Septem Nostra lamenta la dejadez ante la movilidad sostenible

Estos días se ha celebrado la ‘Semana Europea de la Movilidad Sostenible’, una campaña de concienciación ciudadana dirigida a sensibilizar a los ciudadanos en el uso del transporte público, en bicicleta o bien a pie, así como animar a las ciudades europeas a que promuevan estos modos de transporte y a que inviertan en las nuevas infraestructuras necesarias para ello.

Con un lema diferente cada año, en este certámen el eslogan ha sido ‘Participa en los Planes de Movilidad de tu ciudad: ¡muévete en la buena dirección!’. Su celebración tiene lugar entre el 16 y el 22 de septiembre, día este último en que se conmemora el ‘Día Mundial Sin Automóvil’, como parte de esta iniciativa medioambiental. En los últimos años, más de 2.000 poblaciones y ciudades han participado, alcanzando unos 220 millones de personas. Todas menos nuestra ciudad, según denuncian desde la asociación Septem Nostra, que lamenta la desidia de la Ciudad ante un evento de estas características. “Aunque se ha celebrado en alguna ocasión, tampoco le dan demasiada importancia. No lo consideran un problema grave y desde hace años se hace caso omiso a la semana y al Día sin coche. Desde la administración deben intervenir para que el transporte público tenga su espacio, crear carriles bus y para bicicletas de forma que se facilite el tránsito”, apunta el presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera. Las características orográficas y reducido tamaño de la ciudad la convierten en un lugar idóneo para pasear o viajar en bicicleta, en detrimento del vehículo. “Hay estudios que indican que en distancias de menos de 30 metros es adecuado andar, el objetivo es no usar el vehículo para desplazamientos en ciudades pequeñas como Ceuta”. Esta es la tendencia en la mayoría de países europeos, el empleo de transporte público o de la bicicleta frente al coche particular, de modo que se generen infraestructuras hacia una economía más sostenible. En el caso concreto de nuestra ciudad, el uso de vehículos es un problema añadido, “ocupación de espacio, necesitan mucho territorio, carreteras y autovías que en Ceuta no existen”, asegura Pérez Rivera. Numerosas localidades europeas tienden a un desmesurado incremento de contaminación atmosférica y acústica y Ceuta forma parte de las estadísticas. Nuestra ciudad se encuentra a la cabeza en el ranking de las más ruidosas de todo el país. “Hay que tener en cuenta que la tasa de vehículos por habitante en Ceuta es desorbitada por espacio geográfico. Hay unidades familiares que cuentan hasta con tres vehículos”, aclara Pérez Rivera. Esto provoca el colapso de la ciudad, especialmente en horas punta. “La propia orografía de Ceuta genera este caos porque es imposible que nos expandamos hacia ningún sitio”, añade. En definitiva, Pérez Rivera estima que la Ciudad no se implica lo suficiente en este tema en el que gobiernos de todo el mundo están trabajando activamente. A su juicio, la sostenibilidad “no les interesa”, y su única aportación al alto número de vehículos fue la colocación de paneles de información de tráfico, “que ya han quitado”, y cámaras. “Son soluciones mecanicistas y esto no es un problema técnico, sino de movilidad”. Pérez Rivera insiste en la necesaria apuesta por la movilidad, aunque también es consciente de que la energía renovable “no tiene la suficiente capacidad para sostener dicha movilidad”. En cualquier caso, -añade-, la Ciudad debe “intervenir” en cuanto Ceuta “tiene muchas posibilidades para convertirla en una ciudad sostenible, pero parece que no les interesa”.

Ceuta incrementa los índices de contaminación atmosférica

A pesar de estar a la cabeza de las ciudades con más índice de contaminación acústica, Ceuta nunca se ha situado en el ranking de localidades con alta contaminación atmosférica. Desgraciadamente esta cuestión ha cambiado al haberse contabilizado un incremento de esta polución por el aumento desorbitado de vehículos. “La contaminación atmosférica genera graves problemas para la salud, desde enfermedades respiratorias, cardiovasculares o incluso cáncer”, apunta el presidente de Septem Nostra. La solución no sólo radica en las autoridades locales, los ciudadanos son parte importante para modificar la mentalidad en pro de una economía sostenible. “Es fundamental la implicación de los ciudadanos y no sólo del Gobierno, porque en sus manos está cambiar el vehículo por la bicicleta o simplemente ir a pie”. La alternativa del transporte público no parece ser demasiado plausible en la ciudad, según considera Pérez Rivera. “No está bien valorado, los autobuses son incómodos, algunas líneas van saturadas y los ciudadanos optan por sus vehículos particulares”.