrid, pero residente en EE.UU, para agradecerme la publicación en El Faro de Ceuta de un artículo mío dedicado a su tío carnal, teniente coronel Santiago González-Tablas, jefe de Regulares de Ceuta y “héroe de Tazarut”, muerto en combate el 13-05-1922, al intentar asaltar el refugio en el que estaba escondido el líder rebelde rifeño Ahamed el-Raissuni.

Escribí aquel artículo relacionándolo con un valiente capitán de mi pueblo, Mirandilla, del Grupo de Regulares de Larache nº 4, José Ledo Rodríguez, porque cinco años después que González-Tablas también cayó herido casi en el mismo lugar, en el zoco del Jemis. Mi paisano Ledo, tenía dos sobrinas, Francisca e Isabel Ledo, que nada sabían de los lugares en que había estado destinado su tío, ni que el tío hubiera tenido tan brillante historial militar. Ambas, ya mayores, tenían mucha ilusión por conocer la vida militar que había llevado su tío, ya que por haber nacido ellas después de él morir en 1936, siendo muy pequeñas, sus padres preferirían no contarles la peligrosa y agitada vida que el tío se había pasado durante diez años luchando en Marruecos.

Pero sobre la sobrina de González-Tablas y las de Ledo Rodríguez, volveré a ocuparme más adelante; porque las figuras principales de este artículo fueron sus correspondientes tíos. El primero, todo un héroe, un mito legendario y toda una leyenda tanto dentro como fuera de nuestras Fuerzas Armadas, y más todavía en Ceuta donde los militares mantienen vivos su espíritu y acendradas virtudes castrenses de valor, entrega y sacrificio. Fue condecorado con la más alta distinción militar: la Medalla Laureada de San Fernando.

González-Tablas contrajo matrimonio en Ceuta, en junio de 1920, con la joven y bellísima señorita María del Carmen Cerni Mas, de familia ceutí de reconocida reputación social, a la que, precisamente por la heroicidad de su esposo, el rey Alfonso XIII le concedería luego el marquesado de Tazarut. Dicha familia Cerni construyó en Ceuta, de 1900 a 1905, el edificio “Casa de los Dragones”, de importante valor arquitectónico, frente al Casino Militar, diseñado por el arquitecto José M. Cortina Pérez, que fueron originales de cobre y retirados en 1925, siendo sustituidos en noviembre de 2006 por otros cuatro dragones nuevos fabricados casi en su totalidad de resina y fibra de vidrio, pintados imitando el acabado en bronce.

González-Tablas cayó gravísimamente herido el 12-07-1922. Y en el mismo lugar murieron muchos militares durante la contienda, debido a lo peligroso que era acceder desde abajo a la cadena de altas montañas que rodeaban el profundo valle de Tazarut, donde se ocultaba un palacio-refugio fuertemente guarnecido hasta hacerlo casi inexpugnable, habiendo permanecido mucho tiempo allí escondidos, primero, el líder rebelde El-Raissuni y, después, Abd el-Krim. En lo más alto de esas montañas, los cabileños se parapetaban escondidos entre peñas y maleza del terreno, disparando a bocajarro contra los españoles que pretendían escalar dichas alturas, causándoles numerosas bajas.

Cayó herido de muerte cuando mandaba su Grupo de Regulares de Ceuta en vanguardia extrema para asaltar dicho palacio-refugio, siendo fuertemente atacados por los rebeldes. Una explosión le hirió de muerte recibiendo dos tiros en la posición de Ain Grana, en el abdomen y en una mano. Enseguida se percató de su gravedad exclamando: “Me han, matado”. Lo trasladaron al Hospital de campaña de Amaán, donde fue intervenido por el célebre Dr. Gómez Ulla que le esperaba con su equipo quirúrgico, doctores Lomo y Manzanares.

Al llegar al Hospital, González-Tablas dijo a Gómez Ulla: “Marianico, llego tarde a tus manos, nada puedes hacer por salvarme la vida”. Efectivamente, tras operarlo, el médico no pudo hacer nada porque al abrirlo supo que había sufrido perforaciones y tuvo que extirparle el bazo. Falleció el día 13 siguiente, a las 9 horas, sin haber recobrado el conocimiento, pero delirando llamaba a sus hijas pequeñitas, Carmen y Mª Victoria, ambas nacidas en Ceuta. Antes de ser operado, pidió que sus tropas no supieran de su gravedad para que no se desmoralizaran combatiendo. El día 15-07-1922 llegó su cadáver embalsamado a Ceuta. La capilla mortuoria fue instalada en su domicilio de pabellones de la Alhambra.

La presencia de su esposa y familiares ante el féretro fue una escena lo más conmovedora de pena y dolor. El pueblo ceutí le tributó un multitudinario homenaje y hubo una gran manifestación de duelo. Los comercios cerraron y la vida de Ceuta se paralizó. Las tropas le rindieron honores y al entierro asistieron las autoridades civiles y militares. Fue enterrado el día 16, a las 11 horas, en el cementerio de Santa Catalina de Ceuta, en el Panteón de la familia de su esposa.

El General que presidía el duelo, manifestó ante el féretro: “Que la historia del nunca bien llorado González-Tablas, sirva de ejemplo para cuantos vestimos el honroso uniforme de soldado, y copiemos sus altas virtudes cívicas y militares”. El rey Alfonso XIII envió el siguiente telegrama: “Uno mi dolor al de ese brillante Cuerpo por la pérdida del heroico teniente coronel González-Tablas, que ha sabido terminar su vida con un final digno de ella. Sírvanos de ejemplo y honremos su memoria”. Congreso y Senado también le rindieron un sentido homenaje.

El semanario Nuevo Mundo recogió así la noticia de su muerte: “Era una de las figuras más prestigiosas de la campaña, aureolada de mayor prestigio entre los que integran el Ejército de África. Temple de héroe, González-Tablas es el ídolo de sus soldados, para quienes el ejemplo del bravo teniente coronel es un espejo y un estímulo de las más elevadas virtudes militares. Un bravo teniente coronel que ha sabido hacer de los militares indígenas indomables bravos soldados leales para España. Es el sugestionador que lleva a la muerte a sus tropas bajo el dominio de su caudillaje en el que entran por igual la admiración y el cariño. De los 800 soldados indígenas que salieron desde Ceuta para librar la batalla en esos días sangrientos, sólo se salvaron 120”. González-Tablas dotó de viviendas dignas a las familias de los soldados de Regulares que vivían en las cabilas.

Volviendo ahora a la sobrina de González-Tablas, Paloma Mansfield, desde Fullerton (California) ha seguido leyendo todos los lunes mis artículos. Recientemente, me contaba que ella estudió el Bachillerato en Madrid, y luego trabajó nueve años en una Dirección General del antiguo Ministerio del Aire, donde conoció al que después sería su esposo, Jimi Mansfield, que trabajaba como oficial del Ejército en la Misión norteamericana en España. Él tuvo que regresar a los EE.UU, pero volvió a los dos años a España para casarse con ella, estableciéndose en Fullerton.

Supo hace unos meses que sobre su tío Santiago se ha impartido una conferencia en el Casino Militar de Ceuta, se puso muy contenta por ello y enseguida se puso en comunicación conmigo para decírmelo y decirme lo agradecida que por ello está a Ceuta. Me dice lo mucho que quiere a esta ciudad, que visitó sobre 1952, hospedándose en el Hotel Atlante, desde cuya terraza pudo recrearse contemplando una noche la estatua que su tío Santiago González-Tablas tiene dedicada en el Paseo de las Palmeras, a espaldas de la Iglesia de África.

Sigue también la actualidad de Ceuta a través de la página web: “Ceuta I Turismo, Cultura y Ocio I Conoceceuta.com.”; cuyo director en su día le envió una pulsera con los colores de la bandera ceutí, que a ella le gusta mucho lucir y, a veces, incluso se la pone en un sobrero. Y, como la gente allí le pregunta por su significado, les explica, admiración y cariño que es de Ceuta, ciudad española, para así hacer patria en EEUU. Se ve que es toda una virtuosa mujer, de porte señorial, culta con don de gentes, muy simpática y agradable.

Me cuenta la siguiente anécdota de cuando tenía ocho años: Estando en el Retiro de Madrid jugando con sus amiguitas y amiguitos, se sentaron en un banco, donde un militar mutilado se acercó con su ayudante a charlar con ellas. Un amiguito, Alberto Vera, con 10 años, les dijo por lo bajito que era el general Millán Astray, íntimo amigo de su tío Santiago, quien al saber que ella era su sobrina, se mostró muy cariñoso, llevándola con sus amiguitas hasta su casa en el coche oficial con banderín. Y cuando llegaron a su calle la gente se asomaba a los balcones, pasando las niñas por un momento a ser famosísimas. Nunca se olvida de España, su país de origen, aunque bastantes años después de marcharse adquirió la ciudadanía norteamericana y por eso dice que tiene su corazón “partío”.

Trabajó en el Distrito Escolar de Fullerton, pero ya se encuentra jubilada, con una vida grata y sencilla, aunque plena en todos los sentidos. Ha tenido tres hijos; uno vive en Fullerton, una hija en Minnesota (Florida). Los dos han pasado muchos veranos en España. En cambio, de otro hijo le apena mucho que falleciera con sólo 25 años, al que todavía llora en el cementerio. También tiene tres preciosas nietas de 27, 25 23 años, más un nieto de 20. Ella quería mucho a su abuelo Ramón González-Tablas, teniente general, casado con su abuela Javiera García-Herreo y Escartín, padres ambos de su tío Santiago Gonález-Tablas.

Pues bien, dentro de aquel entramado de cabilas y montañas próximas donde murió Gonzáles-Tablas, también cayó herido el bravo paisano mío de Mirandilla, capitán José Ledo Rodríguez, otro héroe que se pasó diez años de combate en combate sorteando las balas que le pasaban silbando, siendo muy condecorado; cuyos destacados hechos de armas les habían ocultado los padres a sus dos sobrinas, Francisca e Isabel Ledo, por ser tan infantiles. Cinco años después de la muerte de Gonzáles-Tablas, el 3-05-1927, su tío José Ledo Rodríguez fue herido muy cerca de donde aquel resultó muerto, cuando mandaba una compañía, formando parte de la columna del coronel Castelló Pantoja intentando tomar los altos del Zoco El Jemis, tras haber soportado un intenso tiroteo.

Formaba parte de la punta de vanguardia, recibiendo la orden de romper la tenaz resistencia del enemigo y, pese al nutrido fuego, avanzó el primero hacia el adversario consiguiendo el objetivo de coronar. Pero sufrió una herida de fuego con orificio de entrada en línea mandibular y de salida, a la misma altura, en línea axilar anterior. Permaneció hospitalizado 19 días en Larache, retomando luego el mando de su Compañía. Era muy valiente e imperturbable ante el enemigo, habiendo sido numerosas veces citado en la Orden del Día como “muy distinguido” y propuesto para el ascenso por méritos de guerra. Ascendió a comandante. Pero en 1927, al finalizar la campaña de África, pasó a “retirado forzoso”, yéndose a vivir a Mirandilla, su segunda pasión. Allí socorría a los más necesitados y menesterosos, siendo conocido en el pueblo como “el padre de los pobres”.

Hoy, las dos sobrinas, Francisca e Isabel Ledo, saben perfectamente todos los lugares en los que estuvo su tío destinado y las operaciones en las que intervino día por día; porque el año 2011, un sobrino mío, Emiliano Guerra Molina, se graduó de teniente en la Academia General de Zaragoza (ya es capitán), y su padre, mi hermano Emiliano Guerra Caballero, comandante de Ingenieros, y yo, nos preguntamos quién habría sido el primer oficial de Mirandilla graduadoo en Zaragoza , si su hijo Emiliano o el capitán Ledo.

Me encargué de investigarlo. Mi hermano Emiliano gestionó su Hoja de Servicios y todo lo demás yo. Viniendo en conocimiento de que el capitán Ledo fue el primer teniente de Mirandilla salido de la antigua Academia de Infantería de Toledo; y mi sobrino Emiliano el primero en salir de la Academia General de Zaragoza. Y las sobrinas de Ledo, Isabel y Francisca Ledo, hoy están felices, orgullosas y honradas de conocer tan brillante historial militar de su tío.