Ante la inquietud manifestada por algunas personas por la demora de las obras de rehabilitación de la Iglesia de San Francisco de la ciudad de Ceuta, este Obispado quiere, en primer lugar, agradecer a los fieles el interés manifestado por el desarrollo de las mencionadas obras, que es muestra del deseo vivo de participar en el culto y en la vida de la Iglesia en un lugar tan querido por todos.
Es importante recordar, además, que las actuales obras son consecuencia de los importantes daños estructurales aparecidos en la iglesia a raíz de la construcción de un parking en sus proximidades y de los daños que la incuria del tiempo han dejado en el edificio. El obispado, ajeno a las causas de este accidente, imprevisto e involuntario, y de los consiguientes desperfectos, ha asumido con total dedicación y atención este asunto, en constante colaboración y diálogo con las autoridades de la Ciudad autónoma, y ha puesto todos los medios técnicos y profesionales a su alcance para resolver la situación. Aprovechamos la oportunidad de esta nota para agradecer nuevamente a las autoridades autonómicas de la ciudad su interés y eficaz ayuda en la solución de un problema que a todos nos afecta. También debemos decir que no hemos recibido ayuda económica alguna de ningún particular o grupo de personas, distinta de la entregada por las autoridades de la Ciudad para este fin. Este Obispado, como propietario legal del templo de San Francisco, es el más interesado en resolver los problemas que existen para la reapertura del mismo y el restablecimiento de su culto. Los retrasos en las obras son ajenos a nuestra voluntad e interés. Cualquier otra interpretación carece de fundamento y de sentido, y no puede ser más que fruto de la ignorancia, de opiniones infundadas o de intereses ocultos.
Aunque la demora nos impaciente, se ha entender que hemos de actuar con sentido de responsabilidad, como buenos administradores de unos bienes pertenecientes al pueblo de Dios. La precipitación por terminar, a costa de la calidad del trabajo o del dispendio de los fondos disponibles, sería inaceptable para todos. Esta Administración diocesana tiene la obligación legal y moral de llevar un control adecuado y estricto sobre las obras, de manera profesional y eficiente, contratando a la empresa que mejor y en mejores condiciones pueda llevarlas a término, atendiendo sólo a la solvencia y profesionalidad de la misma.
Queremos reiterar, por tanto, que seremos absolutamente cumplidores de nuestro deber de fiel y leal administración de acuerdo con nuestra responsabilidad y en atención a los fieles de Ceuta y a la confianza depositada en nosotros por las Autoridades de la Ciudad, y esto por encima de cualquier tipo de presión, más aún si éstas responden a intereses económicos.
Agradecemos a los fieles y a todos los ciudadanos de buena voluntad su comprensión. Esperamos y hacemos votos para que la reapertura de este querido templo sea lo antes posible, que será, siguiendo los consejos técnicos y de seguridad, una vez acabadas todas las obras de reparación.
P. Antonio Diufaín Mora - Ecónomo del Obispado de Cádiz y Ceuta