El Salón de actos de la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) acogió ayer a mediodía una reunión entre los responsables de la concesionaria de la limpieza de los colegios de Ceuta, Servilimpisa, y los directores de los centros, que desde ha tiempo vienen denunciando unánimemente las enormes deficiencias de las que adolecía el servicio.
Según asistentes a la reunión, los representantes de la adjudicataria venidos desde la península pidieron lo que resta de esta semana y la próxima, un total de diez días, para completar la ronda que han iniciado por todos los colegios para conocer a fondo su problemática particular y sus necesidades.
“De entrada han asumido la responsabilidad y han mostrado la mejor voluntad para intentar corregir la deriva”, indicaron directores de colegios.
De momento, Servilimpsa ya ha prescindido de la persona que hasta ahora ejercía como coordinador en Ceuta y la ha reemplazado por otra que en el primer contacto ha dado “muy buena impresión” para ejercer de “enlace” entre los directores y la empresa.
“La compañía ha trasladado desde Málaga a su plana mayor, ha aceptado que la prestación del servicio no estaba siendo la exigible y ha tomado medidas con las situaciones más graves que se estaban produciendo en algunos centros, que han sido atajadas de raíz”, se felicitaron en un colectivo que parece, en general, dispuesto a dar un margen de confianza a la compañía para corregir su desempeño.
La empresa va a analizar si los recursos humanos disponibles están correctamente distribuidos entre los distintos colegios utilizando exclusivamente el criterio de sus metros cuadrados de superficie, el que marcaban los pliegos del concurso, sin tener en cuenta también el volumen de alumnado de cada uno o su número de baños. “En una situación como la de la pandemia no es aceptable que haya una persona para limpiar 16 pares de baños, como sucede en muchos colegios”, ejemplificaron.
Los responsables de la concesionaria del servicio también han prometido “incrementar el control sobre el material de limpieza disponible para que no vuelva a acabarse en algunos colegios, como ha llegado a suceder”.
Los directores de los centros y el consejero de Educación, Carlos Rontomé, concluyeron a finales del mes pasado que a juicio de ambas partes el trabajo de Servilimpsa estaba siendo “un desastre”, pero la Ciudad era reticente a aplicar penalizaciones a la compañía a sabiendas de que casi todas las empresas reaccionan a esas medidas trasladándolas, a su vez, a su plantilla para generar un conflicto social contra la administración.