El pasado lunes, día 2 de septiembre, un ciudadano llamó a la tertulia de la ‘Voz de El Faro’ de la COPE y, un tanto enfadado, dijo que por qué se había suprimido la festividad del ‘Día de Ceuta’ para cambiarlo por una fiesta religiosa “que no es española”. Comoquiera que cogió con el pie cambiado y por sorpresa a Rafael Montero, el único tertuliano que en ese momento se hallaba en los estudios, éste, Montero, se las vio y deseó para enhebrar una respuesta que satisficiera al ciudadano, que seguía hablando por debajo de la voz de Rafael Montero. Lo cierto es que el ciudadano no quedó demasiado satisfecho con las explicaciones que se le dieron. Después, el alcalde Vivas fue entrevistado en los estudios, y, preguntado al respecto de la supresión de la festividad del ‘Día de Ceuta’, respondió: “Hemos sido generosos para integrar a todo el mundo”. Asimismo, en la entrevista que le hicieron en El Faro, el alcalde Vivas manifestó: “Fue una decisión de todos los ceutíes que está asumida”. ¿De todos los ceutíes, dices, Vivas? ¿Asumida?
Lo cierto es que si en cualquier Comunidad Autónoma –Cataluña (11 de septiembre), Madrid (2 de mayo), Andalucía (28 de febrero), por ejemplo– se hubiera suprimido la festividad del día de la Comunidad y sustituido por una fiesta religiosa foránea habría habido un levantamiento social, por muchas explicaciones que se les hubieran dado al ciudadano. Por mucha ‘multiculturalidad’ que le hubieran echado al asunto. Pero parece ser que los ceutíes somos diferentes y nos da igual ocho que ochenta y tragamos carros y carretas. Así nos luce el pelo.
Pero empecemos por el principio. Se eligió el día 2 de septiembre porque, al parecer, ese día del año 1415, Pedro de Meneses fue nombrado Gobernador y Capitán General de Ceuta. Y delante del rey portugués cogió un palo que tenía a mano y, más o menos, dijo: “Señor, con este palo me basto para defender Ceuta de todos sus enemigos”. Pero como hacer alusión a todo lo que huela a Portugal, la conquista, Pedro de Meneses y todo lo que relacione Ceuta con Portugal es mentar la bicha, un amplio sector de ceutíes no se siente concernido con nuestro pasado portugués, lo repudia de plano, argumentando que aquello fue una masacre y todo lo que la recuerde lo rechaza sin contemplaciones. De eso se trata. Como excusa, el partido mayoritario de la oposición arguye que el PP “secuestra” el ‘Día de Ceuta’, y que “pasa completamente desapercibido para el pueblo”. A propósito, ¿Caballas pone todo su empeño en defender nuestro pasado y legado heredados de Portugal? ¿Caballas predica que se deba enseñar, respetar y celebrar nuestro pasado portugués? Nunca he oído tal cosa en boca de alguno de sus dirigentes. La conquista, el pasado y el legado portugués se han convertido en un tabú para la coalición Caballas.
El Día de Ceuta es algo más, obviamente, que reivindicar la Autonomía, es proclamar nuestra pertenencia a un pasado, es asumir nuestro pasado, guste o no, y aquellos que lucharon, mataron o murieron, para hacer de nosotros lo que somos y legarnos la ciudad en la que nacimos o vivimos, deben ser honrados y recordados. Toda la ciudad nos recuerda ese pasado, quiérase o no. ¿Quiénes si no levantaron esa Muralla Real con su foso marítimo, los baluartes de la Coraza, de la Bandera, el espigón de la Ribera y el baluarte de los Mallorquines? Fueron los portugueses, que conquistaron la ciudad aquel 21 de agosto de 1415. Ciertos nombres de nuestras calles, incluso no pocos ceutíes llevan apellidos de origen portugués, nuestra bandera y nuestro escudo, asimismo, todo ello no hace sino recordarnos nuestro origen.
Lo cierto es que esta realidad nada tiene que ver con aquella otra realidad que nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida personal y a lo largo de los últimos seiscientos años de vida de Ceuta. Cuando tuvimos los años suficientes para darnos cuenta de la realidad que nos rodeaba, observamos que nuestros mayores proclamaban y se enorgullecían, sin sentir vergüenza alguna, de nuestros antepasados portugueses. En estos tiempos tan extraños y tan multiculturales ellos, a no pocos les produce cierto bochorno y vergüenza proclamar a los cuatro puntos cardinales nuestra herencia portuguesa, como si hubieran sido cogidos con las manos en la masa. Estamos asistiendo al cataclismo de la Historia de Ceuta por mor de esa ideología infame y cancerígena llamada ‘multiculturalismo’. Esa memoria que nos une con nuestros ‘pilares fundacionales’ tiene trazas de desaparecer del imaginario colectivo de los ceutíes debido al pudor que siente una gran parte de nuestros conciudadanos cada vez que tiene que referirse a ellos. Lo hace como si estuviera pidiendo perdón. Nuestra pertenencia a la historia de Portugal tendría que ser, debería ser, una seña de identidad y “no una moneda de cambio”, como ha escrito, con enorme razón, algún otro. Así, vergonzantemente, nuestra primigenia identidad fundacional ya no es portuguesa, ahora es una ‘identidad multicultural’.
¿Los marroquíes que han ido asentándose en nuestra ciudad a lo largo de estos últimos treinta años y sus descendientes conocen y se sienten concernidos con la historia de Ceuta? Tal vez de lo que se trate sea de falsear la historia o de silenciarla de modo que los ciudadanos de aluvión que han engrosado la demografía ceutí no se sientan, digamos, ‘heridos’ por la historia portuguesa de Ceuta.
El alcalde Vivas alude en sus declaraciones a que “hemos sido generosos para integrar a todo el mundo”. ¿Generosos? ¿Por qué? Esos a los que alude sin nombrarlos el alcalde Vivas, ¿no se sienten concernidos con la historia portuguesa de Ceuta? ¿Acaso sus señas de identidad descansan en otra parte? Ellos mismos deberían haber sugerido al alcalde que no desapareciera la festividad del Día de Ceuta y buscar una fecha en el calendario para acomodar la festividad religiosa. Pero, insisto, debería haber salido de esos ciudadanos a los que alude Vivas sin nombrarlos. Hubieran quedado como los ángeles. Si nosotros hemos sido generosos con ellos (una vez más), según el alcalde, ellos nunca son generosos con nosotros. No sé por qué, la verdad.