La sesión plenaria correspondiente al mes de agosto se celebrará hoy con un punto en el orden del día importante: la aprobación del calendario laboral. Ya ha habido posturas enfrentadas previo al debate que tendrá lugar esta mañana; posturas opuestas mantenidas además durante los últimos años en los que se ha abordado, sin acuerdo, este asunto. Suceda lo que suceda, lo que deben tener claro las formaciones políticas representadas es su obligación de mantener las formas. En las últimas sesiones plenarias se han producido enfrentamientos de mal gusto, insultos, gestos que afean la presencia que deben tener los diputados puesto que están ahí representando a los ciudadanos. Las posturas barriobajeras o incluso más propias de chulo de discoteca no caben en un foro del que deben salir debates de altura, debates que tienen como finalidad conseguir mejoras para el ciudadano, lograr avances y acuerdos de peso. Los espectáculos de otras sesiones tendrían que quedarse aparcados fuera, en el plano personal de cada uno, en su intimidad. Porque hoy solo cabe la defensa de las posturas desde el respeto y la educación. Se puede tener distinto ideario, se puede estar más o menos de acuerdo con lo que se debata, sin necesidad de ofrecer espectáculo alguno. Eso no quiere el ciudadano, ni está a la altura de lo que se espera de nuestros representantes públicos.