Ayer leí un mensaje en un grupo de ayuda donde una persona mayor se encontraba en una situación de amargura.
Soy muy sensible y estuve toda la noche pensando cómo ayudar, aportando mi granito de arena, a este ser tan maravilloso, con muchas canas, olvidar sus males.
Recordé una prosa barata que había escrito hacia ya unos pocos de meses.
Pero que creí que venía muy bien para intentar que los sentimientos de esta persona pudieran ser contrarrestados y darle un poco de autoestima:
Hoy como siempre he tenido la costumbre de derramar sobre mi libreta de apuntes los pensamientos que me vienen.
Y todos ellos están llenos de eso que se denomina positivismo.
Nuestra vida es muy pequeña.
Venimos al mundo para una misión.
Esta no la sabemos.
Pero poco a poco el misterio se va disipando.
Nuestro amor que derramamos es un símbolo inequívoco de parte de esta humilde labor.
Yo siempre me he conformado con tener gente a mi alrededor con la cara de felicidad por bandera.
Yo doy clases de ajedrez en el casino militar de Ceuta, dónde sus mandos nos ayudan en todo lo que pueden y estamos muy agradecidos a ellos.
Las edades son diversas y el intelecto igual. Pero cuando se explica algo y se les mira a los ojos y se les ve esa atención y las ganas de aprender es cuando yo mismo estoy enganchado en la labor que estoy haciendo. Estoy contento por que están atendiendo algo que le gusta a ellos y a mí.
Estoy ayudando a un prójimo.
Soy feliz por que ellos también son felices. Esto es ayudar.
Dar parte de ti para que los demás tengan esa instrucción para su futuro.
Doy, reciben y soy una persona dichosa por ello.
Eso es lo que debemos de quedarnos para nuestros adentros.
Estoy motivando a mis alumnos para que aprendan algo que le gusta.
Contribuyo con la sociedad a tener unos determinados valores, que me sobran, y expando mi valor principal que es mi amor al prójimo.
Es un acto de caridad y a la vez de buena voluntad hacia los demás.
Estoy contribuyendo a hacer feliz a alguien.
Es muy positivo esto y lo principal es que fluya todo nuestro amor a los demás.
Todo lo que se pueda hacer por una persona es un valor prioritario.
Eso es lo que hay que hacer.
Y para eso siempre hay fuerzas.
Y si faltan en estos grupos tenemos siempre una mano que estará dispuesta a ayudar. Os deseo un buen fin de semana y que el amor fluya por todas partes.