Cientos de ciudadanos, españoles y algunos marroquíes residentes en España que llevan tres meses y medio atrapados en Marruecos, concretamente 714 viajeros con 305 coches a bordo, viajan este miércoles por la tarde desde Tánger-Med a Málaga en un nuevo barco especial operado por Baleària y organizado por la Embajada española en Rabat.
Se trata del séptimo barco de repatriación que sale desde Tánger para traer de vuelta a España tanto a ciudadanos españoles como a marroquíes residentes en nuestro país, que se han desplazado con sus coches o a pie a primera hora de esta mañana hasta el puerto de Tánger, en cuyos accesos se han formado colas desde bien temprano.
Al igual que en los seis anteriores, el 22 y 28 de mayo y el 3, 4, 10 y 11 de junio, este ferri tenía previsto salir a las 14.00 horas (horario marroquí), aunque lo ha hecho con casi dos horas y media de retraso, y su hora prevista de llegada a Málaga es sobre las 20.00 horas.
Dentro del barco, además de los trabajadores, la cartelería recordaba a los pasajeros la obligatoriedad de llevar en todo momento la mascarilla puesta y mantener las distancias de seguridad, por lo que solo debían sentarse en los asientos que se les ha indicado y solo en caso de que fueran familiares podían sentarse juntos.
La mujer de Hassane, un marroquí de 39 años que también trabaja en el campo cortando fruta del tiempo o verduras en Murcia, había perdido la esperanza hasta que llamaron a su marido el 5 de junio. “Me llamaron a mí porque él no sabe español y eso y yo le confirmé la reserva. Él tiene prisa por volver porque yo estoy embarazada, pero sí es cierto que ha sido caro. He pagado 279 euros en total porque la butaca yo puse la normal, pero me pusieron la preferente que son 99 euros y por el coche 180”, comenta su mujer, quien prefiere mantenerse en el anonimato.
Hassane viajó a Marruecos, concretamente, a su ciudad natal, Sidi Slimane, cerca de Rabat, el 9 de marzo con su coche. Lo hizo para visitar a su madre que “estaba enferma”. “Iba a ir solamente una semana, no iba a tardar más. Se fue el día 9 de marzo y el 13 tenía previsto regresar pero cerraron las fronteras. Me dejó aquí en España sola y embarazada. También dejó su trabajo y le han despedido”, continua su esposa.
La espera de Hassane y de su mujer, que está “casi de nueve meses”, terminará este miércoles. Él es de los que viaja en el barco de este miércoles. “Está esperando para entrar al barco. No sé a qué hora va a subir ni a qué hora saldrá porque dice que hay mucha gente, pero está dentro del barco que es lo importante”, concluye la mujer emocionada. Hassane llegará a tiempo para el nacimiento de su hijo, que está programado para primeros de julio.
Nabil Nquila es otro de los que viajan en el barco y así se siente, “afortunado”. Este marroquí de 42 años viajó a su país de nacimiento el pasado 10 de marzo con su coche para visitar a su madre enferma y “al final cerraron la frontera y aquí me quedé”. Vive en España desde hace más de 15 años, actualmente en Málaga, donde trabaja como camarero y tiene fijada su residencia.
El pasado 6 de junio le llamaron para confirmarle que era una de los viaja de vuelta este miércoles y ya está dentro “mirando la gente que falta desde la azotea del barco”, por lo que se siente aliviado.
“Mandé el formulario al consulado y rellené todos los formularios para los barcos, pero para el del 17 no lo hice porque dijeron que no hacía falta si ya estabas registrado. Cuando me llamaron, después me mandaron el número del localizador para poder pagar el billete y ya está. Tuve suerte porque hay muchas personas atrapadas, pero cuando pagué el billete me quedé tranquilo porque ya por lo menos sabía la fecha exacta en que iba a volver”, comenta.
Abdelkarim Bouras Elarass es otro de los españoles que vuelve este miércoles a casa. Junto a su mujer, Laila, llevan más de 20 años viviendo en España y han formado en Figueras (Gerona) su hogar. Allí han nacido sus dos hijos mayores: Arwa, una niña de siete años y Aron, de casi cuatro.
El día 2 de marzo viajaron los cuatro en coche a Nador dispuestos a pasar allí el mes de vacaciones que a Abdelkarim le habían dado en la empresa de bricolaje y decoración en la que trabaja. Sin pensar jamás que cerrarían la frontera y que Laila se pondría de parto en Marruecos. El 2 de mayo sobre las diez de la noche corrieron hasta el hospital público más cercano porque su tercer hijo venía al mundo. El pequeño Youssef nació aquella noche.
Ahora Abdelkarim está esperando en el puerto para poder subir al barco. Pero vuelve solo. “Los niños se han quedado con su madre. Es lo que hay y lo que nos ha tocado”, lamenta. Ha viajado toda la noche con su coche para llegar a Tánger, subir al barco e ir hasta Figueras cuando lleguen a Málaga.
Lo que le preocupa es que mientras su hijo no tenga pasaporte español no pueden salir de Marruecos. “A ver si allí puedo inscribir a mi hijo aunque naciera aquí en Marruecos o a ver qué solución me dan”, explica. Y una vez tenga todos los papeles necesarios intentará volver a Nador para poder ir al consulado y “resolver todo esto”.
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