Cruzar a nado se está convirtiendo en una práctica habitual en los últimos tiempos entre los inmigrantes que, con la frontera cerrada, no ven otra posibilidad de llegar a tierras españolas. Quieren tener una vida mejor de la que hay en su país y se juegan la vida en el mar. Estos inmigrantes buscan cualquier refugio donde resguardarse del viento y el frío. En los aledaños de la playa de Almadraba varios inmigrantes, con una tienda de campaña, se encuentran asentados y allí pasan sus días y noches sin saber qué les deparará el futuro.
FaroTV se desplazó hasta la zona para conocer de primera mano, el origen de estos inmigrantes. Llevan alrededor de una semana acampando en la zona después de cruzar a nado y llegar a la playa del Tarajal. Allí fueron llevados al hospital de la Cruz Roja para pasar la cuarentena y, una vez finalizada, fueron llevados a la Jefatura Superior de la Policía Nacional para, según ellos cuentan, obligarles a firmar el documento de devolución a su país. Ellos por miedo a ser devueltos a su país, escaparon de la zona para buscar cualquier recoveco que les sirva para pasar los días.
Estos inmigrantes cruzaron a nado y tardaron más de 3 horas hasta llegar Ceuta
La zona en la que se encuentran es infrahumana, allí utilizan cualquier roca para secar la ropa. La sartenes están por los suelos y la suciedad es la nota común que domina el lugar. El asentamiento está sobre una colonia de gatos, donde ellos mismo dicen que les cuidan y les dan comida además de cuidar la que traen las cuidadoras. Unas mantas y unos chaquetones son sus únicas pertenencias.
Lo único que piden es no ser devueltos a su país, a Marruecos, porque de allí escaparon por no tener un trabajo y una vida digna y ahora buscan en España tener la oportunidad que su país natal jamás les brindó. Buscan que se les ayude de alguna forma y puedan buscarles una zona donde alojarse para poder resguardarse del frío. Además no tienen nada para comer e incluso alguno de ellos necesita medicación. Se sienten abandonados.
El cierre de la nave del Tarajal para aquellos que no quieren volver a Marruecos también se ha convertido en un quebradero de cabeza para estos inmigrantes que ahora buscan cualquier refugio donde pasar los días.