Sin protección al otro lado

Es ahora Caballas el que da el toque de atención sobre las agresiones que están sucediendo al otro lado de la frontera. La coalición pide lo que pediría cualquier persona: protección rápida y efectiva para que cualquier ciudadano que sea víctima de una incidencia sepa qué camino debe seguir y a quién debe recurrir. Porque eso es algo que hoy por hoy desgraciadamente no se conoce y un ciudadano que resulta agredido al otro lado de la frontera se pierde en un mundo de papeleos, de presiones, de pedir dinero y de falta de asesoramiento. Y lo peor, puede que termine convirtiéndose en el malo de la película cuando en el fondo es una víctima. Estando ubicada Ceuta al lado de Marruecos y manteniendo como mantienen los ceutíes muchos lazos de unión con marroquíes que obliga a un flujo de relaciones, visitas y encuentros continuados debería haber una mayor claridad en torno a la ristra de injusticias que se suceden. Porque ¿saben lo que pasa en estos casos? Que o uno tiene amistades en las altas esferas o se queda atrapado en una especie de círculo diplomático vicioso del que se sale sólo a golpe de talonario. Conocemos, de sobra, historias de ceutíes que han tenido problemas en Marruecos y que han pasado meses en la cárcel o han visto como sus agresores les chulean cada vez que se encuentran en el camino. La presión mediática ha servido, en algunas situaciones, para que los mandamases de la plaza se aceleren en la solución de los casos, quizá movidos más por la reacción de los medios que por el interés en resolver el problema y creerse que la persona afectada es inocente. Porque ya saben lo que sucede cuando o no se quiere investigar o no se quiere trabajar: que aparece la palabra mágica, ajuste de cuentas... o... eso de algo habrá hecho para que le pase eso.
Lo que ahora reclama la coalición no es ni más ni menos que provocar una mayor implicación del organismo competente para que en estas situaciones el desamparo y la indefensión no estén tan generalizados. Hoy por hoy no existe y son demasiados los casos que hemos contado de personas de diversa edad y profesión que han terminado sufriendo palizas o detenciones injustificadas, agradeciendo el haber salido y rompiendo el pasaporte nada más pisar suelo ceutí. ¿Por qué a esos extremos? Porque nadie ha querido preocuparse en montar una oficina que resuelva estas trabas y que sirva de atención al ciudadano. Lo tenemos para otros menesteres ¿no?, pero para lo que resulta peliagudo o difícil de entender... optamos por dejarlo estar... hasta que le toque a un influyente, entonces veremos lo que pasa, lo que lían y lo que reclaman.