El Gobierno de Ceuta ha asegurado este miércoles a última hora de la tarde que
la Consejería de Servicios Sociales “ya ha ofrecido” una evaluación de sus necesidades a los 16 ceutíes que permanecen acogidos
en las naves del Tarajal acondicionadas como recursos de emergencia tras la crisis fronteriza de mediados de mayo del año pasado. Once de ellos “se han interesado por las posibles alternativas a su situación actual, teniendo en cuenta que todas presentan distintas circunstancias y problemáticas de muy diversa índole”. Según el Ejecutivo local, “el personal de los Servicios Sociales Comunitarios ya ha dado respuesta a todos estos usuarios en función de los perfiles que presentan para que puedan beneficiarse del Programa de Alojamiento Alternativo, residencias de mayores, alojamiento nocturno,
Ingreso Mínimo Vital, entre otros”. Servicios Sociales ha hecho hincapié que su prioridad pasa por “contribuir a la mejora de la vida de las personas”, por lo que ha instado a los residentes que aún no se hayan acercado a las dependencias de la consejería,
en la barriada San José, a “que lo hagan y permitan ser asistidos en este propósito y en su integración social”. Durante la visita que la vicepresidenta Primera del Gobierno, Mabel Deu, realizó a las naves la semana pasada varios de los ceutíes sin techo allí acogidos, entre ellos un extrabajador del departamento que ahora dirige Dunia Mohamed, mostraron su malestar con el funcionamiento de Servicios Sociales, donde según criticaron se pide la misma documentación “ocho y nueve veces” para acabar cortando la ayuda concedida “a los cuatro o cinco meses”. El personal que trabaja con las personas albergadas en esos recursos, uno de los cuales se había barajado habilitar de una forma más estable para darle continuidad, ha lamentado que si son dispersados en habitaciones en hostales o pisos de alquiler presumiblemente perderán la “fuerza” de la unidad y el respaldo mutuo que han encontrado en las naves “como una familia” para escapar de las derivas vitales personales que les habían llevado a vivir en la calle. La Ciudad Autónoma pretende cerrar como muy tarde el 31 de marzo las naves rehabilitadas como albergues que
ha gestionado Cruz Roja durante los últimos meses, en las que actualmente quedan unas 120 personas, en su mayoría jóvenes marroquíes, aunque también algunos menores y mayores con más de 70 años.