El pueblo judío en su diversidad alrededor del mundo, se está preparando para celebrar un nuevo Rosh Hashaná (cabeza del año). Este viernes por la noche (por dos días), coincidiendo este año con Shabat, estaremos recibiendo el 5784 según la cronología rabínica. Por ello en Yose Ben Yehuda nos reuniremos en comunidad.
Como recitamos en la liturgia, "en este día el mundo fue creado". Es decir, lo que celebramos cada Rosh Hashaná es la mítica creación del mundo tal como nos narra Bereshit (Génesis). Aunque cabe señalar que existe una tradición rabínica que menciona que no fue el mundo lo que fue creado en Rosh Hashaná sino el primer ser humano, el legendario 'Adam Harishón'.
Esta es la tensión que simbólicamente nos atraviesa cada año en Rosh Hashaná y atraviesa quizás también cada uno de los días de nuestra vida. La tensión entre nuestra responsabilidad para con el mundo y nuestra responsabilidad para con nosotr@s mism@s, nuestro impulso por cambiar y mejorar el mundo, nuestra necesidad de transformarnos de una manera personal.
La tradición judía tiene entre sus pilares más básicos el concepto milenario de 'Tikún Olam', la obligación de 'reparar el mundo'. El mismo se encuentra sumamente dañado, nuestra sociedad está enferma, vivimos en sociedades desiguales, donde se proclaman discursos de odio sin piedad de parte de radicalistas ante el respaldo y cómplice silencio de muchos, hay pobreza extrema, se atenta contra la dignidad de las personas, no hay verdadera convivencia, hay violencia y no hay justicia. El mundo que nos sostiene está
sufriendo por el daño causado por los seres humanos. Vivimos una realidad mundial y en una ciudad, que está lejos de ser la utopía del jardín del Edén. Aún queda mucho "Tikún Olam" por hacer.
Sin embargo, muchas veces intentamos cambiar el mundo, pero eso nos queda "muy grande", sentimos que poco podemos hacer, que poco podemos aportar. Nos frustramos y desistimos. Y entonces debemos recordar que existe otro Tikún, otra reparación, para hacer. El Tikún Atzmí, es decir, "la reparación personal".
Y entonces debemos recordar que existe otro Tikún, otra reparación, para hacer. El Tikún Atzmí, es decir, "la reparación personal".
Cada uno hace su Tikun Atzmí, su reparación personal, podremos todos finalmente hacer Tikún Olam, reparar el mundo de las injusticias. Si cada uno de nosotros logra ser la mejor versión que puede ser, podremos llevar a que, quizás, el Tikún Olam, deje de ser una utopía para convertirse en una realidad. Pero sin duda, no podremos repararlo si no conseguimos nosotr@s repararnos a nosotr@s mism@s primero.
Be seferjaim, braja beshalom, en el libro de la vida y de la bendición, este libro se abre ante nosotros, está en nuestras manos el contenido que le querremos dar... este no es un libro virtual, es la vida misma, Sefer Jaim.
Que este año podamos encontrarnos llenando el libro con sentido y contenido en nuestras vidas.
SHANÁ TOVÁ UMETUKA!
Asociación Judía Masorti Yosef Ben Yehuda Ceuta