Una semana intensa para recordar. Y ello debido a variadas circunstancias que vale la pena desgranar. Comenzando por las dos sentencias que conocimos el mismo día, pese a haber casi un mes de diferencia entre ellas. La más importante, por todo lo que significa, la que declara nula de pleno derecho la norma que fija los criterios de valoración del servicio prestado por los compañeros de la Agrupación de Tráfico.
O, al menos, de los compañeros que hacen servicio en la carretera (ya sabemos cómo funciona la cosa). La demanda, interpuesta por Horacio Varela, presidente de la Comisión de Tráfico de la AUGC, significa el reconocimiento de años de lucha contra una forma de perversión de los valores que han regido la Agrupación desde hace más de medio siglo y que llevaron a sus componentes a la consideración de ángeles de la carretera. Viendo normas como esta, me pregunto ¿en qué carajo están pensando los responsables del Cuerpo?
El segundo pronunciamiento judicial versa sobre la anulación de pleno derecho de la Orden General que regula las pruebas de renovación de la especialidad de Tráfico. Otra ocurrencia que, en gran medida, servía de excusa para perseguir a aquellos componentes de la Agrupación considerados como molestos para sus superiores. Sobre esta última norma anulada es necesario incidir en el hecho de que incluso el Defensor del Pueblo tuvo que intervenir en su momento porque ni siquiera contemplaba la posibilidad de presentar alegaciones por parte de aquellos llamados a realizar las pruebas de renovación. Otra gran noticia y una nueva demostración de que los miembros del Cuerpo solamente avanzan por medio de resoluciones judiciales ya que esperar algún tipo de reconocimiento de los mandamases políticos o corporativos es una lamentable pérdida de tiempo. Viendo normas como esta, me pregunto ¿en qué carajo están pensando los responsables del Cuerpo?
Además, la sentencia nos trajo una nueva revelación, el nerviosismo reinante en una Dirección General que no tiene ni idea de cuál será la siguiente ocurrencia del responsable político que nos ha puesto este gobierno. Esa revelación se traduce en forma de nota de prensa oficial en donde se afirma que la Orden General que regula las pruebas de renovación sigue en vigor porque la anulada es otra anterior y no la última publicada. Pues va a ser que no. La norma declarada nula es la última que se aprobó en 2011 y eso, cualquiera con dos dedos de frente, lo hubiera supuesto. Si el fallo se basa en el incumplimiento de una Ley Orgánica de 2007, ¿cómo se va a anular la norma anterior, que data de 2005? Mejor hubieran dejado la publicación de esa nota de prensa para el 28 de diciembre. Pero es que, además, la organización aquella que anunció a bombo y platillo como gran triunfo jurídico una sentencia que condenaba a prisión militar a un compañero por desplazar hacia atrás a un cabo, no tuvo reparos en unirse al despropósito, dando pábulo a lo expresado en la nota oficial y anotándose otro mini punto en la casilla del ridículo. En cuanto al autor/autores de la nota de prensa oficial y sus superiores, propongo la concesión de la medalla al mérito con distintivo marrón (por lo de la cagada), que se puede consultar en el siguiente enlace: http://www.guardiacivil.es/es/prensa/noticias/4892.html
Viendo normas como esta, me pregunto ¿en qué carajo están pensando los responsables del Cuerpo para hacer esto?
Siguiendo con lo acontecido esta última semana no puedo dejar de referirme al padre putativo de los descansos singulares. Una noticia en un medio de comunicación se hacía eco de las declaraciones de una persona que afirma sin rubor que el ofrecimiento realizado por la Dirección General en el último Grupo de Trabajo sobre jornada laboral se debe a sus buenas mediaciones. Tiene bemoles la cosa. Hagamos un poco de historia reciente. El Grupo de Trabajo sobre jornada laboral, tras una reunión mantenida hace un par de meses, se había dado por finalizado. En aquella ocasión, los representantes de la Dirección General manifestaron que ya habían recabado suficiente información como para finiquitar las conversaciones y que el texto que en esos momentos figuraba como proyecto y que no aportaba avance sustancial alguno, iba a ser llevado al siguiente pleno del Consejo y aprobado, sabedores de la mayoría que disfrutan en dicho órgano. AUGC, que lleva muchos años defendiendo la recuperación de los denominados índices correctores tomó la decisión de volver a solicitarlos a pie de calle, como en 2010. Por alguna razón, en Guzmán el Bueno optaron por replantearse la situación y realizar una nueva reunión, en la que han ofrecido, de boquilla, los y a famosos descansos singulares que no tienen nada que ver con los índices correctores que desde hace mucho tiempo están implantados en el Cuerpo Nacional de Policía. Empero, como tímido avance y cambio de tercio en la opinión oficial que a fin de cuentas es; comienzan los empujones para situarse en primera línea de foto y tratar de vender el humo de la autoría. Ya veremos en qué termina la cosa. No obstante este cambio de opinión oficial y ese ofrecimiento novedoso de los descansos singularizados me llevan de nuevo a preguntarme ¿en qué carajo están pensando los responsables del Cuerpo?.
Pero cuidado, que no termina aquí la cosa. El Boletín oficial del Cuerpo, que debería haber visto la luz el pasado martes, se pospuso hasta el viernes al objeto de publicar unos destinos que llevan algo así como cinco o seis meses de retraso. Al fin, el viernes día 9 de abril, se alumbran los destinos y casi de inmediato estalla el escándalo. Un nuevo mojón del equipo liderado por Hernández y Fernández (de Mesa y mantel). Más medallas al mérito con distintivo marrón -no van a dar abasto el día del Pilar-, y nuevamente alguna organización tratando de hacer ver que hacen mucho por sus compañeros con tan solo ser los primeros en montar el pollo. Nueva ración de hemeroteca. Dos semanas después de las últimas elecciones al Consejo, Hernández -o Fernández, no me acuerdo- convoca un pleno del Consejo con los Vocales que habían estado en el primer periodo de sesiones, pese a que ese mismo día se publicaba la resolución con el nombramiento de los elegidos en el proceso electoral. Tal era la prisa del mandatario por aprobar la nueva norma de destinos, que no hizo ascos al desatino. En aquella ocasión, los Vocales que representaban a AUGC se levantaron y abandonaron el Pleno, con la consiguiente reacción colérica de la Dirección General que se apresuró en publicar otra nota de prensa oficial del todo punto esperpéntica y que abunda en eso que ya he mencionado sobre el nerviosismo imperante en la calle Guzmán el Bueno. El resto de organizaciones decidió seguir ocupando su poltrona. Incluso una de ellas intentó guardar la ropa advirtiendo al presidente de Mesa que estaría vigilante ante cualquier incidencia de la nueva normativa de desatinos -digo bien- sobre el carácter preferente. Ahora experimentamos las consecuencias de la chapuza y ciertos personajes piensan que gritando primero y más alto hará pensar a los compañeros que trabajan mejor. Contemplando el dislate de los destinos, interpelo ¿en qué carajo están pensando los responsables del Cuerpo?.
Ha habido otros acontecimientos que contribuyen a calificar esta última semana como lo he hecho al principio y que seguramente serán objeto de comentario posterior. Este no necesita alargarse más, creo que ha sido suficientemente esclarecedor sobre cómo están las cosas en la actualidad benemérita. Pero ¿en qué caraj...
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