Silva construye la atalaya del Protectorado

El escritor madrileño dio las claves de su nueva novela en el Casino Militar

Como buen artesano de las letras, Lorenzo Silva ha construido en su nueva novela, titulada Siete ciudades en África. Historias del Marruecos español y editada por Planeta, una especie de excelsa y encantadora torre ceutí desde la cual se registra el horizonte, se ve el cielo y la tierra y se descubre el entresijo que cubrió el Protectorado, "un periodo histórico poco conocido por muchos españoles", valoró anoche el escritor madrileño, Premio Planeta de 2012, durante la ponencia que ofreció en el Salón Noble del Casino Militar, abarrotado para la ocasión.
Una atalaya erigida a base de letras, ideas, reflexiones, acontecimientos históricos, personajes, fantasías, datos; un pedazo de la historia en un libro, pues. Guiados por el interés legendario que el libro suscita, y que alcanza el alma de la ciudad, los ceutíes no faltaron a una cita cultural que dio comienzo con un breve exordio a cargo de Paco Reyero, alma máter de La Razón Andalucía y que concluyó con una confesión del delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez: "Me encantan tus novelas de Chamorro y Bevilacqua, Lorenzo".
Entremedio, una hora de exposición de Silva, quien con su voz firme, decorada con una retórica contundente no exenta de hermosura, condujo a los presentes a un viaje al pasado, una aventura iniciada desde Ceuta, desde la atalaya de los tiempos: "Ceuta es la primera de las siete ciudades que aparecen en el libro y no por casualidad pues esta ciudad ha sido siempre la plaza norteafricana más próxima a la península, el punto de partida, la cabeza de puente. Lo fue en la Guerra del 59, lo fue en el año 12 para el Protectorado también, y siempre fue con esa base estratégica del Estrecho y que hace de vigía y a la vez de punto de partida. Ceuta ofreció un soporte en momentos muy duros y delicados. Desde Ceuta no sólo se conquistó Tetuán la primera vez que se conquistó sino que también se mantuvo el control del territorio y hasta de Ceuta salieron los socorros hacia Melilla cuando ésta estuvo a punto de caer en el año 21", apuntó.
Además de Ceuta, "una ciudad que es distinta a lo que se proyecta en la península", consideró, el escritor recordó el resto de urbes que protagonizan su novela: Larache, Tetuán, Xauen, Melilla, Nador y Alhucemas. "Son siete ciudades en África, siete enclaves singulares en la franja noroeste del continente del que todos venimos. Siete urbes asomadas al estrecho y a Europa, al norte con el que siempre fue su interlocutor, en la paz o por la fuerza. Hoy dos de estas ciudades son españolas y las otras cinco marroquíes, pero en todas ellas hay rastros intensos de los oriundos de la península Ibérica, que a lo largo de la Historia alimentaron su censo y trazaron sus calles", estimó.
"Este libro es un viaje a los años en que se produjo la última reunión de las siete, entre la segunda y la tercera década del siglo pasado, con la conquista y pacificación del Protectorado español sobre Marruecos", indicó para continuar señalando que "es un viaje a espacios que lo son de la memoria común de españoles y marroquíes, a un territorio donde las sangres y los afanes de ambos llevan mezclándose desde siempre".
En este punto, ya colindante al final, Silva recordó a los grandes personajes del Protectorado, tanto del bando español como del marroquí: los generales Silvestre, Berenguer y Primo de Rivera; y Rogui, El Raisuni y Abdelkrim, "sobre quien se puede escribir más de una novela", puntualizó Silva justo antes de bajar de una atalaya, ya copada de numerosos ceutíes, construida en pleno corazón de Ceuta.