Las fotógrafas Lola Montes Montero, desde Ceuta, y su hija Inge Eguiluz Montes, desde París, presentan hoy en el Museo del Revellín una exposición conjunta que muestra esos rincones que pasan desapercibidos en ambas ciudades. Y poco antes de la inauguración de ‘París-Ceuta’, Lola, hija, nieta y bisnieta de fotógrafos, habla sobre lo que significó este trabajo para ellas y cómo la fotografía siempre ha estado muy ligada a sus vidas.
–¿De qué trata la exposición que traen al Museo del Revellín?
–La exposición se titula ‘París-Ceuta’. Mi hija ha vivido en París durante varios años y entonces fue haciendo fotografías y es una selección de esas fotografías que ha hecho, y en Ceuta yo llevo viviendo desde el año 2006, menos dos años que estuve fuera, y las fotografías mías son temas de Ceuta, paisajes de Ceuta.
"Yo he sentido la fotografía siempre muy de cerca, porque todos mis ascendientes han sido fotógrafos”
–¿Qué significado tiene este trabajo en conjunto entre madre e hija?
–Pues que al vivir tan separadas una de otra, pensamos en hacer un proyecto común y entonces ya que ella se dedica a la fotografía y yo también, se nos ocurrió que podíamos hacer aquí en Ceuta una exposición conjunta.
–Tras esas conversaciones y el trabajo para hacer realidad esta exposición, ¿qué esperan que el público perciba al ver las fotografías?
–Creo que lo más importante es que el público conecte con esas fotografías, que reconozca los paisajes y que incluso descubra cosas que no ha podido descubrir por sus propios medios y se sienta identificado con las dos ciudades, porque son dos ciudades que nos tocan. A los que han viajado a Francia, que serán muchos, y a los que viven en Ceuta, pues abrirles un poco los ojos con esas fotografías de paisajes y de rincones que igual ellos no se habían fijado. El ir haciendo fotografías es eso, fijarte mucho en los lugares que es probable que pasen desapercibidos para otras personas.
"Creo que lo más importante es que el público conecte con esas fotografías, que reconozca los paisajes”
–Entonces, ¿quisieron centrarse no en esos lugares que todo el mundo conoce, sino en rincones que tienen un significado en particular?
–Exacto, son rincones y aspectos de las ciudades que es difícil que la gente que pasa por ellos normalmente, hacia su trabajo o a sus obligaciones, se fije.
–¿Cuántas piezas integran esta exposición?
–Son 33 de mi hija y otras tantas mías, son 65 fotografías en total entre las dos.
–¿Cómo fue ese proceso de selección?, sobre todo partiendo del hecho de que están en lugares distintos.
–Tenemos montones de fotografías, cientos, miles de fotografías, y siempre hay algunas que son tus preferidas. El proceso de selección es un poco más emocional y afectivo que comercial, que decir eso le va a gustar a la gente. También hay algunas fotografías que son críticas, por ejemplo algunas de las fotografías de Ceuta critican algunas situaciones del paisaje ceutí y algunos hechos concretos que no te gustarían que ocurriesen pero que ocurren, pero todo siempre desde el lado artístico.
"El proceso de selección es un poco más si quieres emocional y afectivo que comercial”
–Para ustedes como fotógrafas, ¿qué tiene de particular la fotografía a diferencia de otras artes?
–Mi hija es licenciada en Bellas Artes y yo he sentido la fotografía siempre muy de cerca, porque todos mis ascendientes han sido fotógrafos desde el siglo XIX, entonces es el hacer cosas en un medio que ya conoces, porque te toca, porque te afecta, porque lo has vivido. Y mi hija pues nos ha visto hacer fotografías a toda la familia y lo sigue haciendo, y yo también he visto hacer fotografías a toda mi familia y he seguido con la afición.
–¿Cuál es la mejor manera de describir la fotografía?
–Yo creo que lo primero que hay que hacer es dejarte llevar por tus emociones y por tus sensaciones cuando estás viendo un paisaje o una situación e irle cogiendo el punto más favorecedor a ese paisaje, a ese rincón. Saber coger el ángulo adecuado, la situación adecuada y sacarle partido a una cosa que pudiera pasar desapercibida para las personas que van por ahí normal y corriente, a su trabajo, a sus quehaceres. Es el saber sacarle el mejor partido a una situación y que resulte atractiva e interesante para la gente que la ve por primera vez.
–¿Cuáles son las expectativas que tienen con el público ceutí?
–Estamos las dos nerviosas porque es una situación que siempre te pone un poco nerviosa, pero las expectativas son que a ellos les gustase, que pudieran ver los aspectos que se presentan en la muestra y que sintiesen interés y curiosidad por esos paisajes, por esas esquinas, por esos detalles que igual ahora les gustaría ver aunque no se hubieran fijado anteriormente, que sientan curiosidad y que les guste, que estéticamente les guste.
La exposición ‘París- Ceuta' de las artistas Inge Eguiluz y Lola Montes permanecerá en el Museo de Ceuta, ubicado en el Paseo del Revellín, hasta el 25 de septiembre, con una muestra de más de 60 fotografías de ambas ciudades.
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