El
Plan Integral de Empleo (PIEM), cuyas competencias acaba de asumir íntegramente la Delegación del Gobierno casi una década después, se encuentra prácticamente perfilado para comenzar su andadura. La noticia más esperada para el grueso de desempleados llegará justo después del verano, a partir de septiembre, cuando se haga público el listado de los seleccionados, que ascenderán hasta los 1.200
trabajadores, para que se incorporen a sus diferentes puestos de trabajo un mes más tarde, en octubre.
De entrada, la incorporación en una misma fase a todos los trabajadores es una de las primeras diferencias que dista a estos nuevos planes de empleo contra lo que ha venido sucediendo en ejercicios anteriores, que se dividían en dos bloques, uno antes de verano y, otro, coincidiendo con el inicio de la actividad a pleno rendimiento en los centros escolares.
También cambia el régimen general de los trabajadores, que se amplia a jornada completa de ocho horas diarias, “no en precario”. Las retribuciones estarán en la órbita del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que desde inicios de este año se elevó a los 900 euros.
Los programas incluirán propuestas específicamente dirigidas a desempleados mayores de 45 años, mujeres y, sobre todo, el sector juvenil con cualificación o sin ella. Se consideran “colectivos de interés para el empleo” a jóvenes, mujeres, extranjeros, mayores de 45 años y personas con discapacidad. Además se priorizará el acceso a los parados de larga duración. De esta forma, una persona que haya estado sellando el paro nueve años tendrá más probabilidades de ser seleccionada para un programa que otra que lleve seis y, así, sucesivamente.
La reactivación de la UPD (Unidad de Promoción y Desarrollo), la oficina encargada de diseñar la memoria de actividades, es otra de las novedades que traen los planes de la Administración socialista. La oficina se ubicará frente al Centro Mediterráneo e iniciará su andadura el próximo julio con un total de seis técnicos y un director que se encargarán de coordinar los diferentes programas y talleres que componen los planes de empleo.
La UPD supone “la recuperación de un órgano independiente que va a llevar a cabo todas las funciones de coordinación de los planes”, explican desde la Administración socialista. Además inciden en que su trabajo “aliviará” la sobrecarga que desde hace años padece el SEPE, que tan solo se dedicará a seleccionar a los candidatos.
A estos técnicos, de diferentes perfiles profesionales, el equipo de
Delegación del Gobierno que se ha encargado de elaborar los programas que articulan los planes, les entregará los mismos para que procedan a su desarrollo. Además procederán a realizar un recorrido por todas las barriadas y distritos para adquirir un conocimiento exacto y preciso del estado en el que se encuentran para, así, proceder a elaborar un informe de necesidades que posteriormente derivarán al órgano encargado de la contratación del personal.
La Oficina del Servicio Público de Empleo también contará por la misma fecha con la incorporación de seis orientadores, cuya selección ya se ha efectuado y que contarán con apenas dos meses para proceder a la selección de los candidatos.
Desde el SEPE se hace un llamamiento a los inscritos en la oficina “para que actualicen sus perfiles profesionales”. De la misma forma se les recuerda que dichos orientadores se encuentran “a su plena disposición” para aconsejarles o ayudarles.