Resulta llamativo ese silencio que está rodeando todo aquello que tiene que ver con la marcha de ceutíes a Siria. Desde que en abril se marcharan los tres ceutíes cuya muerte ha sido notificada ya a sus familias, ninguna entidad musulmana de peso ha abierto la boca.En la calle se echa en falta ese pronunciamiento, porque las asociaciones islámicas están para organizar actos, para recibir subvenciones, para fotografiarse con Vivas y el delegado de turno, pero también para hablar cuando se producen hechos tan graves como los que han pasado y están pasando. La historia no se termina con la muerte de estos tres jóvenes. La historia es mucho más compleja, mucho más sangrante y en torno a la misma se exige, cuando menos, claridad por parte de quien tiene que tranquilizar a determinados sectores.
Las fuerzas de seguridad deben trabajar a su ritmo, evitando ‘Dunas’ cuyos resultados judiciales hacen más daño que provecho. De ellas se esperan unos resultados válidos y no cuatro informes al estilo CNI. Paralelo al trabajo policial está ese otro pronunciamiento social del que nada sabemos.
Las comunidades islámicas callan, con la UCIDCE y la FEERI a la cabeza, pero también lo hacen los partidos políticos, los mismos que son capaces de organizar una concentración por Irak o Palestina pero callan ya no por lo que sucede en Siria sino por el hecho de que tres ceutíes hayan podido marchar a ese país y hayan muerto. ¿No le interesa esto a la clase política de Ceuta?, ¿tiene algo que decir Caballas, el PSOE, el PP?, ¿no les preocupa saber por qué fueron esos ceutíes, cuántos más se están preparando para marchar, quién se encarga de captarlos, cómo se pudieron llevar a cabo reuniones, con qué contenido? Hay más preguntas que podrían hacerse el señor Alí, el señor Carracao y el señor Vivas y todas ellas tendrían que ver con su pueblo, con lo que está pasando, con lo que se está gestando, con el descontrol absoluto que hay en determinadas materias que no se abordan con la valentía que debieran.
Hablaba en el pleno Caballas de la convivencia. Pues esto también es convivencia, pero de este asunto no les interesa hablar a los partidos ni a los gobernantes. Me da por pensar que quizá no hablan no porque no les preocupe su tierra, sino porque son tan inútiles que no saben cómo estar a la altura política por la que cobran. Si no, ¿qué explicación encuentran a todo esto?, ¿miramos hacia otro lado? ‘El Faro’ decidió hablar de este asunto desde el pasado mayo, nada más producirse la marcha a Siria de los ahora fallecidos... es un tema que interesó desde un principio en la calle... ¿y los que mandan, y los que tienen peso política y religiosamente? Se escondieron o callaron, que en el fondo es lo mismo. Ahora tenemos tres muertos y un movimiento nada bueno para nuestra ciudad, para el presente nuestro y el futuro de nuestros hijos. La cobardía o la imbecilidad con cuenta pública dan para una combinación peligrosa que a mí, particularmente, me da asco.