Sigue notándolo

Tómate unos minutos… sigue notando la forma que adoptó el ser superior origen del devenir que dirigió una huella de sus pasos. Aquel déspota que propiciaba, con sus acciones, un baño lleno de basura en detrimento del prójimo y que, gracias a otros de su mismo calado, se fundieron con un deporte que cada día, cada semana y cada año, nos demuestra que el fútbol es cada vez mas reacio a que su actividad siga unida a sus intenciones paradeportivas. Por otra parte y como en todas las facetas de la vida, no todos y posiblemente muchos, tengan la legalidad como principal premisa.
Saliendo campeón con el Guaraní de Asunción, conjunto paraguayo clasificado para la Copa Libertadores, su gran ilusión, antes de su inicio se atiende una oferta procedente de la US. Lleida, donde a las órdenes de Chechu Rojo y posteriormente de Bonachera, completa 38 partidos como titular. Tan buena temporada y tras romper con un representante agresivo, el mismo presidente paraguayo firma su traspaso a la UD Levante, club en el que nunca quiso jugar. En una temporada a pleno rendimiento, en el mes de diciembre y jugando con su pasaporte brasileño, es decir, como extra-comunitario, es supuestamente invitado por el Director deportivo para viajar a Portugal (Lisboa), donde firma documentos para un nuevo pasaporte, que le harán jugar en el futuro como jugador portugués, lo que significa no ocupar plaza de extranjero. Aunque su contrato le ligaba al equipo levantino por otras temporadas más, es traspasado al CD Badajoz, entonces en Segunda A, al parecer por sesenta millones de pesetas, de los que el jugador no percibe nada. Cuando regresa de Lisboa y se incorpora al equipo granota, a los tres días y acompañado por un secretario, se presenta en la Comisaría de Valencia, donde recoge el pasaporte firmado en la capital portuguesa. Para los que se mueven en la sensatez… Señores ¿alguien puede dar explicación a tanto despropósito? Por llegar a una conclusión, será aceptable pensar que el pasaporte comienza a ser falso cuando y donde le es expedido… es decir, ¡donde él lo recoge!.
Tras disputar un partido en el estadio de “San Lázaro” defendiendo los colores del Badajoz y contra la SD Compostela, estadio en el que el equipo extremeño vence por 1-3 y donde el jugador golea tras magnífico partido. Su buen hacer es seguido por conjuntos como Málaga y Atlético de Madrid, fluctuando las ofertas los 200 millones de pesetas. En su apogeo, recibe una llamada de un vicepresidente, alterado y confuso: - Quema el pasaporte, quema el pasaporte… “es falso, es falso”.-. El jugador se siente hundido, machacado por la maldad de gentes sin prejuicios. Tres temporadas defendiendo la camisola blanquinegra y tres segundos para defenestrarlo… pero el jugador no quema el pasaporte falso y acompañado de un Letrado, entregan el mismo en la comisaría de Badajoz. Con este paso, el jugador rompe los esquemas de los maléficos, pero que no es óbice para que sea castigado administrativamente a cumplir año y medio de condena que le impide desarrollar su actividad profesional.
A pesar de que en este tiempo de sentencias, recursos y resoluciones a pagado una culpa que no le pertenece, en Octubre de 2010, el Tribunal Supremo dictó sentencia firme en favor del jugador, reconociendo que por el órgano deportivo que sentenció administrativamente al jugador, se vulneraron  sus derechos fundamentales. La sentencia y los beneficios que de ella se puedan extraer, aun pasados 16 meses, no se han ejecutado.
Sandro Marques Santos “Sandro”, exjugador de la AD Ceuta y hoy defendiendo los colores del Murallas de Ceuta, pagó su peaje a ritmo de sinvergüenzas… porque quien lo conoce, quien lo ha tratado, quien es su compañero de equipo e, incluso, aquellos que le negaron un trozo de legalidad, saben y aseguran que, es un futbolista integro, un portento de la naturaleza con un corazón de latidos rítmicos, sigue mostrando su elegancia, la elegancia del deportista, por estas calles de Ceuta… en silencio, esperando el saludo del amigo, batiéndose con el sudor de su cuerpo… entrenando y ofreciendo su sabiduría que nace de la verdad… él, ¡sigue notándolo!