Indignación, temor y, sobre todo, la sospecha más que fundada de que tras la sucesión de ataques a sus garajes subyace algo más que una mera suma de casualidades. “Sonar, suena raro. No creo que haya ningún vecino tan tonto como para pensar que tres veces seguidas en el mismo lugar, en 15 días, sea normal. Por favor...”. Uno de los vecinos a los que el último suceso sacó ayer de su vivienda resumía ayer la opinión extendida entre los propietarios e inquilinos del Edificio Primavera. Como el resto de quienes compartían ayer acera a escaso metros de los vehículos de extinción del SEIS, advierte tras esbozar su diagnóstico que prefiere que no aparezca su nombre. “Esto tiene mala pinta. Aquí nadie quiere saber nada, pero por aquí hay alguna gente que... Algunos hablan de sabotajes, de bandas, de ajustes de cuentas... No hay pruebas, ¿pero a usted no le parece raro?”, se preguntaba el mismo vecino.
“Apunta, apunta todo, que aquí hay tela. Aquí nunca había ocurrido nada parecido. Hubo un incendio hace unos seis o siete años, pero nada más. Ahora tres veces en dos semanas. Con este susto no hay quien viva. Puedes perder el coche en un incendio del garaje, sea provocado o no, pero es que puede ser peor... Que se extienda a las viviendas, que haya alguien dentro del aparcamiento y le pille el fuego... Están jugando con algo muy peligroso y a ver si no vamos a tener que lamentar algo muy malo. Si es una moda que se ha inventado alguien o van contra alguien que tenga el coche aquí, que lo dejen ya, que pase pronto esto”, sugería otro inquilino a pie de carretera.
La teoría de la coincidencia empieza a no cuadrar entre el vecindario. Tanto que otra inquilina, con su pareja al lado, reclamaba “que la Policía ponga orden ya aquí, porque esto tiene que ser intencionado. Quién se cree que haya tres incendios en tan poco tiempo... Vamos, que no somos tontos... Yo lo que quiero es vivir tranquila, no tener que estar pendiente de si sale fuego o no de un garaje...”. Junto a ella, un grupo de jóvenes bromeaba y presumía de haber presenciado ya tres actuaciones de Bomberos en tan solo dos semanas. “Aquí no nos aburrimos ahora”, ironizaba uno de ellos.
El de ayer fue, de hecho, el tercer ataque registrado en los mismos garajes en una horquilla temporal de solo 12 días. El primero, el del miércoles 15 de enero, dejó como saldo una furgoneta completamente calcinada. Se encontraba, presuntamente abandonada, en una de las plantas inferiores del aparcamiento, estacionada en una plaza cerrada cuya puerta fue supuestamente forzada. En aquella ocasión, las temperaturas en el lugar alcanzaron los mil grados centígrados, según confirmaría al día siguiente el SEIS. “Ese era el día que jugaba el Real Madrid en Pamplona”, recordaban ayer varios vecinos en su relato del primero de los ataques. Los Bomberos alertaron entonces de las dificultades en las tareas de extinción por la división del garaje en varias plantas y la densidad del humo, que dificultaba la visión.
El segundo incendio provocado se registraría hace solo tres días, el pasado viernes. También de noche, la Policía Nacional y los efectivos del SEIS se veían obligados a desplazarse al mismo punto ante otra alerta de fuego. Tras apagar las llamas, apareció una caja eléctrica calcinada y un vehículo afectado aunque sin desperfectos de gravedad. Junto a él, los agentes encontraron una pequeña lata que contenía gasolina y un trapo con el que los asaltantes pretendían provocar más daño del que finalmente causaron. Las primeras investigaciones no encontraron conexión entre el intento de quema del turismo y el sabotaje de la instalación eléctrica, pero sí la intencionalidad en ambos casos.
La novedad del último ataque, el de ayer, es que se produjo a plena luz del día y que el autor o los autores se arriesgaron a ser vistos por los operarios que unos minutos antes trabajaban en la limpieza del mismo espacio.