Categorías: Opinión

“Si me queréis, irse”

El delegado del Gobierno de Melilla está encabezonado y vuelve a reiterar que los guardias civiles no necesitan un protocolo de actuación en el perímetro fronterizo. Todos los grupos políticos, asociaciones de jueces, periodistas, oenegés, asociaciones de guardias civiles y la propia sociedad manifiestan abiertamente la necesidad de un protocolo, pero el señor Abdelmalik El Barkani dice que no cree necesario un protocolo normativo.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles de Melilla solicitó un protocolo de actuación ante las dudas suscitadas sobre las “expulsiones en caliente” para garantizar la seguridad jurídica de guardias civiles e inmigrantes, no por capricho, ni para fastidiar al delegado del Gobierno y teniente coronel de Melilla. Entenderán, “ambos dos”, que con ese protocolo la imagen de la Guardia Civil no hubiera sufrido ningún menoscabo como está sucediendo. Pero conociendo la soberbia de “ambos dos” señores Abdelmalik El Barkani y Martín Villaseñor, igual se piensa que hemos sobornado al Parlamento, a las Asociaciones de Jueces y organizaciones que ponen en duda la legalidad de las “devoluciones en caliente”.
Permítanme que les diga que en caliente no se hace nada bien, incluso hacer el amor necesita de tranquilidad y paciencia para no dejar a la pareja insatisfecha. Usted y el jefe de la Comandancia de Melilla por su soberbia e incompetencia compartida nos han dejado desnudos ante los jueces y la propia sociedad que cuestiona la legalidad de nuestras intervenciones en el perímetro fronterizo.
AUGC solicitó el protocolo cuando se denunció que presuntamente un teniente de la Guardia Civil rechazó por el perímetro fronterizo a dos menores protegidos por la Fiscalía de Menores de la Ciudad Autónoma. Esto nos llevó a la conclusión de que estas devoluciones “en caliente” deberían realizarse con unas garantías legales para los ciudadanos extranjeros y los guardias civiles que reciben las órdenes de “expulsar en caliente”, porque si lo denunciado es cierto, estaríamos hablando de la expulsión de dos ciudadanos legales por un funcionario que no tiene ni la capacidad jurídica, ni la autoridad, ni la competencia para realizar este rechazamiento y, por lo tanto, se podría haber cometido ilícitos penales y vulnerado los derechos constitucionales de los menores sin que nadie cuestionara la legalidad de dicho acto.
Según cuentan, hasta un inmigrante legal con residencia en España fue rechazado cuando fue visto en el perímetro fronterizo por el método “en caliente”. Este subsahariano se dirigía con un funcionario del Centro Nacional de Inteligencia Español CNI a Marruecos para infiltrarse e informar desde los bosques marroquíes. Pero decidió darse una vuelta por el perímetro para conocer la zona, -si es cierto lo que cuentan este agente del CNI- encontrándolo una patrulla de la Guardia Civil con exceso de temperatura y lo rechazó “en caliente”.
Imagínense que un melillense de origen árabe pasea por el perímetro o sus proximidades y un guardia civil lo rechaza en caliente. Seamos sensatos, todo acto administrativo necesariamente precisa de un documento que lo justifique. Nada de calenturas. Ni frío ni calor, cero grados es la temperatura ideal para respetar los derechos de los ciudadanos.
“Si me queréis, irse”, esa fue una de las frases más recordadas de la inolvidable Lola Flores. Una frase que esbozaba a sus admiradores para implorarles que dejaran a su hija casarse con la tranquilidad que toda ceremonia religiosa  merece. “Si me queréis, irse”, es lo que venimos a pedirle los guardias civiles de España, la sociedad española, los que creemos que las garantías jurídicas no se pueden cercenar a los guardias civiles con palabras como “su petición se excede a su competencia” cuando solicitamos el protocolo de actuación, porque en democracia no se puede mutilar los derechos de ciudadanos y guardias civiles, a los primeros, a que se le garanticen sus derechos constitucionales; a los segundos, los guardias civiles, el derecho a hacer el trabajo dignamente y con garantías legales.
El pasado domingo pedimos la destitución del teniente coronel de Melilla, hoy coronel interino y la del delegado del Gobierno en dicha localidad, y lo hicimos, porque sólo la denegación del protocolo es motivo suficiente. Pero tenemos la absoluta certeza que al señor Ambrosio Martín Villaseñor se le adjudicará a dedo el mando de coronel en la Comandancia de Melilla y los ciudadanos de Melilla, los guardias civiles, las organizaciones que han denunciado estas prácticas supuestamente anómalas, seguiremos diciendo una y mil veces: “Si me queréis, irse”.
Pues eso, “Si me queréis, irse”, porque su incapacidad, soberbia y falta de respeto a las asociaciones profesionales de guardias civiles ha llevado a Melilla y sus Instituciones a estar en la picota de la comunidad internacional.
Con todo respeto “Si me queréis, irse”.

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