El Cristo de Medinaceli, más conocido por todos los ceutíes como el Señor de Ceuta, ha vuelto a liberar a un preso el día de su traslado.
Se trata de un acto muy conmovedor y ya tradicional en la antesala de la Semana Santa que se celebra en el acuartelamiento González Tablas el día de su traslado desde la iglesia de San Idelfonso hasta su casa de Hermandad.
Así, a lo largo de su recorrido, cuando ya habían dejado atrás la Mezquita de Sidi Embarek, el Señor de Ceuta y toda su corporación han hecho una parada en el cuartel del Grupo de Regulares número 54 de Ceuta, en Hadú, para llevar a cabo la tradicional liberación del preso.
Asistentes al acto
Esta cita ha congregado a numerosas autoridades civiles y militares que querían estar presentes en este momento que deja una de las imágenes más emotivas previa a la Semana Santa ceutí.
De este modo, y con el cuartel preparado para esta ocasión tan especial, allí se encontraban presentes Juan Vivas, presidente de la Ciudad; y miembros de su equipo de Gobierno; Cristina Pérez, delegada del Gobierno en Ceuta; Luis Jesús Fernández Herrero, comandante general de Ceuta; y José González, el segundo jefe de la comandancia.
También estaba presente el vicario de Ceuta, Francisco Jesús Fernández Alcedo y miembros del consejo de Cofradías y Hermandades de Ceuta.
Entrada del preso
Una vez todos colocados en sus posiciones, junto al Señor de Ceuta y Nuestra Señora de los Dolores, ha hecho entrada en el acuartelamiento González Tablas el preso que sería liberado en la tarde de este sábado.
Se trata de un vecino de la ciudad de 36 años que responde a las iniciales M.S.S. y que cumple una condena de tres años y cuatro meses por un delito contra la salud pública en la prisión de Mendizábal.
Su puesta definitiva en libertad estaba prevista para el próximo año. Concretamente, para el día 4 de junio de 2026, pero gracias a la liberación llevada a cabo por el Señor de Ceuta y toda su hermandad, la misma se ha adelantado un año y dos meses.
Actualmente, este interno se encontraba disfrutando de un tercer grado y trabajando, lo que le ha servido para su liberación por el Señor de Ceuta.
Palabras de la directora
La directora del centro penitenciario de Ceuta, Nonia Velázquez, ha sido la encargada de tomar la palabra para agradecer “el esfuerzo de todo el personal que ha contribuido a que este acto puede desarrollarse hoy en este acuartelamiento”, como la Comandancia General de Ceuta y la Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y Nuestra Señora de los Dolores
“Nos encontramos celebrando una de las tradiciones más arraigadas de la Semana Santa ceutí”, ha señalado, como es la liberación de un preso.
¿Qué es la libertad condicional?
Según han explicado, “la libertad condicional es un beneficio que se concede a algunos presos que han cumplido parte de su condena y que se otorga tras un minucioso análisis”, donde se corrobora que es meritorio de este acto de libertad.
Además, ha añadido, “nos encontramos ante un acto de justicia restaurativa” que permite la reinserción de los internos.
El valor del sistema penitenciario
Asimismo, ha añadido, “en este acto se pone de relieve el poder y el valor del sistema penitenciario, contribuyendo a la rehabilitación de la población interna”.
Para concluir, ha mandado un mensaje a todos manifestando que es “mi deseo y el de toda la familia penitenciaria que su comportamiento sea inspiración para otras personas, siendo ejemplo de resiliencia”.
Firma de la libertad
Por todo ello, “a propuesta del centro penitenciario y quedando bajo la tutela de la Hermandad Venerable Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y Nuestra Señora de los Dolores”, este joven recluso ha firmado su libertad.
Tras esto, el preso ha hecho entrega de un ramo de flores al Cristo de Medinaceli y otro a Nuestra Señora de los Dolores.
Una saeta
Para concluir este emotivo y tradicional acto de la liberación del preso, el cantaor jerezano Juan Granado, más conocido como El Tomate, le ha cantado una saeta al Cristo de Medinaceli y Nuestra Señora de los Dolores.
El silencio se hizo y con su voz invadió de emoción el acuartelamiento González Tablas.