Sin rastro de dos hombres tras pedir auxilio cerca de Punta Almina

Alfonso Hossain y Miguel Ángel Melón, amigos y socios, viajaban en una embarcación de recreo de entre 5 y 6 metros de eslora. El barco tenía base en Estepona, de donde partió sobre las 19.00, mientras que las llamadas de socorro llegaron minutos antes de las 22.00

Dos hombres, Alfonso Hossain Muñoz y Miguel Ángel Melón Suárez, desaparecieron en la noche del pasado viernes sin que, por el momento, los equipos de Salvamento Marítimo y la Guardia Civil que activaron en ese momento el protocolo de emergencia hayan encontrado ningún indicio de su paradero. El primer aviso de que algo no marchaba bien lo recibió el marinero de guardia del Puerto Deportivo, a quien Hossain telefoneó para advertirle de que habían encontrado una vía de agua en la embarcación y solicitarle que preparara la bomba de achique y les esperara junto al amarre de la Benemérita. Eran aproximadamente las 21.40 horas. El incidente cobró mayor relevancia cuando, apenas cuatro o cinco minutos después, se recibió una segunda llamada. En ella, de una manera escueta, se advertía de que a pesar de encontrarse ya muy cerca de Ceuta, concretamente en las inmediaciones de Punta Almina, la avería parecía grave y les iba a ser imposible llegar a puerto por sus propios medios. Solicitaban, por tanto, que se avisara urgentemente a Salvamento Marítimo y a la Guardia Civil sobre lo ocurrido.  
Esa fue la última comunicación que se tuvo con los desaparecidos pues, minutos después, el teléfono móvil desde el cual acababan de pedir auxilio se encotraba apagado o fuera de cobertura. No proporcionaron las coordenadas exactadas en las que se encontraban, pero sí que afirmaron que estaban muy cerca de Punta Almina y que, nada más salir del Puerto, la Benemérita advertiría fácilmente su presencia. Más o menos en el mismo espacio horario, la esposa de Hossain recibía también noticias de su marido y, rápidamente, denunciaba lo ocurrido ante las autoridades.
Ipso facto, según indicaron fuentes de la Guardia Civil, se activó el operativo de rescate tal y como manda el protocolo y con la coordinación continua del centro de Tarifa Tráfico. Hasta seis y siete unidades, con el helicóptero de la Benemérita y el avión de Salvamento Marítimo efectuando el rastreo desde el aire, llegaron a trabajar en el operativo tanto durante la noche como a lo largo de toda la jornada de ayer. Pero, las horas pasaban y no había rastro ni de los desaparecidos ni de la embarcación. A priori no se duda de que la ubicación facilitada por los afectados fuera la correcta, ya que “Hossain conoce perfectamente nuestras costas”, aseguraban varios conocidos. La búsqueda se efectuó a lo largo de un amplio perímetro pues, tal y como podría apreciarse en los mapas de situación, se calcula que se trabajó a una distancia de entre 20 y 25 millas de Punta Almina.
Si se rastreó por aire y por mar, también hubo quienes echaron un vistazo por la costa, en previsión a la aparición de la embarcación. También el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) recorrió la zona.

Muchas dudas
Las primeras horas fueron de mucho desconcierto ya que, tal y como se supo después, la embarcación en la que viajaban Alfonso y Miguel Ángel no tenía base en el puerto ceutí, sino en Estepona. Según fuentes consultadas por este medio, se estima que salieron de allí sobre las 19.00 horas y que el objeto del viaje no era otro que, de cara a los próximos meses estivales, traer el navío hasta Ceuta. Hay que recordar que en la tarde del viernes reinó el Poniente, con un carácter bastante fuerte que, si bien no generó ningún tipo de alerta marítima, sí que puede resultar peligroso para una embarcación tan pequeña como el ‘Ginger Nuts’, nombre del navío. Aún así, en principio la travesía se había realizado en un tiempo lógico teniendo en cuenta la meteorología de ese momento.
Es conveniente también señalar que embarcaciones de recreo como ésta no cuenta con unos sofisticados sistemas de seguridad, ya que, entre otros, carecen del Automatic Identification System (AIS), que permite a los buques comunicar su posición y proporcionar otras informaciones relevantes. No es obligatorio tenerlo. Una emisora, unos chalecos salvavidas y unas bengalas suelen ser los únicos elementos de seguridad que portan estos barcos habitualmente.
A última hora de la tarde de ayer, después una intensa búsqueda sin resultados, personas cercanas al entorno de ambos desaparecidos comentaban que, como es habitual, los familiares directos estaban muy nerviosos a la espera de recibir noticias y aclarar lo que sucedido.

Amigos y socios, vinculados al sector de la construcción

La vinculación entre Alfonso Hossain y Miguel Ángel Melón nace en el ámbito profesional, pues ambos trabajan en el sector de la construcción, concretamente Hossain figura como propietario de la empresa 'Movimientos y excavaciones Abyla S.L.’. Con cerca de 50 años, Alfonso tiene dos hijos y está casado. Ayer, su familia, prefería no comentar nada a los medios de comunicación y optaba por la paciencia confiando en que los equipos de rescate le hallaran sano y salvo. Según pudo saber ‘El Faro’ es un gran amante del mar y conoce bien la costa caballa, pues cuenta desde hace mucho tiempo con la titulación de patrón de embarcaciones y ha estado también ligado a los equipos de salvamento y emergencias de la Cruz Roja de nuestra ciudad. Respecto a su compañero en el momento en que ocurrió el suceso, Miguel Ángel Melón, personas de su entorno explicaron que, aunque trabaja desde hace algunos años en la zona de Ceuta y el norte de Marruecos, es de origen gallego pero ha residido mucho tiempo en Mijas (Málaga). Desde ahí se desplazó nada más conocer la noticia de su desaparición su esposa, que habitualmente vive en esa localidad malagueña. Como es lógico, al igual que la familia de Hossain, a lo largo del día de ayer permanecía muy nerviosa también a la espera de buenas noticias por parte de los equipos de rescate. Otros familiares se encontraban ayer viajando desde tierras gallegas. Miguel Ángel tiene entre 30 y 35 años y no tiene hijos. Al contrario que su compañero de travesía, no cuenta con conocimientos marítimos, así que su entorno cercano imagina que había ido a acompañar a su socio y amigo. Al no ser ceutí, en un primer momento se desconocía concretamente quién era el acompañante de Hossain, tan solo su nombre de pila. Fue precisamente un amigo quien, a través de las redes sociales y tratando desesperadamente de ser útil en la distancia, lanzó un mensaje de alerta a través de la red social Twitter.

Desde San Amaro hasta el cementerio en busca de algún hallazgo esclarecedor

Con el presagio de que, quizás, el fuerte oleaje de Poniente que ayer reinó durante todo el día arrastrase hasta las rocas o la arena algún indicio sobre el paradero de Alfonso y Miguel. Esa fue la idea con la que, a primera hora de la tarde, varias personas ‘pateasen’ parte de la costa ceutí. Concretamente, saltando entre las rocas, recorrieron el tramo que separa la playa de San Amaro de la zona del cementerio de Santa Catalina porque la llamada de auxilio realizada por los afectados indicaba que se encontraban muy cerca de esa zona. La búsqueda resultó infructuosa, dándola por finalizada sin ningún tipo de resultado. Y es que el hecho de que, hipotéticamente, el mar pueda devolver los cuerpos o la embarcación a nuestras costas simplemente depende del azar ya que las corrientes existentes en la zona pueden trazar cualquier tipo de trayectoria. Aparte, no se conoce el dato de si Alfonso y Miguel llevaban puestos los chalecos salvavidas en el momento en que ocurrió todo.