Luz, sol y alegría. Los primeros haces del día anunciaban la dicha del Resucitado, la de un día en el que se secaban las lágrimas para acoger de nuevo a su Señor y despedirlo en su ascenso. La de un día que dejaba atrás jornadas de luto, de lluvia y de alguna sombra que ha dejado una Semana Santa imperfecta. Este domingo todo se había esfumado y Ceuta se lanzaba de nuevo a la calle para abrazar el colosal fin de esta semana de Pasión.
La Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo del Triunfo en su Gloriosa Resurrección ha cerrado hoy estos días de gloria con la perfección, el rigor y la solemnidad que la caracteriza. Si hubo fallos quizá quedasen a la vista de los más entendidos y/u ortodoxos, porque para la mayoría de los presentes esta Hermandad volvió a bordar la jornada que de ellos se espera.
La mañana de Pascua comenzó con la Solemne Misa en la Santa Iglesia Catedral, a la que acudieron representantes del resto de hermandades y cofradías de Ceuta así como las autoridades. Allí, los religiosos encargados de la ceremonia recordaron que la Resurrección es el triunfo de la vida sobre la muerte; del amor sobre el odio; de la santidad sobre el pecado; del silencio lleno de amor y de perdón sobre las palabras de odio que dicen perdonar.
Entre los sagrados muros de la Catedral y poco antes de la hora de su Salida Penitencial, la Hermandad del Resucitado realizó su Estación de Penitencia. Las campanas del templo repicaron porque Cristo ha resucitado y salió triunfal de la sede episcopal por la puerta de San Cristóbal. Cristo revivido después de la crucifixión, que va al encuentro con sus apóstoles y luego sube a los cielos porque se ha alzado victorioso del sepulcro, como narran los Evangelios.
El paso, cuya cuadrilla estuvo formada por costaleros que ya salieron en otras hermandades y optaron por despedir la Semana Santa sacando al Santísimo Cristo del Triunfo el Domingo de Resurrección, completaron una gran procesión luciéndose en diversos tramos del recorrido, como en Carrera Oficial, Gran Vía, donde numerosos ceutíes se colocaban a uno y otro lado de la calle para ver pasar a esta Hermandad. Detrás del paso desfiló la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Caído y Virgen de la Amargura, que realizó una buena labor interpretando marchas con las que se pudieron lucir los costaleros.
La dicha de la Resurrección fue compartida por los fieles que acompañaron al Sagrado Titular desde la plaza de África hasta salir de Carrera Oficial y adentrarse por la Plaza de la Constitución, el Paseo del Revellín, la calle Padilla, el Paseo de Colón , Jáudenes y O’Donnel donde regresó al templo.