Esta es la situación en nuestra Área Sanitaria, tenemos un Gerente al que le he visto la cara desde que aceptó su cargo como tal una sola vez, y después de eso, ha decidido que no tiene tiempo de escuchar a una representante de los trabajadores, y que el diálogo no es necesario, ni le hacen falta propuestas. Según él lo que le tenga que comentar, tiene que ser por escrito. Una vez más, nuestros directivos se confunden, y la ignorancia o la soberbia les puede: son los trabajadores, como subordinados, los que solicitan y ruegan, mediante escritos, suplicatorios, recursos administrativos, etc; a sus superiores. Pero la relación sindicato-empresa/sindicato-directivo de una Administración Pública no es de subordinación, está regulada por una ley orgánica (esas leyes reservadas para regular derechos fundamentales y libertades públicas, por si desconocen nuestros directivos estas cuestiones constitucionales), e implica diálogo. Eso quiere decir, que, le gustemos o no al Sr. Ramírez, le caigamos en gracia o no, le guste tratar con mujeres o prefiera tratar más con hombres, tenga claro o no la diferencia entre un delegado de personal o una Secretaría General, nos tiene que atender, y nos tenemos que entender.
Ya no tenemos sindicatos verticales, Sr. Ramírez, por mucho que parezca que los echa en falta. Yo soy más joven y ya ni los he vivido ni los recuerdo, a Dios gracias. Porque, de nuevo, la actitud de nuestros directivos no cuadra en absoluto con las siglas del partido que los ha nombrado. Por mi parte, estoy deseando poder hablar largo y tendido con nuestro Gerente, y ampliar sus miras asistenciales con la experiencia propia de otros sistemas sanitarios (de la que él mismo carece). Ahora sólo nos falta la otra parte de la ecuación para empezar un diálogo productivo para trabajadores, que redundará en beneficio de pacientes y usuarios.
Y para muestra, de la actitud de nuestro gerente, un botón. Con el servicio de cirugía “levantado en armas”, tras aguantar durante un año sinsentidos organizativos de la Directora de Enfermería, con una facultativa que iba a renunciar porque no se le concedía la excedencia por conciliación que necesitaba, nuestro Gerente, en plena Semana Santa, en vez de dejar estos temas resueltos antes, o al menos escuchar las propuestas de los sindicatos, ni corto ni perezoso, se cogió días para descansar. Y a pesar de estar luego descansado, sólo recibió a este sindicato en una ocasión, de mala gana, con prisas, e insistiendo en que no tenía tiempo. Nos terminó recibiendo a regañadientes porque se le comunicó que, en caso negativo, se remitiría el pertinente escrito a la Dirección del INGESA en Madrid, para que, desde allí, se le aportaran instrucciones sobre cómo cumplir con la LOLS (Ley Orgánica de Libertad Sindical).
Y por si tiene problemas de memoria, hagamos un resumen breve de nuestras últimas noticias sanitarias. Se nos ha ido una especialista en Digestivo, previamente ya se fue otro especialista en Traumatología porque esta gerencia no se ha enterado de que unos de los derechos de los trabajadores es la conciliación de la vida familiar y laboral cuando se tienen menores a cargo. En Urgencias del HUCE, harto de contratos concatenados de tres en tres meses, un especialista en Medicina Familiar y Comunitaria ceutí, y formado aquí en Ceuta, ha decidió irse a otro sistema sanitario. ¿Dirá nuestra directiva que es que no se adapta a Ceuta?, ¿dirá que se ha ido por motivos personales?, cuando lo cierto es que tiene la familia y el arraigo aquí. No es el único facultativo de urgencias que obtiene como pago a meses de trabajo a destajo las migajas que la Gerencia piensa que son suficientes para sus trabajadores: contratitos de meses. Y, tenemos que dar gracias, al parecer, o al menos eso es lo que lleva escuchando uno de nuestros facultativos de cirugía que lleva casi dos años con contratos de tres en tres meses. A esto se añade que, por mucho que el Gerente opine que nombrar, una vez más a dedo, como Jefe, a un facultativo de cirugía que ya ha sobrepasado la edad de jubilación, el problema del Área Quirúrgica no está resuelto. Recientemente hemos podido leer en la prensa, y directamente de los protagonistas a la fuerza de este folletín semanal con que nos obsequia el INGESA en Ceuta, que el panorama en que se encuentra el Área Quirúrgica está lleno de negros nubarrones. Nombrar por “real decreto” (perdón, “gerente-decreto”) a un facultativo que ya no tiene fuerza o ganas para enfrentarse a la dictadura del sinsentido que ha implantado nuestros directivos del INGESA en Ceuta, no soluciona el problema de cirugía, ni el de los usuarios y pacientes que se verán perjudicados en última instancia.
Queda poco para que nos quedemos con la plantilla de cirugía reducida. Pero el Gerente sigue sin querer escuchar ni a los trabajadores ni a sus representantes. Exactamente ha escrito “que por motivos de agenda no es posible recibirla en breve, por lo que ruego que cualquier tema concreto del que desee información, lo solicito por escrito”. No se ha enterado de que para que haya un diálogo, dos se tienen que sentar, que se tiene que establecer una comunicación fluida entre emisor y receptor, que tiene que haber bilateralidad, y que el género epistolar no es el mejor vehículo para ninguna negociación.
Pero dado que a nuestro gerente le gusta más leer que escuchar, ahí van unas cuantas preguntas: ¿Cree el Gerente que un especialista hospitalario o de Atención Primaria se improvisa?,¿piensa el gerente que los facultativos bajo su mando son simples licenciados en Medicina?, ¿se ha enterado de que los aprobados en el MIR no se regalan, ni se consiguen haciendo una memoria, ni se obtienen con un acuerdo/apaño sindical?, ¿sabe los años que tiene que estar un cirujano, o un intensivista, un traumatólogo, o un médico de familia formándose para ofrecer la calidad asistencial que nuestro sistema sanitario opina que es la precisa?, ¿de dónde cree que puede sacar a los facultativos para atender a la población?, ¿piensa que cualquier licenciado en medicina viendo tres videos de YouTube se convierte en cirujano?, ¿o un intensivista se saca viendo una serie yanqui de urgencias?, ¿operará él a los ceutíes cuando se nos vayan los cirujanos?, ¿o se pondrá a operar nuestra Directora de Enfermería, o el Director Médico o nuestro Director Territorial?, ¿las endoscopias las va a hacer ahora el Director de Atención Primaria?, ¿la cirugía de prótesis de cadera, a quién se la piensa encargar?, ¿cuándo un paciente no consiga cita para cirugía, digestivo, traumatología, etc., porque no hay facultativos suficientes, cómo lo piensa solucionar?.
Ya nos quedamos temporalmente, en la Primera Era Lopera, con un hospital sin Servicio de Hematología, y que, por tanto, no podía mantener actividad quirúrgica por no disponer de ningún facultativo especialista de Hematología que gestionara el manejo de hemoderivados. Pero está claro que nuestro Gerente no aprende. Para eso, debería tener un mínimo de autocrítica, y de sentido común.
Lo que sí sabe hacer es parapetarse tras las secretarias de Dirección, y salir sólo para reunirse con el Director Territorial que, de nuevo, tiene el despacho donde siempre lo ha tenido (otra pregunta que se me había olvidado,
¿cambiaría de despacho como excusa para vacunarse?). Seamos optimistas, lo mismo, nuestro Gerente, da con una solución mágica a todos estos problemas, él solito sin ayuda de nadie, bien encerrado en su despacho, y al final nuestra Delegada del Gobierno lo propone también para una medalla.
Si deja de perder facultativos, hasta se la pongo yo misma.
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