Tras doce años como propietaria del Hotel Entre Dos Mares de Ceuta y con el traspaso del negocio prácticamente cerrado, la presencia de unos "okupas" que llevan "más de año y medio sin pagar" la ha llevado a la Jefatura de la Policía con una denuncia por coaccionarlos, a lo que se suma la posibilidad de "perder el negocio".
"Traté de no permitirles el acceso y la Policía me obligó a darles las llaves de todo el hotel y me detuvo". Lo cuenta al borde de la desesperación Fadila Chiki Aliamaiat, tras salir del juzgado después de pagar una multa.
Su relato comienza en 2019, cuando la familia, que ahora posee las llaves del establecimiento, llegó por medio de los Servicios Sociales. "Fue en el mes de diciembre. Servicios Sociales les pagó un año y medio de estancia", recuerda.
Sin problemas hasta entonces, la cosa se torció, según la narración de la mujer, en mayo de 2021, cuando tenían que irse o empezar a pagar. "Nunca abonaron nada hasta el día de hoy. Sabían que la ley les amparaba y planearon la ocupación", piensa la propietaria del hotel.
Ahora, más de un año y medio después, Fadila Chiki Aliamaiat tenía un acuerdo con una empresa para traspasar el negocio. "Me dijeron que si no estaba toda la gente fuera del hotel que rompían el contrato", explica.
Por ello, en la jornada de este viernes procedió a no permitir más entradas en el hotel. El inconveniente, la presencia de "la familia okupa". Una serie de complicaciones hicieron que en este proceso, la mujer acabara detenida y los no deseados inquilinos en posesión de las llaves que les dan acceso a todas las habitaciones.
"Toda la familia había salido, menos la hija, que es menor. Fui a picarle para pedirle que saliera y llamó a la Policía", rememora.
Cuando llegaron los agentes preguntaron a la propietaria si sabía de la presencia de la menor en el interior, antes de proceder a abrir la puerta. No tardaron en llegar el resto de miembros de la familia, que acusaban a la mujer de "coaccionarles" para que abandonaran el local.
"Yo les dije que la entrada en el hotel estaba cerrada ya por el traspaso y que no podían acceder. La Policía me obligó a darle las llaves y me fui detenida, quedándose ellos con acceso a todas las habitaciones. Me lo pueden destrozar", lamenta. Su paso por los juzgados concluyó con una multa de 90 euros.
Al salir, volvió al hotel y se encontró todas las puertas abiertas. "Volví a la Policía y quise denunciar esa situación, porque así me podía entrar cualquiera y me dijeron que eso no se podía denunciar", dice en referencia a que dejar los accesos abiertos no supone ninguna clase de ilícito penal.
La mujer siente que la ley no la "ampara", tras "casi 30 años trabajando". Defiende que ella es "tan española como los okupas" y, sin embargo, "la ley les favorece y a mí me deja sin nada, poniendo el riesgo el pan de mis hijos".
Asimismo, según sus indagaciones, "el padre tiene trabajo en una empresa pública y dos viviendas, una alquilada que le da una renta y otra que era de su madre".
Ahora, todo quedará en manos de su abogado, en quién confía para que pueda hacer "justicia". "Es una situación desesperada, voy a reclamar todo el daño que se me ha hecho", advierte.
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